Omary Tembweta Mgumba, Miembro del Comité Nacional Ejecutivo del Chama Cha Mapinduzi (Partido de la Revolución) de Tanzania, estuvo hace apenas unas semanas en Cienfuegos. Autor: Glenda Boza Ibarra Publicado: 21/09/2017 | 05:50 pm
Tanzania es un país de África central que apenas se conoce por ser la cuna de Freddie Mercury, quien para colmo es conocido como un músico británico porque nació en esa patria negra cuando aún era colonia de Inglaterra. Pero, más que tierra natal del popular cantante, esa nación fue lugar de entrenamiento de gran parte de los Movimientos de Liberación Nacional del continente negro.
Y hasta allí también llegaron los cubanos, aunque solo de pasada y encabezados por el Che, durante aquellos años cuando el fusil y la sangre latinoamericana se fueron a evitar guerras entre una misma raza en el Congo y Angola.
Esa era y es una conexión que no puede evitar Cuba con los desposeídos, con los que han sufrido el colonialismo, con los que hacen revoluciones.
Una unión que no pueden impedir luego quienes arriban a la Isla, hermanados por la Historia.
Así llegó hace muy poco Omary Tembweta Mgumba, uno de los miembros más jóvenes del Comité Nacional Ejecutivo del Chama Cha Mapinduzi de Tanzania, que no es más que Partido de la Revolución en idioma suajili.
Y aquí supo por primera vez de la crueldad de una cárcel, la soledad de una celda de unos 15 pies de largo por siete de ancho, sin más muebles que una litera de hierro con fina colchoneta, meseta y asiento de concreto. De metal, el inodoro, el lavamanos y el espejo.
Vestido como preso en pleno Museo de Bellas Artes, en el «hueco» que «creó» Kcho para mostrar al público la arista más sádica del sistema penitenciario estadounidense, bastaron cinco minutos para entender los 17 meses que pasaron allí Los Cinco. Bastó esa experiencia, para unirse a la causa.
«Fue muy conmovedor. No fue cómodo estar allí. Pude conocer la realidad de esos cubanos y todas las cosas malas que han sentido estando presos. Hay que hablar en voz alta e informar esta situación», y recordó cómo Mandela fue escuchado desde la prisión y los Cinco también.
«Primero quiero alentar a los cubanos a que no tengan miedo porque el mundo sabrá la verdad. Ellos quieren crear una mala reputación de Cuba que no es cierta».
«¿Cómo es posible que una nación tan poderosa como Estados Unidos, con un gran sistema de seguridad pueda temerle a cinco hombres? Es claramente una razón política la de su encarcelamiento.
«Antes de visitar Cuba yo tenía mis dudas porque es muy mala la propaganda que se hace de la Isla allá afuera. Cuando llegué vi muchas cosas diferentes. Los cubanos aman su país, creen en sus líderes y siguen la ideología socialista. Me di cuenta que el socialismo es una buena forma de vida para las personas, porque confía en la humanidad.
«Lazos históricos unen nuestros países y estamos conscientes de la responsabilidad que tenemos de unir y alentar a más personas a divulgar el caso de los Cinco y luchar por su regreso a Cuba».
Fue una corta conversación que no precisó de intérpretes, a pesar del miedo a que mi conocimiento del inglés no fuera suficiente. Pero solo bastan miradas para hablar de los Cinco, porque ese es un tema que en Cuba se habla con el corazón.