Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Nada es seguro en Gaza hasta el sábado

Egipto y Qatar están intensificando sus esfuerzos para «salvar» el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás

Autor:

Leonel Nodal

Todos los implicados en el inquietante conflicto bélico en torno a Gaza repiten la misma frase: veremos qué pasa de aquí al sábado 15 de febrero.

El amenazante grito lanzado por Donald Trump, en tono de orden imperial, exigiendo la liberación de «todos» los cautivos israelíes en poder del Movimiento de Resistencia Palestina Hamás el próximo sábado, viró al revés las bases y los plazos del acuerdo negociado a lo largo de varios meses entre Israel y Hamás, con la mediación de Egipto y Qatar, y la presencia, como juez y parte, de Estados Unidos.

Sí, se trata de un brusco viraje, que echa por tierra el falso e hipócrita papel de Washington que por un lado facilitó todo el poderoso andamiaje militar usado por Israel para su guerra de venganza y exterminio genocida en Gaza —que califica a Washington como agresor encubierto por el brazo ejecutor del aparato militar israelí—, mientras por el otro asume la pose de mediador o reparador de daños.

Trump tiró a un lado el gastado antifaz que utilizó la derrotada administración Biden-Harris y esgrimió una presunta espada justiciera lista a arrancar todas las cabezas que se opongan a sus objetivos.

Según se informa, Egipto y Qatar están intensificando sus esfuerzos para «salvar» el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.

Después de sorprender a la opinión pública internacional con su anuncio la semana pasada de que Estados Unidos —es decir, su Gobierno (o quizá una de sus empresas) se adueñará del «inhabitable» terreno reducido a escombros para transformarlo en lugar paradisíaco: una nueva lujosa «Riviera del Mediterráneo», en tanto, a sus pobladores sin techo, países vecinos como Jordania y Egipto les ofrecerán amparo y terrenos donde se podrán construir viviendas seguras.

Es una oferta que no podrían rechazar, empleando la famosa frase del Godfather de Mario Puzo. A juicio de Trump, no hay mejor salida. Es esa y hay que aceptarla. Se la dijo al monarca jordano en su primera visita a la Casa Blanca el pasado martes.

Trump dijo al rey Abdullah de Jordania que Estados Unidos no va a tener que «comprar» Gaza, sino que «la va a tomar, mantener y cuidar».

Trump fijó la fecha límite para que Hamás libere a todos los rehenes antes del mediodía del sábado. Será «un gran momento, veremos qué sucede. No espero que pase gran cosa con esta gente, pero veremos qué sucede».

Así habla el actual inquilino de la Casa Blanca, como un guapo de barrio de algún suburbio de Miami o New York. Hamás dijo que una delegación encabezada por el alto funcionario Khalil al-Hayya llegó a El Cairo para discutir la implementación del acuerdo con funcionarios egipcios. Lo convenido incluye otras dos etapas para decretar el fin de la guerra, la liberación de uno 2 000 prisioneros palestinos, la retirada total de las tropas israelíes, a cambio de la libertad de todos los rehenes israelíes y los cuerpos o restos de los fallecidos. Es difícil imaginar que todo eso se arregle antes del sábado al mediodía.

La Jihad Islámica Palestina dijo que el destino de los cautivos israelíes está vinculado con las acciones del primer ministro Benjamin Netanyahu, y agregó que «la única manera de recuperar a los rehenes y que vuelva la estabilidad es a través de un acuerdo de intercambio».

El enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, apuntó este miércoles que «no se puede permitir» que Hamás gobierne Gaza, y agregó que «va a haber un gran problema» si «algo diferente» no sucede antes de la fecha límite del sábado, impuesta por Trump.

Como se puede apreciar, se está planteando una desafiante partida de póker, donde cada jugador sube la parada, como en una película del oeste estadounidense.

El regreso a una guerra sin restricciones, más violenta y genocida que todo lo visto hasta ahora, sigue siendo contrario a los intereses estadounidenses, y aleja aún más el acuerdo de paz de Arabia Saudita con Israel, que Trump comenzó a perseguir desde su primer mandato como su mayor anhelo estratégico.

Entonces mejor esperar hasta este sábado, porque quién duda que Trump «se vire con otra carta», recoja la propuesta del reasentamiento de los palestinos de Gaza en Egipto y Jordania, a cambio de un proceso simultáneo de normalización entre Israel y Arabia Saudita —y por extensión con la totalidad del mundo árabe—, en tanto, se reactiva la promesa de la solución de los dos Estados, o del otro, el Palestino, porque el israelí ya existe y más bien lo que necesita es un límite a sus ambiciones expansionistas.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.