NACIONES UNIDAS, septiembre 24.— Comenzó el martes el 79no. Período de sesiones de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, con la participación de líderes mundiales bajo el tema «No dejar a nadie atrás: actuar codo a codo para promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana en favor de las generaciones presentes y futuras».
António Guterres, secretario general de la ONU, dijo en su discurso de apertura que «el estado de nuestro mundo es insostenible» y solicitó «que Líbano no se convierta en otra Gaza», al repudiar el genocidio en marcha perpetrado por Israel.
«Gaza es una pesadilla permanente que amenaza con arrastrar a toda la región en el caos, empezando por Líbano», dijo ante los mandatarios y representantes de los 193 países miembros de la ONU.
Criticó las políticas de gobiernos que se traducen en menos inversiones en sectores esenciales como la salud, la educación y la protección social y también subrayó la resistencia al cambio de quienes ostentan el poder político y económico.
Les advirtió que, si no se impulsan reformas, la fragmentación será inevitable y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia, profundizando las divisiones sociales y económicas.
En cuanto a la crisis climática, lamentó que mientras las compañías petroleras continúan acumulando fortunas a través de subsidios, son las personas comunes quienes soportan las consecuencias de los desastres climáticos.
Finalmente, Guterres expresó su preocupación sobre la concentración de poder en manos de unas pocas empresas tecnológicas en el campo de la inteligencia artificial (IA), lo que aumentaría la desigualdad y pondría en riesgo la estabilidad global.
En este segmento de alto nivel que se extenderá hasta el 30 de septiembre, la situación en el Medio Oriente ha tenido especial atención. Mientras se pronunciaban los discursos en la ONU este martes, Israel continuó su agresión contra el Líbano con ataques aéreos en el área de Ghobeiry en los suburbios del sur de Beirut, y en la zona de Bir al-Abed, como parte de la letal operación en curso dirigida a varias regiones y aldeas en todo el Líbano, incluida la Bekaa y el sur.
Desde el lunes por la mañana, los ataques han causado la muerte de 558 personas y heridas a otras 1 835, según el ministro de Salud libanés, Firass Abiad, quien señaló que entre las víctimas hay 50 niños, 94 mujeres y varios miembros del personal médico y de rescate.
En cuanto al espacio de las Naciones Unidas en Nueva York, el primer jefe de Estado que habló ante el plenario, según la tradición, fue el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien abordó la urgencia de reformar la organización y sus estructuras para hacer frente a las realidades contemporáneas,
destacó la falta de representación de América Latina y África en el Consejo de Seguridad e hizo énfasis en la necesidad de un enfoque multilateral para resolver problemas globales que afectan a millones de personas.
Entre los temas más destacados en el discurso de Lula estuvo la condena del expansionismo israelí y de las sanciones unilaterales contra Cuba, repudió el bloqueo económico a la nación caribeña y declaró que «es injustificado mantener a Cuba en una lista unilateral de estados que supuestamente promueven el terrorismo».
Otro mandatario latinoamericano que usó de la palabra en la primera jornada fue el colombiano Gustavo Petro. «Aquí hablamos, pero no se nos escucha», aseveró, «en la ONU solo se escucha a las naciones que tienen el poder de la destrucción, y no a los países que piden unir el esfuerzo humano en pos de la existencia». Petro invitó a todos los países del mundo a «dejar a un lado la codicia que está matando al ser humano y a la madre tierra» y dar un paso hacia la paz total. Gaza también estuvo presente en su oratoria.
Por su parte, el presidente de Türkiye, Recep Tayib Erdogan, consideró que los valores de la ONU están muriendo en Gaza, hizo un llamado a los países que todavía no reconocen al Estado de Palestina a que se pongan, lo antes posible, en el lado correcto de la historia. Hizo referencia al inadecuado
cumplimiento de la misión fundacional de la ONU y dijo que se está convirtiendo cada vez más en una estructura «disfuncional, engorrosa e inerte».
Fue el último discurso en ONU del presidente de EE. UU., Joseph Biden, quien confirmó el compromiso de su Gobierno con Ucrania, y a pesar de que su administración ha incrementado el apoyo en armas a Israel dijo estar preocupado por las víctimas civiles: «Los civiles inocentes de Gaza también están viviendo un infierno. Miles y miles de muertos, incluidos trabajadores humanitarios. Demasiadas familias dislocadas, amontonadas en las tiendas, afrontando una situación humanitaria calamitosa.»
El presidente estadounidense también arremetió contra Venezuela y desconoció el resultado electoral y al presidente Nicolás Maduro. Habló, además, sobre los desafíos tecnológicos, particularmente la inteligencia artificial: «Veremos más cambios tecnológicos, sostengo, en los próximos dos a diez años, que los que hemos visto en los últimos 50 años. La inteligencia artificial va a cambiar nuestras formas de vida, nuestras formas de trabajo, nuestras formas de guerra».
Durante el primer día del debate general en el segmento de alto nivel presentaron posiciones ante el plenario 35 jefes de estado o de gobierno, entre ellos el presidente de Vietnam, To Lam; el de Irán, Masoud Pezeshkian; y el de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.