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La SS israelí posa desnuda

En un insólito fallo judicial, agentes de los Servicios de Seguridad de Israel, violadores de una palestina  ante testigos en un puesto de control en Cisjordania, resultan absueltos «por falta de pruebas»

Autor:

Leonel Nodal

El detestable caso puso de manifiesto la impunidad del Shin Bet, cuerpo represivo que —aunque resulte increíble— compite con los peores métodos de persecución y tortura de las SS del régimen nazi hitleriano.

La detestable violación de la integridad física y moral de la indefensa mujer, sometida dos veces a un humillante registro vaginal y anal, ganó notoriedad pública gracias a una denuncia del Comité Público contra la Tortura en Israel (CPTI).

Esa entidad es una prestigiosa organización no gubernamental (ONG) israelí fundada en 1990 y galardonada en 1996 con la más alta distinción otorgada por Francia a la defensa de los derechos humanos.

La absolución de los violadores del Servicio Secreto, adoptada con la mayor reserva, confirma que el temido Shin Bet «puede operar con total impunidad, sin importar lo que haga su gente», enfatizó la ONG israelí.

El Shin Bet, conocido en hebreo por su acrónimo Shabak, es el servicio de seguridad interna, las temidas SS de Israel, por su brutal sistema de represión en los territorios palestinos ocupados desde la creación del Estado sionista judío en 1948.

La fuerza de espionaje ha sido acusada de emplear durante sus interrogatorios a palestinos métodos controversiales, un eufemismo para encubrir las más refinadas torturas.

El Rostro del Apartheid Israelí

El discreto proceso de absolución de los SS israelíes implicados en el caso de la mujer palestina víctima de un planeado arresto nocturno, en un puesto de control situado en su camino a casa, debió mantenerse en secreto.

Sin embargo, la denuncia del Comité Público contra la Tortura, que seguía el proceso desde 2015, dio la pista al diario de gran circulación Haaretz, que una vez cerrado el caso, consiguió la transcripción de los interrogatorios, los cuales revelan el turbio proceso para dejar libres de culpa a los encartados.

Fue una de las investigaciones más espinosas llevadas a cabo en los últimos años, subrayó el diario hebreo.

Tan delicado fue el caso que el Fiscal General convocó una reunión especial para discutirlo. «Si no investigamos esto, la Corte Penal Internacional de La Haya lo hará», dijo uno de los presentes.

La semana pasada se cerró la investigación por sospecha de violación y sodomia contra todos los involucrados.

El incidente que desató la investigación ocurrió en 2015, cuando una joven que según el Shin Bet tenía vínculos con Hamas fue detenida.

La SS quería tener en sus manos la tarjeta SIM de la joven y decidió no conformarse con los procedimientos estándar, precisó Haaretz.

Se pusieron en contacto con el comandante de la brigada territorial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) —engañoso nombre del agresivo ejército de ocupación— que reclutó a dos mujeres: una médica del ejército y una empleada de la compañía, para la tarea.

La médica insertó sus dedos en la vagina y el ano de la sospechosa, el secretario hizo lo mismo en ambos orificios. Cabe señalar desde el principio que estos registros se llevaron a cabo de forma ilegal.

No había información de inteligencia que indicara que la mujer había escondido la tarjeta SIM en su vestuario o dentro de su cuerpo.

Según enfatizó el diario Haaretz, ella no era una «bomba de relojería», es decir, no constituía un peligro claro y presente, y, de hecho, no existían circunstancias que justificaran actos tan extremos.

Como en la Alemania Nazi

El personal involucrado en el incidente fue un coordinador de distrito de Shin Bet (equivalente al rango de coronel de las FDI), otro coordinador del servicio de seguridad y un interrogador, junto con un comandante de brigada de las FDI, un comandante de batallón, una médica y un soldado.

Antes del registro, ninguno planteó la posibilidad de que estuvieran cruzando una línea roja, ni que podrían ser procesados.

Al cabo de cuatro años y medio, el Ministerio de Justicia decidió cerrar el caso contra todos los involucrados «por falta de pruebas».

Haaretz se enteró de que durante la investigación, el Director del Shin Bet le dijo al Coordinador de distrito que intentaría que el caso se desestimara en silencio, sin un proceso penal, si él  aceptaba renunciar al servicio.

El coordinador implicado rechazó la oferta y fue designado para un puesto en el sistema de entrenamiento del Shin Bet.

