CARACAS.— Aunque concebidas para cubanos, las asambleas de adhesión de nuestros colaboradores a la Declaración del Gobierno Revolucionario del 13 de febrero con el llamado a detener la aventura militar imperialista contra la patria bolivariana, y de respaldo a las palabras del canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, en la conferencia de prensa del día 19, mostraron sorpresas como la de un emocionado orador… venezolano.
Fue en el Área de Salud Integral Comunitaria (ASIC) La California Sur, del estado de Miranda. Luego de los dos himnos y las lecturas correspondientes, el primer orador dijo simplemente: «A veces quisiera tirar la toalla, pero cuando me siento parte de este ejército de batas blancas me digo que tengo que seguir en mi trinchera». Era el joven médico integral comunitario venezolano Carlos Chasoy, quien se siente a sí mismo como «una realidad de dos comandantes» porque se formó mitad en La Habana, mitad en Caracas.
El doctor, que no cree el cuento de la ayuda humanitaria estadounidense a su país, ve en estos que corren «tiempos de guerra, pero de anuncios de paz», y agradece en ellos a hombres y mujeres como los cooperantes cubanos. Tras firmar su compromiso de ayuda incondicional a Venezuela, esos cooperantes hablaron de permanecer junto a sus nuevos hermanos hasta que los Gobiernos de La Habana y Caracas, y los pueblos que representan, lo decidan.
Antes, en la ASIC San Miguel Arcángel, 27 cooperantes afirmaron que las dos declaraciones y el compromiso de permanencia que firmaron son coherentes con el legado de Fidel, el ideario martiano y las enseñanzas internacionalistas del Che.
En la coordinación estadual de las misiones cubanas en Miranda una doctora recordaba al paciente que le preguntó si los cubanos se retiraban. ¿Su respuesta?: Seguiremos aquí, porque los hermanos verdaderos se prueban en tiempos duros.
Esta es —recordaba el doctor Manuel Blanco Pego, coordinador estadual— nuestra «milicia de la paz», como definió José Martí su búsqueda de un puesto en apoyo a Venezuela.
De igual modo, 19 colaboradores de la Misión Deportiva, en plena antesala del aniversario 58 del Inder, comentaron que como mismo dijeron Sí a la nueva Constitución —respaldada por el 98,62 de los colaboradores en Venezuela— ahora apoyan la Declaración de nuestro Gobierno contra las amenazas al pueblo de Chávez.
En el cercano estado de Vargas, 31 colaboradores de la brigada del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Guaracarumbo refirieron que lo que hagan hoy por Venezuela lo hacen por Cuba y por toda Latinoamérica. «Venezuela no es —afirmó emocionada la joven doctora Daislenys Hernández Ramos— cualquier país para Cuba: ¡es un hermano!». Nos queda mucha salud por brindarle, aseguró.
Por su parte, los 50 colaboradores presentes en la asamblea del CDI La Atlántida señalaron que los venezolanos, que con Hugo Chávez al frente se decidieron a ser libres, tienen el apoyo de Cuba. Nuestros internacionalistas defienden entonces, con las únicas armas del servicio de calidad, el Concepto de Revolución de Fidel para consolidar dos procesos de mejoría nacional.
Es el prestigio solidario de Cuba lo que más moral le concede para hacer las denuncias que hace en estos días, señalaron. La frase de una doctora resumió el espíritu con que más de 19 200 colaboradores firmaron serenamente, por Venezuela, en las 700 brigadas de los 335 municipios del país: si alguien pensaba que dejaríamos atrás el compromiso, ya lo desmentimos con nuestra permanencia.