James Williams (a la izquierda), presidente de Engage Cuba Coalition, y Luke Albee, consejero principal de Engage Cuba Coalition. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 06:10 pm
La futura Embajada de Cuba en Washington.
WASHINGTON.— En esta ocasión un tupido y verde bosque rodea y cubre la ciudad, subrayando su aparente placidez, y el calor se hace sentir en el Distrito de Columbia, bañado por el río Potomac. El ambiente ecológico parece propicio para que continúe avanzando el diálogo entre Cuba y Estados Unidos, como también el hecho de que el próximo 29 de mayo entra en vigor la decisión del presidente Barack Obama de retirar a nuestra nación de la injusta lista de países patrocinadores del terrorismo. Además, ha trascendido que una entidad bancaria estaría pronto dando servicios financieros a la Oficina de Intereses de Cuba en Washington y al Consulado.
La delegación cubana a la tercera ronda de conversaciones Cuba-Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que comienza este jueves 21 en el Departamento de Estado, llegó a la capital norteamericana desde la tarde del martes 19, y como en las anteriores ocasiones está presidida por Josefina Vidal Ferreiro, directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana. De igual forma, la delegación estadounidense la encabeza Roberta Jacobson, secretaria adjunta de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental.
Estas conversaciones de hoy estarán centradas en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de Embajadas —la decisión anunciada el pasado 17 de diciembre por los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama, y que fuera refrendada en el histórico encuentro de ambos Jefes de Estado en la VII Cumbre de las Américas que tuvo por sede a Panamá, celebrado por las 35 naciones independientes de este hemisferio.
El intercambio tendrá específicamente en la agenda el funcionamiento de las misiones y el comportamiento a seguir por sus funcionarios en ambas capitales, asunto en el cual deben encontrar acuerdo consensuado en base a la Carta de las Naciones Unidas y lo normado por las Convenciones de Viena sobre las relaciones diplomáticas y consulares.
Esto constituye un indicio claro de que con profesionalidad y un enfoque respetuoso se dan pasos precisos para cumplir el mandato ejecutivo de reabrir las Embajadas respectivas en el momento oportuno, a lo que contribuye un contexto bilateral y regional apropiado para avanzar en ese sentido.
Progresos significativos en las conversaciones con un banco norteamericano daban a entender que en un corto plazo quedaría solucionada la situación de los servicios bancarios, elemento sustancial para el funcionamiento de cualquier sede diplomática y consular.
Desde hace más de un año se mantiene la anómala situación, porque las entidades bancarias estadounidenses o de otros países cesaron los vínculos financieros con la entidad cubana por temor a las multimillonarias multas que —al amparo de las leyes del bloqueo— ha impuesto el Departamento del Tesoro estadounidense a quienes mantengan negocios con la Isla.
Tal y como es de intenso el verdor de los bosques que engalanan Washington y las aledañas Maryland y Virginia, así florece la esperanza de que puedan revertirse 56 años de política imperial hostil.
El encuentro de este jueves en uno de los salones del Departamento de Estado dará continuidad a las rondas anteriores, realizadas el 22 de enero en La Habana y el 27 de febrero en Washington, así como a una reunión de seguimiento celebrada en la capital cubana el 16 de marzo.
Expertos y analistas políticos de ambos países, así como fuentes diplomáticas cubanas, aseguran que tras el restablecimiento de los nexos diplomáticos se iniciará un proceso mucho más largo y complejo que permitirá avanzar hacia la normalización de las relaciones.
Al respecto, el Presidente Raúl Castro reiteraba hace apenas una semana —durante la despedida al presidente galo Francois Hollande— algunos de los pasos necesarios para esa normalización: el levantamiento del bloqueo, el tema de la Base Naval de Guantánamo, el fin de las transmisiones ilegales hacia la Isla desde territorio estadounidense, la suspensión de los programas para el cambio de régimen, y la discusión de la compensación al pueblo cubano por daños económicos y humanos.
Cómo se piensa en Washington
En la mañana de este martes, los periodistas cubanos que hemos viajado a Washington para la cobertura de esta ronda entrevistamos a dos de los principales integrantes de la recién creada organización Engage Cuba, una coalición de organizaciones y personalidades de la política —tanto demócratas como republicanos— que representan variados intereses económicos y sociales, y tienen la intención de promover, fundamentalmente en los cuerpos legislativos estadounidenses (Senado y Cámara de Representantes), un cambio en la política que implique el levantamiento de prohibiciones al comercio y a los viajes a Cuba.
Engage Cuba Coalition se presentará oficialmente el próximo 16 de junio.
James Williams, presidente de la coalición, y Luke Albee, consejero principal, ambos con amplia experiencia en el mundo político estadounidense, consideraron que son muchos los actores y organizaciones que se esfuerzan para mejorar las relaciones entre dos países soberanos que pueden trabajar juntos.
