El pueblo Palestino. Autor: Commondreams.org Publicado: 04/11/2023 | 09:26 pm
Es eso, una franja casi rectangular, entre Israel, el desierto egipcio del Negev y el mar Mediterráneo oriental. Apenas 365 km² de superficie, 10 kilómetros de ancho y una longitud —desde Erez en el norte hasta Rafah en el sur— de 40 kilómetros. Para ser precisa, si no encontrara resistencia a su paso, un blindado israelí Merkava podría recorrerla en menos de una hora. Como idea comparativa, la ciudad de La Habana ocupa una superficie de 728,2 km², prácticamente duplica a Gaza.
Desde 2007 la circunda una frontera militarizada de 51 kilómetros con Israel, cierre hermético para los 2,3 millones de palestinos que habitan en la Franja de Gaza —prácticamente un millón de ellos menores de 18 años— y en su mayoría refugiados, creados por la expansión y las guerras de Israel.
Esta brutal agresión en desarrollo es la quinta incursión militar contra Gaza y los territorios palestinos ocupados.
También desde 2007, durante los últimos 16 años, Tel Aviv mantiene un bloqueo a Gaza, por tierra, mar y aire, cerró los puntos fronterizos que controla de Nahal Oz, Karni y Sufa, y dejó solo abiertos a su decisión los controles de Erez y Kerem Shalom. En los 13 kilómetros de frontera con Egipto está el cruce de Rafah, válvula de escape que no siempre es abierta.
El mar Mediterráneo, la otra frontera de Gaza, no constituye una ventana de libertad, pues está prohibido todo tráfico marítimo hacia y desde Gaza, aunque los Acuerdos de Oslo le reconocieran en 1993 derecho a 20 millas de pesca. Israel, desde su poder omnímodo y no punible, lo redujo a tres millas en 2009, lo que disminuyó la capacidad de pesca en más del 60 por ciento, lo cual obstruyó una fuente de alimentación vital, aunque en 2019 lo «flexibilizó» a 12 millas en su parte central y seis millas en sus franjas septentrional y meridional. En estos días de octubre de 2023 puerto y pescadores palestinos también fueron bombardeados.
El propósito es convertir la Franja de Gaza en un territorio inhabitable, lo señalan no pocos analistas, y como consecuencia el 81 por ciento de su población vive bajo el umbral de pobreza por lo que subsiste gracias a la ayuda internacional humanitaria; además, está desempleada el 47 por ciento —prácticamente sus únicas fuentes de trabajo están en Israel y deben tener permiso de las autoridades para cruzar los únicos puntos de control que estaban abiertos hasta el comienzo de la nueva guerra.
Ahora, lo que ha sido política de represalia intermitente, se ha aplicado en su totalidad. «Ni electricidad ni alimentos ni combustible», fue la orden del ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. Ello implica que también escasea el agua, que ya beben contaminada o salobre. El viernes 27 comenzaron a apagar las posibilidades de comunicación con el exterior, cortando a periodistas y activistas los teléfonos móviles y la internet. La verdad no debe conocerse sobre esta quinta guerra, que si no se detiene pudiera alcanzar su propósito de arruinar y destruir a un pueblo.
Todo se une a los criminales bombardeos que están arrasando barrios enteros y campamentos de refugiados. Sí, campamentos de refugiados, porque Israel ha practicado décadas de expulsión de los palestinos y se apodera de sus tierras y poblados. El 71 por ciento de los gazatíes son refugiados o descendientes de desplazados, y un quid de la práctica sionista israelí está en que la ONU les reconoce su derecho a regresar a las tierras de las que fueron expulsados desde 1948 cuando se establezca, algún día, un Estado palestino.
Y la Franja, cuya densidad de población es 5 500 habitantes por kilómetro cuadrado, es mucho más que la ciudad de Gaza, cuya antigüedad se remonta, con ese mismo nombre, a miles de años; probablemente fue fundada en el año 1500 antes de nuestra era.
La Franja de Gaza comprende cinco gobernaciones: Gaza del Norte, Ciudad de Gaza, Deir el-Balah, Jan Yunis y Rafah. En Gaza del Norte, que se extiende por 10 kilómetros, debemos mencionar el cruce de Erez o Beit Hanun y el campo de refugiados de Jabalia, el más poblado de la Franja.
En la ciudad de Gaza, la más grande y poblada, están los conocidos barrios de Rimal (donde se encuentra el hospital al-Shifa), Shujaiya y Tel al-Hawa. El distrito de Deir el-Balah, mayor productor agrícola, es también la locación de cuatro campos de refugiados: Nuseirat, al-Bureij, al-Maghazi y Deir el-Balah. En su límite con la ciudad de Gaza está la única central eléctrica, paralizada por falta de combustible.
En Jan Yunis viven unas 430 000 personas, y en su centro se encuentra el campo de refugiados del mismo nombre, donde viven unas 90 000 personas. En el sur, está Rafah, con una población de aproximadamente 275 000 habitantes, en su cruce fronterizo se agolpan camiones con la ayuda humanitaria que Israel apenas dejó pasar a cuentagotas, cuando a diario cruzaban 500 camiones de ayuda internacional y las mercancías necesarias.
Hecha esta breve presentación sociogeográfica de la que con razón se le llama «la cárcel al aire libre más grande del mundo», está clara para Israel la definición que hiciera Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y jefe del partido ultranacionalista Sionismo Religioso: «No existen los palestinos, porque no existen los pueblos palestinos». Y agregó: el pueblo palestino es «un invento» ideado en el siglo XX para luchar contra el sionismo, contra personas como él y sus abuelos, que asegura son los «verdaderos palestinos». «Yo soy palestino», sentenció Smotrich.
Entonces vale la disyuntiva de morir o luchar por sus derechos, que incluye la paz.