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Una «fiera» con estilo en el colchón

El gladiador cubano Geannis Garzón Tamayo dialogó con Juventud Rebelde, tras sus más recientes éxitos deportivos

Autor:

Juventud Rebelde

 

El colchón es el hábitat natural del gladiador santiaguero Geannis Garzón Tamayo, donde se siente más cómodo y capaz de lograr todo lo que se proponga. Así lo ha demostrado en este 2025, un año que pudiera catalogarse como dorado en su carrera deportiva, siguiendo los pasos de su padre Geandry Garzón Caballero, multimedallista mundial.

Con preseas en los torneos más prestigiosos del mundo, el cubano se confirma en la élite de la lucha libre del planeta. Pero con ese espíritu «agresivo en el combate y amigable fuera de él» —como él se define— conversó con Juventud Rebelde sobre sus resultados en los últimos 365 días y sus inicios en el colchón.

Geannis valora su rendimiento este año de manera positiva: «Siento que he sobrecumplido», afirma categóricamente. «Nunca conforme, pero siempre agradecido. En 2025 solo esperaba ir al clasificatorio juvenil y a los Juegos Panamericanos Junior de Asunción. No pensé estar en el Mundial Sub-23 ni ser invitado al Memorial Dmitry Korkin».

Pero agradece a su familia y a todos los entrenadores que lo apoyaron en esta etapa, especialmente a Luis Mario Miranda, que estuvo cerca de él en cada ejercicio, en cada técnica y en cada preparación.

La sencillez de sus palabras contrasta con la magnitud de sus logros, pues recientemente sorprendió a todos con su desempeño en el Mundial Sub-23 de Luchas, en la ciudad serbia de Novi Sad. «Gracias a Dios que siempre estuvo ahí viendo mis sacrificios, gané el bronce, que para mí sabe a oro porque fue una competencia muy buena, en la que salí de abajo», comenta.

Sin embargo, para él cada experiencia competitiva es un aprendizaje y cada combate ofrece una lección. Geannis considera que el combate más complicado en el certamen del orbe fue la primera pelea contra el turco Ibrahim Yaprak, a la postre subtitular del campeonato.

«Me faltó calentamiento y la verdad que salí muy confiado. Estudié mucho a mi rival y sus peleas. Veía que podía derrotarlo, pero esta competencia fue muy buena para él y no hizo nada de lo que había analizado. Aprendí que no puedo confiarme ni menospreciar a nadie, y a todos los contrarios tienes que salirle de la misma forma», asegura.

¿Y qué consejos te dio tu padre antes del Mundial?, le pregunto con curiosidad.

«Uno importantísimo: en los mundiales hay que luchar muy fuerte. Antes del combate por la medalla, me dijo que solo quedaban seis minutos y que lo diera todo. Era la última pelea. Me había preparado un año completo para ese evento y tenía que entregarlo todo, que él siempre estaría contento y orgulloso de mí. Todo lo que me habló me permitió superarme y lograr la presea de bronce», confiesa Garzón.

Pero unos días después de la cita planetaria, Garzón sigue en una tremenda racha de buenos resultados. Un entrenador de Uzbekistán quedó sorprendido con las habilidades del cubano en el Mundial Sub-23 y le hizo una invitación a un torneo de altísimo nivel en Rusia, llamado Memorial Dimitriv Korkin.

El santiaguero asistió y se colgó la presea de plata. Otra más en lo que va de año. En su camino al subtítulo venció a dos rusos y un azerí. «Me siento muy orgulloso y contento. Esta vez solo vine yo. Gracias a ese entrenador luché en este torneo por primera vez», manifiesta.

«Muchos cubanos han venido, pero solo cuatro han cogido medallas en esta lid. Uno de ellos fue mi papá; el segundo, Reineris Andreu (57 kg); luego, Reineris Salas, conocido como el Gimnasta y bronce olímpico, y ahora yo. Gracias a Dios se me dio la oportunidad y obtuve la medalla de plata, una más para la delegación cubana», agrega con felicidad.

El camino a la cima

Quizá, muchos aficionados pensarán que su llegada al mundo de las luchas fue por la inspiración de su padre, pero Geannis sorprende y explica que inició por unos amigos del barrio, que estaban apuntados en este deporte y practicaban en un combinado de Santiago de Cuba.

En las calles de su provincia natal, comenzó una historia de pasos cortos y sueños de gigante. Una tarde, como de costumbre, tras salir de la escuela, buscó a sus amigos para jugar, sin saber que su vida se transformaría.

