La Nunciatura Apostólica en La Habana, ubicada en el reparto Miramar desde 1953, constituye el símbolo de los 80 años de una relación jamás interrumpida entre Cuba y la Santa Sede.
Exactamente, el 7 de junio de 1935, con el Decreto Ley No 208, el presidente provisional, Carlos Mendieta, decidió la creación de una legación cubana en la Ciudad del Vaticano, acreditando un enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante la Santa Sede.
De igual forma, el Vaticano acogió con satisfacción dicho gesto, que fue correspondido por el Papa Pio XI con el establecimiento de una Nunciatura Apostólica en la isla caribeña. El documento de su constitución fue firmado el 11 de septiembre de 1935 por el Secretario de Estado, Cardenal Eugenio Pacelli, quien cuatro años después se convertiría en el Papa Pio XII.
Como primer Nuncio Apostólico fue nombrado monseñor Giorgio Giuseppe Caruana, quien se ocupaba de las cuestiones cubanas desde 1925 como Delegado Apostólico para las Antillas y México y presentó sus cartas credenciales en Cuba, el 6 de diciembre de 1935.
La representación cubana ante la Santa Sede estuvo a cargo del representante diplomático en París hasta 1936, cuando en ocasión de la conmemoración del 10 de octubre fue acreditado ante Su Santidad Pio XI, el ministro designado por La Habana.
Más de un historiador reconoce que la decisión del Gobierno cubano de establecer relaciones diplomáticas con la Santa Sede representó un acto coherente con el momento político, enfocado en fortalecer el sentimiento nacional, a partir de la derogación «formal» de la Enmienda Platt, impuesta por Estados Unidos a Cuba.
Los nexos entre la Santa Sede y Cuba se han mantenido, a pesar de momentos de no coincidencia en algunos aspectos. Su historia está colmada de hechos positivos y de colaboración, así como de muchos protagonistas por ambas partes. Esta relación se caracteriza por una diplomacia ética y responsable que ha permitido ganar en confianza mutua.
Al cumplirse el aniversario 80 de esos nexos, son recordados hombres como monseñor Cesare Zacchi, quien tuvo el mérito de saber interpretar los códigos del proceso político cubano, ayudó a mantener las relaciones con la Iglesia y mantuvo una amistad personal con el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Otra figura destacada en los vínculos bilaterales por la parte cubana es el periodista y escritor asturiano Luis Amado Blanco, embajador ante la Santa Sede durante más de una década, quien llegó a ser decano del cuerpo diplomático.
En estos 80 años, dos papas han visitado la Isla: Juan Pablo II, en enero de 1998, y Benedicto XVI, en marzo de 2012. El papa Francisco visitará Cuba en septiembre del presente año.
En el plano menos formal, respetando la historia, se podría hablar de 117 años de relaciones, pues en fecha tan temprana como 1898, el entonces papa León XIII, nombró al primer Delegado Apostólico, monseñor Placide-Louis Chapelle.
(Tomado de Prensa Latina)