MOSCÚ, 18 de marzo._ El presidente ruso, Vladimir Putin, aseveró hoy que Occidente continúa la política de frenar a Rusia y dijo que cruzó la línea con un comportamiento grosero, irresponsable y poco profesional, en torno a la situación con Ucrania y Crimea.
Al dirigirse a la Asamblea Federal (Parlamento bicameral), Putin instó a los gobiernos occidentales a cesar la histeria y admitir que Rusia tiene intereses nacionales, los cuales deben ser respetados, enfatizó en clara alusión a la posición de Moscú de apoyo a la unificación de Crimea y Sebastopol.
Putin acusó a Estados Unidos y a los aliados de atribuirse el derecho de decidir el destino del mundo, ignorando con ello las decisiones de la ONU.
Tenemos, subrayó el mandatario, todas las razones para afirmar que la política de contención a Rusia aplicada desde el siglo XVIII y durante el XX continúa hoy.
El mandatario ruso acusó a Occidente de tratar de arrinconar a su país por tener y defender una posición independiente, por llamar las cosas por su nombre sin hipocresía.
Pero todo tiene un límite. No vemos pasos recíprocos. Al contrario, nos han mentido varias veces, han tomado decisiones a nuestras espaldas y lo han presentado ante nosotros ya como hecho consumado, aseveró el gobernante ruso, refiriéndose precisamente a la ampliación de la OTAN hacia el este y a los planes del escudo antimisiles, patrocinado por Estados Unidos.
Dijo en su discurso ante legisladores, diputados y representantes de la sociedad civil que Moscú no rehúsa la cooperación de la OTAN, pero está en contra de que ese bloque militar «gobierne en los territorios rusos históricos», frente a la estrategia de la alianza de ampliar el cerco alrededor de Rusia, con nuevos miembros en el espacio postsoviético, como Ucrania y Georgia.
No puedo sencillamente imaginarme que vamos a ir a Sebastopol de huéspedes de marinos de la OTAN, manifestó el mandatario en la sala abarrotada de invitados, incluidos el presidente del parlamento crimeo, Vladimir Konstantinov, el primer ministro de Crimea, Serguei Aksionov, y el alcalde popular de Sebastopol, Alexéi Chali.
En cuanto a las amenazas de sanciones, recordó Putin que siguen vigentes en relación con Rusia algunas restricciones impuestas por Occidente a la extinta Unión Soviética, como las listas discriminatorias que prohíben la venta de tecnologías, componentes y equipos. Fue derogada esa prohibición pero solo formalmente, agregó.
Sobre la cuestión crimea, Putin expresó que se sabía de antemano que Rusia no se cruzaría de brazos ante el destino de millones de rusos que viven en esa península. Rusia cayó en una situación límite y no podía retirarse, consideró el estadista.
El líder ruso agradeció a los dirigentes de China por el tratamiento de respeto, comprensión «en toda su amplitud histórica y política» hacia la situación en torno a Crimea, y apreció la contención y objetividad del gobierno de la India. Ambos son socios de Rusia en el Grupo Brics.
Putin, por otro lado, se dirigió al pueblo de Estados Unidos con la petición de reconocer el derecho de los crimeos a la independencia, al invocar capítulos de la historia de esa nación.