El comandante de brigada, que anteriormente estuvo al mando de unidades especiales, también sigue en servicio.

La Farsa de la Investigación Judicial

Según destacó el Comité Público contra la Tortura, para entender cuán enormemente escandaloso resulta este proceso hay que conocer los antecedentes.

El Ministerio de Justicia tiene un departamento llamado Mavtan, que verifica las quejas de quienes son interrogados por el Shin Bet.

Desde su creación en 2001, el departamento ha recibido 1 300 denuncias, que examinó para ver si existía un comportamiento de los agentes que justificara una investigación penal.

Los resultados del trabajo de Mavtan son asombrosos. De todas las denuncias acumuladas desde 2001, solo dos fueron aceptadas para «recomendar» una investigación penal: 1) el caso de la palestina violada, descrito anteriormente, y 2) un caso en el que los interrogadores casi matan a un sospechoso de asesinato, un palestino nombrado Samer Arbid,  una investigación que también se cerró a principios de este año, indicó la ONG israelí.

El Comité Público contra la Tortura exaltó que tras el cierre de ambos casos, el Ministerio de Justicia ha establecido un nuevo récord mundial en la relación entre denuncias y acusaciones: 1 300 acusaciones, cero procesamientos.

«Un cero grande y gordo. Unas 1 300 personas se quejaron de haber sufrido torturas durante el interrogatorio, pero ninguna de ellas fue considerada digna de que se hiciera justicia», subrayó la ONG israelí.

Experiencia Represiva de Exportación

A tal punto llega la presunta «eficiencia» de los sistemas de la SS israelí que Estados Unidos ha hecho uso de la experiencia y las decisiones israelíes con respecto a los interrogatorios coercitivos y abusivos de los sospechosos, como quedó probado en Irak y en el infame campamento de detención en la ilegal base naval de Guantánamo.

Tanto los estadounidenses como los israelíes están orgullosos de ser únicos; de explicar que su propia situación no es comparable con la de otros países, explica Rachel Stroums, la directora ejecutiva del Comité Público contra la Tortura en Israel.

Entre las técnicas exportadas a las escuelas de torturadores de Estados Unido se inscribieron, entre otras, la «sacudida»,  un sacudón repentino y violento de la parte superior del cuerpo del sujeto, que hace que su cerebro golpee el interior de su cráneo.

La «silla palestina» estaba destinada a poner a alguien en una posición agachada desde la cual no pudieran recuperarse y forzando todo su peso sobre sus muslos y sus pantorrillas permanecían así hasta que lo quisiera el interrogador.

Otra muy popular es el llamado «shabah», una colección de métodos que incluían doblar la espalda del sujeto y atarlo a una silla inclinada, insertar la cabeza del sujeto en una bolsa maloliente y tocar música a todo volumen.

Según la doctora Rachel Stroums, Israel todavía está desviando la mirada de lo que sucede actualmente en el Shin Bet y en las salas de interrogatorio de la policía; está lejos de estar listo para reconocer lo que se hizo durante años a los cuerpos y mentes de muchas personas.

El Shin Bet continúa utilizando violencia física y emocional severa en los interrogatorios, con el conocimiento y aprobación del Ministerio de Justicia, bajo el eufemismo de «métodos especiales».

En septiembre de 1999, el Tribunal Superior de Justicia se pronunció en detalle y en profundidad sobre los métodos utilizados en las salas de interrogatorio del Shin Bet y prohibió por completo la tortura. 

El fallo se dictó cinco años después de que el Comité Público contra la Tortura en Israel presentara la primera petición sobre el asunto, y solo después de que ocurrieran varias muertes a raíz del interrogatorio del Shin Bet, siendo la de Abdel Samad Harizat la más conocida.

Cualquier semejanza con las prácticas de las SS en el Tercer Reich alemán de Hitler pudiera parecer pura coincidencia, pero no lo es.

La controversial decisión adoptada en 1947 por una exigua mayoría de países en la Asamblea General de Naciones Unidas, de facilitar la creación de «un hogar judío» mediante la partición de Palestina, entonces controlada por Gran Bretaña, sin contar con la aprobación de sus habitantes árabes, cristianos y musulmanes, abrió el camino para el surgimiento de un Estado teocrático, expansionista, convencido de su supremacía por mandato divino, que hoy aplica una intolerante política de apartheid a los residentes nativos palestinos, víctimas de una continua limpieza étnica en sus propias tierras.

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