Pretoria, octubre 20.— El ministro sudafricano de Educación Superior, Blade Nzimande, convocó este martes una reunión para discutir el tema del costo de las matrículas, causa de las protestas estudiantiles desarrolladas en los últimos días, que han provocado el cierre de las principales universidades de la nación.
Nzimande dijo en conferencia de prensa que intercambiará opiniones con los representantes de los centros de altos estudios e hizo un llamado a los educandos a resolver sus demandas mediante el diálogo, informó PL.
Las manifestaciones, que comenzaron la semana pasada en la Universidad de Witwatersrand (Wits), Johannesburgo, se ha extendido a otras como Cape Town, lugar escogido para el encuentro con el Ministro. Ambos recintos académicos cancelaron desde el lunes sus actividades docentes.
Los estudiantes se oponen al incremento del 10,5 por ciento del costo de la matrícula previsto para el próximo curso escolar.
En Cape Town la policía ha utilizado granadas de aturdimiento para dispersar a los manifestantes y han arrestado a cerca de 20 por violar una orden judicial que les prohíbe ocupar cualquier propiedad de la institución, según informó la cadena pública sudafricana SABC.
En tanto, en la Universidad de Rhodes y en la de Stellenbosch los jóvenes expresaron que seguirán protestando.
Igualmente, la Liga de Mujeres del Congreso Nacional Africano (Ancwl) expresó su solidaridad con la demanda de los estudiantes, en un comunicado de la organización. El documento indica que la educación es una prioridad en el país e insta a toda la sociedad a resolver la propagación de las protestas.
La Ancwl recordó a las instituciones de educación superior que la Carta de la Libertad declaró que las «puertas del aprendizaje serán abiertas», pero los altos honorarios obstaculizan sistemáticamente el acceso «a la mayoría de nuestros estudiantes».
Precisa además el texto que el aumento de esas tarifas muestran «desconsideración total con la situación económica del país» puesto que «los padres que tienen que pagar estas cuotas —la mayoría de los cuales resultan mujeres— son los pobres y de la clase trabajadora».
Al mismo tiempo, condenó la violencia y la destrucción de bienes, aunque explicitó su apoyo a las manifestaciones pacíficas, y declaró que el principio de acceso a la educación es clave para la transformación del país y que las matrículas exorbitantes dejarán sin posibilidades a los estudiantes pobres y académicamente capaces.
La actual protesta es una de las mayores de la historia de Sudáfrica desde la caída en 1994 del régimen segregacionista del apartheid. En septiembre pasado también se desarrollaron otras manifestaciones. En esa ocasión se demandaba una mayor presencia de profesores y alumnos negros y un plan de estudios menos eurocéntrico y más centrado en África.