«Fui a su casa y el padre me dijo que estaban en el gimnasio. Se había ido la corriente en ese circuito, y cuando llegué, todos estaban dando vueltas de frente, de espalda, tirando flips para atrás y luchando entre ellos», cuenta.

En ese lugar, entre ejercicios y vueltas improvisadas, apareció un profesor que cambiaría su destino: Reinier Fuentes de Moya, conocido cariñosamente como Gaveta. «Él estaba al frente del local y era el entrenador principal», aclara Geannis. «Cuando formaron los muchachos, empezó a preguntar el nombre a cada uno y revisaba en una libreta quiénes eran sus alumnos. A los que no, los sacaba».

Pero cuando Moya se acercó al pequeño Garzón, su actitud fue diferente: ¿Cómo te llamas chiquitico?, preguntó con interés. Profe, me llamo Geannis Garzón Tamayo, le contestó el futuro gladiador.

Con solo escuchar su nombre, el entrenador le dijo que regresara al otro día. Recuerda el luchador que en ese momento no entendía nada y lo tomó como un juego, una rutina más. Sin embargo, esa simple invitación sería el primer paso para la carrera que hoy despega en la arena internacional.

«Pensé que iría, jugaría con mis amigos y no me aburriría cuando saliera de la escuela. Pero después entendí que ese entrenador —muy buen atleta también— compartió en el equipo nacional con mi papá. Esa es mi historia y una anécdota que nunca olvidaré en la vida
porque fue importante para mí».

Lo que en sus orígenes parecía un juego de niños, se transformó en una pasión por la lucha. Geannis descubrió que su papá era un gran luchador y se convirtió en una motivación extra. Con emoción, el santiaguero relata que lo impulsó más porque deseaba ser como él, lo miraba por televisión y lo veía como mi ídolo: «Lo llamaba y le decía: “Papá, quiero ser como tú”, y él me respondía: «No, tienes que ser mejor que yo».

El camino no resultó fácil, pero su talento e insaciable espíritu de superación lo colocaron entre los mejores gladiadores del país. Años más tarde, tuvo la oportunidad de entrar en la Eide, donde se ponía metas en cada competencia participaba, y luego subió al equipo nacional, gracias al entrenador Julio Mendieta.

«Tuve que ganarle a compañeros y buenos atletas con mucho nivel que estaban en la selección nacional», destaca. «Entrenaba el doble y el triple para vencerlos porque ellos mismos me impulsaban. Esa rivalidad me ayudó a ser el deportista de hoy día».

Lucha libre, entre ceja y ceja

Aquel niño que corría por las calles de la tierra caliente, hoy vive por y para su deporte, así que ya su mente se enfoca en la próxima pelea y en ser un ícono dentro de un deporte con gran tradición en la Isla.

—¿Cuáles son tus próximos retos?

—Primero, asistir al evento clasificatorio para el Centroamericano. Sin menospreciar a nadie, pero esperen lo mejor de mí: la clasificación y la medalla. Después, tomaré unas merecidas vacaciones con mi familia y disfrutaré con ellos, que es lo más importante. En enero, me prepararé nuevamente y esperaré alguna base de entrenamiento o competencias similares, como la de Rusia, para seguir dando alegrones a nuestro país.

—¿Qué características te definen como luchador?

—Arriba del colchón soy un poco agresivo porque en la lucha no puedes salir suave. Es fundamental mantener los cinco sentidos bien puestos, ya que puedes perder o lesionarte. Lo que parece un alegrón, termina en una desgracia, y no es lo que deseamos. Por eso, salgo siempre concentrado, con los sentidos alertas y un poco de agresividad.

«Afuera, soy una persona muy amigable, es mi carácter. Me llevo bien con todos mis compañeros y entrenadores. Pueden preguntarles por mí. Cada vez que compito, gano medallas, subo una historia o voy a un combate, siempre cuento con su apoyo. Les digo que si yo alcancé estos logros, ellos también pueden. Hasta ahora me siento muy afortunado».

—¿Cuánto significa la lucha para Geannis Garzón?

—Comenzó como un juego, pero ahora significa mucho para mí. Quiero ser grande, como mi papá, como Mijaín López, como las leyendas. Esta es la única forma de ser reconocido y hacer lo que me gusta.

Resultados del 2025

Campeonato Mundial Sub-23 ----------------- Bronce

Juegos Panamericanos Junior ----------------- Plata

Memorial Dmitry Korkin ------------------- Plata

Beach Wrestling World Series (Monterrey) ---------------- Oro

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