A pesar del rechazo popular, y en medio de las turbulencias judiciales, Temer sigue adoptando medidas que dañan a los de menos recursos. Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 06:58 pm
BRASILIA, junio 7.— El juicio que de manera más inmediata podría marcar la salida de Michel Temer del Gobierno, continuará este jueves luego de dos sesiones y podría prolongarse hasta el fin de semana.
Se trata del proceso interrumpido en abril pasado y retomado el martes, donde se ventila si la dupla electoral vencedora en los comicios de 2014 e integrada por Dilma Rousseff (depuesta por un golpe parlamentario del que se benefició Temer) y el hoy mandatario, recibió recursos irregulares, lo que se traduciría en el cargo de abuso de poder.
Mientras, prosiguen las investigaciones abiertas por el Supremo Tribunal Federal, y aguardan más de diez pedidos de impeachment en contra de Temer, luego de la develación de cintas que demuestran su participación en la entrega de coimas a connotados políticos corruptos, para que no lo vincularan con el escándalo desatado por el proceso Lava Jato.
Sin embargo, dichas pruebas no están siendo analizadas en este caso. Según reportó PL, al término de la vista de este miércoles, el relator Hermann Benjamin reiteró que su voto —a todas luces favorable a la casación (anulación) de la fórmula ganadora en las elecciones de 2014, comentó el despacho— se ajustará a la denuncia inicial.
Aunque Benjamin dijo que tenía el derecho de hacerlo, no usó ni la grabación comprometedora ni indicios ni presunciones, por tratarse de hechos posteriores a las cuatro acciones que son juzgadas, agregó el cable. En la relatoría solo fueron aprovechados «hechos probados» y «explicitados».
A pesar de que se han mantenido las manifestaciones populares que exigen su salida y la celebración de elecciones inmediatas directas, Temer no solo reiteró este miércoles que se mantendrá en el cargo, sino que prosiguió con la adopción de las medidas que le han ganado el repudio de la población, al cerrar la red de farmacias populares.
Ese programa, instaurado por el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, favoreció a más de 38 millones de brasileños de bajos ingresos durante sus primeros diez años de vigencia, apuntó PL, y es considerada la decisión como otro retroceso del ejecutivo en el área de salud.
Temer trata de mantener su ritmo como si no estuviera en la picota pública, pero los pocos partidos que aún le apoyan han condicionado ese respaldo a que salga ileso del proceso en curso.
Si se produce la casación del mandato obtenido por Dilma y Temer en 2014, lo más probable es que el primero deba dejar de una vez la presidencia, y a que a la expresidenta se le inhabilite para aspirar al cargo de legisladora en las elecciones previstas para 2018, comentaron analistas.