En la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, Cuba denunció las grandes amenazas que penden sobre el mundo, donde se ha emprendido una nueva carrera armamentista. Autor: Estudios Revolución Publicado: 24/09/2018 | 09:09 pm
NUEVA YORK.— Ni palabras protocolares, ni frases posmodernas (gatopardianas), de esas que están en uso en la política internacional para al fin y al cabo dejarlo todo como está, Cuba no se calla. No lo puede hacer. Por sí, y porque los olvidados del mundo lo necesitan.
El discurso del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, fue breve, de apenas unos cuatro minutos y 20 segundos, pero contundente.
El foro de Naciones Unidas volvió a escuchar sin medias tintas sobre las cosas tal cual son. «Alarman —decía en la mitad de su intervención el estadista— los recientes anuncios del aumento del gasto militar, que lanzará al mundo a una nueva carrera armamentista, en detrimento de los ingentes recursos que se necesitan para construir un mundo de paz.
«No puede haber desarrollo sin paz y estabilidad, ni paz y estabilidad sin desarrollo. No puede haber paz y seguridad para pueblos con altos niveles de pobreza, con hambre crónica y malnutrición, insalubridad y escaso acceso al agua potable, analfabetismo, altos índices de mortalidad infantil, muertes por enfermedades prevenibles y baja esperanza de vida».
Nelson Mandela, gran amigo de la Isla y de Fidel, también fue homenajeado. «Cuba —señaló Díaz-Canel— se honra al recordar que compartió sus luchas, en la primera línea de combate, junto con sus hermanos africanos de Angola y de Namibia». Evocó que Raúl lo calificó como «un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz»; y Fidel como «un Apóstol de la Paz».
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros llegó sobre las 8:45 de la mañana al edificio de Naciones Unidas, acompañado por el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, y otros miembros de la delegación cubana que asisten al 73er. período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Madiba o el ejemplo
En la Cumbre por la Paz se aprobó una Declaración política que declara el período 2019-2028 como el Decenio de Paz de Nelson Mandela y llama a los líderes mundiales a «hacer posible lo imposible» y «redoblar los esfuerzos para lograr la paz y la seguridad internacionales, el desarrollo y los derechos humanos».
El encuentro fue conducido por la ecuatoriana María Fernanda Espinosa Garcés, quien se refirió al líder sudafricano y mundial como un hombre que «vivió siempre guiado por los principios que sostienen los cimientos de las Naciones Unidas. Él representó los valores de la paz, la solidaridad, la cooperación, el respeto a todos los seres humanos, sin importar su color, su posición política y creencia religiosa».
La primera mujer latinoamericana en ocupar el cargo de Presidenta de la Asamblea General de la ONU, señaló más adelante las amenazas que acechan hoy al planeta, como «la proliferación de armas químicas y biológicas», así como las «tensiones entre naciones con armas nucleares, las disputas territoriales, las discrepancias étnicas y la opresión a las minorías».
«Este escenario desolador, decía, constituye una seria amenaza a la paz y la seguridad que debemos enfrentar y resolver juntos».
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, subrayó por su parte que bajo el liderazgo de Mandela, Sudáfrica amplió el acceso a servicios de salud, educación, vivienda, agua, saneamiento y electricidad.
«Necesitamos enfrentar las fuerzas que nos amenazan, con la sabiduría, el coraje y la fortaleza que encarna Nelson Mandela. Esta es la única forma de construir el mundo justo, pacífico y próspero previsto en la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», sentenció Guterres.
Decenas de Jefes de Estado y de Gobierno, y representantes de delegaciones de todos los continentes, intervinieron en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, en las que resaltaron los valores y el ejemplo de Madiba.
Un tributo en el que, había señalado Díaz-Canel en su discurso, no solo debe vérsele como al «primer presidente negro de Sudáfrica y al premio Nobel de la Paz, sino que pensemos también en el rebelde que se vio obligado a luchar contra la injusticia cuando le cerraron los caminos pacíficos; al preso político, al defensor de los derechos humanos y de los derechos de su pueblo, y al político que cambió la historia».
Días de arduo trabajo
El actual período de sesiones de la Asamblea General ya se califica como la mayor cita internacional de este tipo. Está previsto que participen 132 jefes de Estado y de Gobierno, se organizaron más de 300 eventos paralelos, decenas de exposiciones y están acreditados unos 5 000 periodistas.
Los 193 Estados miembros inician hoy, martes 25 de septiembre, el debate general, cuyo lema es «conseguir que las Naciones Unidas sean pertinentes para todos: liderazgo mundial y responsabilidades compartidas para lograr sociedades pacíficas, equitativas y sostenibles».
Según la agenda, el Presidente cubano intervendrá en el cónclave en la sesión matutina de mañana, miércoles 26 de septiembre, aunque antes participará en la conmemoración del Día Internacional para la eliminación total de las armas nucleares.
El mandatario cubano arribó el pasado domingo a Nueva York, al frente de una delegación integrada por Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior, y Jorge Luis Perdomo, ministro de Comunicaciones.
Forman parte de su equipo de trabajo, además, Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores; Carlos Fernández de Cossío, director General para Estados Unidos del Minrex; Anayansi Rodríguez Camejo, representante permanente ante la ONU, y José Ramón Cabañas, embajador de Cuba en EE. UU.
Para el 73er. período de sesiones de la Asamblea General de la ONU están acreditados unos 5 000 periodistas.