Onaga dijo que esta iniciativa «no será aceptada jamás». Autor: El Diario Publicado: 21/09/2017 | 06:07 pm
TOKIO, abril 17.— El gobernador de Okinawa, Takeshi Onaga, expresó este viernes su desacuerdo con el traslado de la base militar estadounidense de Futenma, Japón, hacia otra zona dentro de la misma provincia, informaron medios locales.
«La población de Okinawa está en contra del traslado», declaró el político luego de un encuentro con el primer ministro Shinzo Abe, en referencia a la mudanza de la base hacia la nueva locación.
Según EFE, la primera reunión celebrada entre el Primer Ministro y el gobernador para tratar el asunto sirvió para subrayar su enfrentamiento por la construcción de las nuevas instalaciones militares, un proyecto atascado desde hace casi una década por la fuerte oposición de los políticos y la población local.
Abe afirmó que el traslado de la planta es «la única solución posible para solucionar el problema», mientras Onaga afirmó que esta iniciativa «no será aceptada jamás» por las autoridades locales.
El gobernador de la prefectura pidió el jefe de Gobierno que comunicase su indignación y la del pueblo de Okinawa al presidente Barack Obama, cuando Abe visite la Casa Blanca a fines de mes, comentó PL.
«Okinawa nunca ha ofrecido voluntariamente tener la base. El Gobierno nos quitó ese terreno y ahora nos ofrece pagar el traslado», afirmó Onaga.
Además de invocar el aumento de los riesgos de criminalidad, los habitantes radicados en las cercanías del enclave militar alegan que resulta insoportable el ruido de aviones y helicópteros en la zona.
La prefectura japonesa de Okinawa concentra a más del 50 por ciento de los 48 000 militares que Estados Unidos mantiene en Japón, según fuentes castrenses.
El acuerdo para el traslado de la base, operada por el cuerpo de marines de EE.UU., data de 2006. El anterior primer ministro, Yukio Hotoyama, abogó por sacar el asentamiento militar de la prefectura en 2010, sin embargo, Shinzo Abe logró que el anterior gobernador de Okinawa, Hirokazu Nakaima, aceptara mantenerlo en su prefectura.
Los japoneses protagonizaron manifestaciones el pasado mes en protesta por el posible daño climático, ambiental y urbanístico que podría causar el enclave.