Zhang Kunsheng, ministro asistente de la Cancillería. Autor: Nyliam Vázquez García Publicado: 21/09/2017 | 05:52 pm
BEIJING.— Recorrer la República Popular China es comprobar los cambios vertiginosos experimentados por un país de dimensiones descomunales y, además, el más poblado del planeta. Pareciera que nada queda estático en sus más de nueve millones de kilómetros cuadrados y que el paisaje grabado en la retina, al voltear la mirada, ya fue transformado por la laboriosidad ancestral. Cada paso apenas permite el asomo a la vida cotidiana de un pueblo que persigue un sueño y trabaja por hacerlo realidad.
«El gran sueño chino es conseguir el desarrollo, la prosperidad y la armonía común», aseguró Zhang Kunsheng, ministro asistente de Asuntos Exteriores de China, durante un diálogo con periodistas latinoamericanos, reunidos en Beijing, previo a la gira de Xi Jinping, presidente del gigante asiático, por varios países de la región.
A pesar de la distancia geográfica, las aspiraciones de los chinos son compartidas, así que no es casual que América Latina sea una plaza ideal para lograr una cooperación de beneficio mutuo y ganancias, dos factores esenciales para la materialización del sueño chino y de las metas latinoamericanas, inherentes al ser humano, pero difíciles de conseguir en un contexto adverso no solo para las relaciones internacionales, sino para la sobrevivencia de nuestra especie.
Con un mercado que incluye los 1 300 millones de chinos más los 600 millones de latinoamericanos, la profundización de los lazos de amistad significa no solo un nicho de grandes potencialidades en la esfera económica y comercial, sino un contrapeso importante frente a la hegemonía estadounidense.
De un lado y de otro, dispuestos a intercambiar experiencias, a dialogar sobre fórmulas que se acomoden a realidades y necesidades, no sorprende que el Ministro Asistente de Asuntos Exteriores chino asegure que todo cuanto ocurra durante la participación del presidente Xi Jinping en la VI Cumbre del grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en Brasilia, en las reuniones con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o en las visitas de Estado a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba, contribuirá al futuro promisorio de las relaciones chino-latinoamericanas.
Zhang Kunsheng explicó que la gira tiene entre sus objetivos intensificar el respeto y la confianza recíproca, en lo económico, impulsar soluciones para vínculos comerciales que potencien soluciones de beneficio recíproco, y en lo cultural y social, busca que ambas partes se aprendan mutuamente.
Para China la relación con América Latina se ha tornado estratégica. La relación con Brasil, que ha llegado, según el funcionario, a un lugar sin precedentes; el crecimiento sostenido del intercambio económico, la amplificación y diversificación de las áreas de trabajo, y el interés de Beijing por compartir sus experiencias, ponen sobre la mesa una amplísima gama de posibilidades.
Aunque todavía la agenda de trabajo del Presidente chino en cada uno de los países no está concluida, cada parte prepara los documentos que se discutirán al más alto nivel, así como en la VI Cumbre de los Brics y las reuniones con líderes de la Celac.
En cada país hay un camino recorrido. En Brasil destaca la cooperación en manufactura, energía, en Argentina, las inversiones chinas en transporte, en Venezuela en temas energéticos y viviendas sociales y en Cuba el Gobierno chino apoya e incentiva a sus empresas para que inviertan en la mayoría de los sectores. Sin embargo, de lo que se trata es de conseguir un más rápido desarrollo con una amplia complementariedad.
El mandatario chino estará acompañado por representantes de más de cien empresas durante la próxima gira latinoamericana, a efectuarse entre los días 15 y 23 de julio para impulsar ese objetivo.
«Esta visita será importante para proyectar el futuro desarrollo de las relaciones», aseguró Li Baorong, subdirector general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, quien también dialogó con los periodistas.
Y mientras el Gobierno en Beijing demuestra la importancia que lo otorga a las relaciones con América Latina y el Caribe, mientras se preparan los temas y acuerdos a discutir en los próximos días, los chinos seguirán trabajando por conseguir sus máximas aspiraciones, los latinoamericanos otro tanto, y de seguro todos estarán más cerca de esos sueños compartidos.