El Consejo Legislativo del estado Miranda celebró que Cuba presida la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y pertenezca a las instituciones integracionistas de la región, que han tenido su principal impulsor en el presidente Hugo Chávez. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:30 pm
CARACAS.— Un acuerdo en solidaridad con el pueblo cubano, con el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, y con el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, fue adoptado por el Consejo Legislativo del estado Miranda, en cuya jurisdicción está enclavada la sede diplomática de la Isla.
El acta de la resolución fue entregada en la Embajada antillana por Aurora Morales, presidenta del parlamento estadual, y miembros de su bloque de diputados bolivarianos.
Este es un mensaje de apoyo a Cuba, siempre solidaria con América Latina y Venezuela, y de agradecimiento por las misiones médica, deportiva, cultural, que son una muestra de la vocación de servicio del pueblo cubano.
También —agregó— es un reconocimiento más, del pueblo mirandino y venezolano, por el cuidado, atención, amor, que le han prodigado al presidente Hugo Chávez Frías.
«Agradecemos desde aquí todo ese cariño para que el Comandante recupere su salud», expresó Aurora Morales.
El acuerdo del legislativo estadual fue también, al decir de su Presidenta, «un acto de desagravio» por los recientes ataques de un reducido grupo de personas contra la sede diplomática; una «acción terrorista, fascista, que fue repudiada por la mayoría de los venezolanos», explicó.
Nuestra relación con Cuba es fundamental. El imperialismo ha querido aislarla, la ha bloqueado; sin embargo —agregó Morales— no han podido. «Celebramos que hoy Cuba presida la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y pertenezca a las instituciones integracionistas de la región, que han tenido su principal impulsor en el presidente Chávez».
El Acuerdo de Solidaridad fue recibido por el embajador Rogelio Polanco, diputado a la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, en presencia de miembros de la sede diplomática y de las misiones cubanas en Venezuela, encabezados estos por Roberto López Hernández, miembro del Comité Central del Partido y también diputado a la VIII Legislatura, que quedará establecida este domingo en La Habana.
El diplomático agradeció la resolución de solidaridad del Consejo Legislativo de Miranda. «En estos días hemos sentido más de cerca esa unión entre nuestros pueblos», dijo.
También saludó al «gobierno, las fuerzas armadas y la policía bolivarianos, que durante los días de provocación cumplieron cabalmente las obligaciones internacionales y protegieron la inmunidad diplomática de la embajada; que no se turbara la tranquilidad y la dignidad de la sede».
Polanco remarcó la diferencia de la actitud verificada la pasada semana ante las provocaciones de un reducido grupo neofascista, y lo ocurrido durante el golpe de estado de 2002, cuando esta embajada fue asediada y agredida, y las fuerzas de facto no solo incumplieron las convenciones internacionales, sino que promovieron y fueron cómplices de aquellos hechos.
Aunque con un consejo legislativo revolucionario, el estado de Miranda es gobernado por Henrique Capriles Radonski, que estuvo entre quienes promovieron las acciones contra la Embajada de Cuba en abril de 2002, ejecutada por grupos terroristas asentados en Venezuela y Miami.
Días atrás, al denunciar las acciones fascistas contra la sede diplomática de la isla caribeña, el vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana, Nicolás Maduro, responsabilizó a Capriles Radonski, y al alcalde del municipio Baruta —donde está residenciada la sede diplomática—, el también derechista Gerardo Blyde, de lo que pasara en las adyacencias de la misión cubana.
Quienes realizaron la provocación pusieron fin a la misma el lunes, no sin antes protagonizar, ante cámaras de televisión, un ataque físico contra una persona de la tercera edad.
El anciano, que criticaba la actitud fascista, fue agredido por uno de ellos, que se abalanzó sobre él e intentó quitarle la batería del marcapasos que portaba en su cinturón, en un hecho sumamente violento que, de haber tenido éxito, hubiera podido costarle la vida a quien expuso ante todos la dignidad del pueblo venezolano.