Por el cese bilateral del fuego se pronunciaron las 12 víctimas del conflicto armado que están en La Habana. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:55 pm
Colombia volvió a darles voz a las víctimas de más de 50 años de conflicto armado en el país. Este miércoles las partes involucradas en la confrontación, el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), escucharon los testimonios desgarradores del segundo grupo que participa en los diálogos de paz en La Habana.
En un intercambio con la prensa, a la que presentaron un comunicado conjunto, reiteraron la exigencia de un cese el fuego bilateral y demandaron de las partes que «por ningún motivo se levanten de la mesa hasta que, finalmente, se pueda concretar un pacto de lealtades para sacar este proceso de paz adelante».
El texto reclama «de manera urgente un cese el fuego bilateral con el propósito de prevenir nuevos hechos que victimicen a la población colombiana».
Para el joven de 28 años Reinier Barbosa —herido por una mina antipersonal y parte del desplazamiento forzado—, resulta determinante un cese de las hostilidades, para que no siga aumentando la cifra de víctimas. «El dolor se debe minimizar», apuntó.
En la composición de esta delegación —en la que participan nueve mujeres y tres hombres—, se agregó, además de los victimados por el Gobierno, la guerrilla o los grupos paramilitares, a los afectados por delitos de secuestro, desplazamiento y desaparición forzada.
También reclamaron justicia, pero, afirmaron, esta no entendida como venganza, sino como un derecho y compromiso con la paz.
Destacable fue, apuntan, el clima de respeto en el que se desarrolló la reunión, a la que acudieron sin presiones y convencidos de que solo escuchando y respetando a las víctimas se puede construir la verdad, como camino para la consecución de la paz.
Así lo aseveró Marleny Orjuela al apuntar que se escuchó «con mucho respeto» lo que cada uno de ellos planteó a las partes involucradas.
Coincidentes en los planteamientos fueron Marisol Garzón y Consuelo González. Para la primera fue impactante esa atención a sus reclamos. «Libremente expusimos lo que quisimos. Nos vamos con la esperanza de la paz y el deseo de seguir construyendo un país diferente donde se respeten los derechos humanos», dijo.
Las víctimas también se pronunciaron sobre la necesidad de que, en una Colombia de paz, se respete el derecho de los pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes.
Por su parte, la Conferencia Episcopal, el Centro de Pensamiento y Seguimiento de los diálogos de paz de la Universidad Nacional de Colombia y las Naciones Unidas, entidades encargadas de seleccionar y traer a las víctimas a La Habana, también emitieron una declaración en la que felicitan el valor de las personas participantes en el encuentro y pidieron seguridad para ellas y sus familiares.
Saludaron el deseo expresado por varios miembros de la delegación de continuar su rol como constructores de paz desde las diferentes regiones donde residen.
Para hoy jueves está previsto el cierre del vigésimo séptimo ciclo de conversaciones y se espera que tanto Gobierno como insurgencia emitan una declaración.