Movimientos sociales y partidos de la izquierda brasileña convocaron a una manifestación en Brasilia, para celebrar este martes el ingreso de Venezuela al Mercosur y apoyar al presidente Hugo Chávez. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:23 pm
CARACAS.— Como la «ecuación perfecta», calificó el presidente Hugo Chávez la incorporación en pleno derecho de su país al Mercado Común del Sur (Mercosur), la que quedará ratificada este martes 31 de julio en Brasilia, durante una cumbre de los Jefes de Estado de Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela.
En lo material convergerán el país con los mayores depósitos de hidrocarburos del mundo —en posesión del caribeño— y uno de los bloques punteros en producción agrícola y con un potencial industrial y tecnológico gigantesco.
A la vez, a partir de ahora marcharán como grupo las naciones con las mayores reservas de biodiversidad y agua del planeta... Mas esto es solo una dimensión geográfica y económica.
También está la política. Son cuatro países con liderazgos progresistas y amplio apoyo popular. Cada uno tiene sus características, tanto por sus perfiles personales como por el hacer a que obliga el equilibrio del poder en sus naciones.
Pero no hay dudas de que la brasileña Dilma Rousseff, su par argentina Cristina Fernández y el mandatario uruguayo, José Mujica, tienen un gran compromiso con la integración, el progreso, la paz y el mejoramiento humano en la región.
Chávez, por su parte, es un elemento en sí. Se trata de una figura con una postura radicalmente revolucionaria, proactiva, consensual y ecuménica, capaz de llevar a su más exacto eje el fiel de la balanza; sin sacrificar a su nación, pero con los brazos extendidos a todo lo que se pueda hacer para lograr el objetivo principal: la integración y el bien de los pueblos.
Con la reunión de hoy en Brasilia, se produce la incorporación definitiva de Venezuela al Mercosur. Ha sido un camino largo se inició el 4 de julio de 2006, cuando se aprobó el protocolo de adhesión del país caribeño por parte de los países miembros (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay —excluido del bloque tras el golpe de Estado parlamentario contra el presidente constitucional Fernando Lugo, el 22 de junio último).
Tras el consenso de los estadistas, en 2006 los parlamentos de Argentina y Uruguay cumplieron rápidamente el trámite de beneplácito —paso obligatorio—, y el brasileño lo hizo tres años después, en 2009. El legislativo paraguayo, empero, nunca lo aprobó, rehén de un grupúsculo de diputados de la ultraderecha que hasta pidió a Caracas varios millones de dólares a cambio de su voto, según se develó recientemente.
Tras la asonada institucional contra Lugo y la exclusión de Paraguay del bloque (una medida que en mi criterio se retirará en algún momento posterior al retorno de la legalidad a ese país), el pasado 28 de junio, Dilma, Cristina y Mujica decidieron, en pleno derecho, aprobar el ingreso de Venezuela.
La incorporación de Venezuela permitirá, según el presidente Hugo Chávez, «llevar la economía local a una nueva escala».
De hecho, ya su Gobierno aprobó, solo para lo que queda de año, un fondo de no menos de 500 millones de dólares con el fin de potenciar industrias estatales, comunales y privadas, con vocación exportadora, que puedan entrar al mercado de casi 300 millones de personas que ahora se les abre, pero en mejores condiciones arancelarias y de otra índole.
Su ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, señaló recientemente que este paso «supondrá para el país 3 000 millones de dólares en ingresos adicionales y 240 000 nuevos empleos» en los primeros años solo con acceder al uno por ciento de las importaciones no petroleras de los otros tres miembros.
En tanto, Venezuela, será una garantía de abastecimiento de hidrocarburos para el bloque. Al mismo tiempo, por sus amplios programas sociales, impactará al bloque con una nueva visión.
Al respecto, el sociólogo brasileño Emir Sader, secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), decía en una entrevista a la televisora local VTV: «Ahora se abren posibilidades en el Mercosur para pensar otras dimensiones de la integración, no solo de complementariedad, sino también en educación, cultura, comunicación...»
El presidente uruguayo, José Mujica, explicaba la significación histórica de la integración de Venezuela al bloque así: «No es que Venezuela entre al Mercosur, es el Mercosur que entra en Venezuela, porque es un país de carácter estratégico en América Latina». Y agregaba más adelante: «No existe una nación más complementaria con América Latina que Venezuela».