CARACAS, Venezuela.— El hombre y la mujer nuevos, el amor a la Patria, al futuro, a la justicia, a la igualdad, a la vida fueron exaltados en la tarde de este martes, ante un mar de pueblo, por el presidente bolivariano Nicolás Maduro durante el acto que recordó los cien años de la Revolución Socialista de Octubre.
Hasta el Palacio de Miraflores llegaron cientos de miles de ciudadanos; y allí el Jefe de Estado recordó las numerosas veces que el pueblo ha colmado las avenidas para dar sus batallas. Desde América del Sur, dijo, desde el Caribe, Venezuela ha retomado las ideas de una sociedad humana: un socialismo libertario, independentista, bolivariano, con sus particularidades, que una a los pueblos del Sur y los transforme «en un gran bloque de fuerzas que busque el equilibrio del mundo».
Maduro exhortó a retomar todos los días «el impulso del socialismo de lo concreto». Seguidamente aludió a las dimensiones descritas por el Comandante Hugo Chávez para la construcción del socialismo: la política, la económica, la territorial, la social, y la espiritual.
Sobre la primera, resaltó el valor de la democracia asentada profundamente en el poder popular. Recordó los dos eventos electorales vividos por los venezolanos este año —el del 30 de julio, momento en que más de ocho millones dijeron sí a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), y el 15 de octubre, cuando fueron electos los gobernadores de cada estado para los próximos cuatro años—; «el domingo 10 de diciembre, declaró, vamos a las elecciones, a ganar todas las alcaldías de este país».
El Presidente dedicó parte importante de su discurso a los retos que impone la guerra económica orquestada contra el país desde los centros de poder mundial. Habló del necesario desarrollo de las fuerzas productivas como única forma de enfrentar ese cerco; «ha llegado la hora, dijo, de una nueva etapa para acelerar la tarea de la construcción del socialismo productivo».
Sobre la dimensión de lo social, Maduro recordó a Chávez y su definición según la cual las grandes misiones son las columnas del Estado de bienestar social en el socialismo. «Por eso, comentó, para impulsar y acelerar aun más la Revolución socialista en el campo de la dimensión social es que yo fundé el Carné de la Patria». Y definió esa iniciativa como una herramienta para profundizar todas las misiones.
Al referirse a la dimensión territorial, el mandatario afirmó que cuando Chávez habló del socialismo en esa arista hizo alusión a las comunas, a los consejos comunales, a cada barrio. Vamos a profundizar, anunció, un gran debate nacional, desde las comunas, para que los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) —esos que han sido contrapeso ante carencias y acaparamientos, que han garantizado la distribución de productos básicos al pueblo— sean una gran revolución dentro del barrio.
Sobre la crítica y la autocrítica como estilos para mejorar la obra social, el presidente obrero subrayó que ellas no son para dividir ni para hacer un concurso de intelectuales, de sabiondos, sino para un crecimiento desde la práctica, desde la acción, desde la lucha.
Una quinta dimensión del socialismo que Chávez descubrió, que articuló con sus manos y su corazón, destacó Nicolás Maduro, fue la espiritual. «Ahí cabe perfectamente la dimensión cristiana de nuestro socialismo, del nuestro venezolano», subrayó.
La solidaridad, la honestidad en todos los aspectos de la vida social, el amor a la patria, fueron enumerados por el estadista ante una multitud de la cual asomaban rostros de todas las edades. Es fundamental, reflexionó, construir un nuevo sistema de valores, una sociedad basada en el amor, desde la cual puedan ser acorralados el individualismo, la corrupción y el egoísmo.
«Sigamos diciendo a nuestros ancestros: “Aquí vamos, y mucho más allá”», enfatizó Maduro. Y declaró hacia el final de su intervención que al cumplirse los cien años de la Revolución rusa vale la pena decir a los obreros, campesinos y soldados que soñaron hace un siglo con un mundo mejor, que eso es posible.
«Construiremos el Socialismo del siglo XXI cueste lo que cueste», exclamó el mandatario ante un pueblo que, aunque los principales medios de noticias del mundo han preferido ignorarlo, es el principal protagonista, y el definitorio, del momento crucial que vive Venezuela.