«Vemos la oportunidad del momento y la dinámica que está fluyendo en ese sentido», apuntaba Williams, aunque reconocen la existencia en el Congreso de fuertes voces contra la normalización, pero aseguran que son más las que trabajan por el acercamiento, porque son pocas las «voces obstinadas» en Washington sobre este asunto.
«Ustedes pueden sentir aquí que se está moviendo», afirmaba en referencia a ese sentimiento a favor del levantamiento del bloqueo y agregaba que «la gente en Estados Unidos se está moviendo más rápido que sus líderes»; tenemos la sensación de que el pueblo norteamericano quiere un cambio en la situación… y no creo que fuera solo referencia al tema cubano.
Son muchos los campos de interés y hacen referencia a «la magia» de Cuba, según Williams, explicando que pasa también por su música, su riqueza cultural, la pelota como hobby nacional, al igual que para los estadounidenses… Albee rememora su largo encuentro de seis horas con Fidel en 1999, cuando el equipo de Baltimore jugó en la Isla.
Para la académica, historiadora y politóloga Julia Sweig ,«Cuba representa una oportunidad». Foto: Ismael Francisco.
Desde otro ángulo, interesa la valoración de la reconocida académica, historiadora y politóloga Julia Sweig, quien fuera directora de Estudios Latinoamericanos en el Council of Foreign Relations, autora de numerosos libros y a cuya investigacion profunda de Cuba se deben dos volúmenes: Cuba: What Everyone Needs to Know e Inside the Cuban Revolution.
Se presenta diciendo que es una persona optimista «con el vaso medio lleno», y a pesar de afirmar que la política de su país «está estancada en cuanto a la producción de nuevas leyes» en el Congreso, considera que «es cuestión de tiempo, quizás no de inmediato» para que revierta la política hacia Cuba.
Para Julia, en los próximos 18 meses, antes de que Obama termine su mandato, puede tomar otras decisiones que harán difícil revertirlas; aunque también afirma que asi el próximo presidente sea un republicano va a ser muy difícil que revierta lo que ha hecho Obama.
Su análisis del porqué el mandatario estadounidense llegó a la decisión de iniciar el diálogo con Cuba pasa por la posición coherente de América Latina en este punto y la visión geopolítica del Presidente norteamericano hacia la región: «Cuba representa una oportunidad».
Las elecciones presidenciales están ya en campaña y existe la posibilidad tanto de un republicano como de una continuidad demócrata a la cabeza de ese país. Julia Sweig enfatiza: «No tengo la menor duda de que si es Marco Rubio quien llega a la Casa Blanca habrá muchas iniciativas para deshacer lo que Obama ha hecho respecto a Cuba». Sin embargo, asegura que el stablishment del Partido Republicano va por Jeb Bush».
Como muchas cosas relacionadas con Cuba, el aspecto político es relevante, dijo la investigadora, y «la opinión pública norteamericana se ha pronunciado, y cada vez viajan más a Cuba, lo que consolida la decisión pública».
Sin embargo, en este país la política y sus objetivos no se deciden en las calles, por la gente común, parte de la rama ejecutiva, y en este caso Obama ha sido claro: modifica o actualiza la política, pero no el objetivo de intentar «cambios en Cuba». Y luego está lo que decida el legislativo, y este se reúne, cabildea y decide en el Congreso.
Este miércoles tuvimos este grupo de periodistas cubanos la oportunidad de visitar el Capitolio de Washington. Está en reparación y su domo o cúpula, coronada por una estatua que representa la libertad, está cubierto de andamios y toldos protectores en los que laboran 150 trabajadores de la restauración.
Encabezados por los arquitectos del Capitolio, máximos responsables del mantenimiento del importante y longevo edificio, están el ingeniero y superintendente Carlos Elías y su asistente Luis Rosario, quienes nos dieron una detallada explicación de las obras; luego Jacksan, amable y entusiastamente, nos guió en un viaje histórico por sus principales salones y lustrosos pasillos.
Le dan nueva vida a la edificación; ojalá allí, quienes han sido electos para defender los intereses de un pueblo y no de una minoría —como dejaron escrito sus Padres Fundadores—, decidieran lavar las muchas manchas que ha dejado la actuación imperial en el mundo, y entre ellas, la de la hostilidad hacia un pueblo vecino que solo quiere la paz y el bienestar de sus ciudadanos.
Este jueves, durante las conversaciones en el Departamento de Estado, puede darse otro paso en ese camino…
El cartel que identifica a la Oficina de Intereses de Cuba, de la Embajada de Suiza. Pronto este cartel será historia.
Detalle actual de la sede diplomática cubana en la Calle 16 NW, de Washington DC.
Una rosa blanca entre rosas rojas en la entrada de la Sección de Intereses de Cuba.
La imponente escalera del recibidor.
La cúpula de la casona.
En construcción la entrada de la sede diplomática. Obreros mexicanos avanzan la obra.
La Calle 16, Washington DC.
La Calle 16 (detalle), Washington DC.
Desde el otro lado de la Calle 16.