Entre lágrimas e indignación, los sirios despidieron a sus muertos. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
DAMASCO, diciembre 24.— Miles de sirios despidieron este sábado a las víctimas del doble atentado terrorista del viernes que provocó 44 muertos y 166 heridos, además de considerables daños materiales, al tiempo que crecen las condenas contra el lamentable acto.
La plaza de la milenaria Mezquita Omeya se repletó de pueblo, que se congregó en esta histórica zona del Viejo Damasco para acompañar a los enlutados familiares, en un funeral que se convirtió en una manifestación de reafirmación popular de apoyo a la unidad nacional y de respaldo al presidente Bashar al-Assad, reportó PL.
Con banderas sirias, muchas con la foto del mandatario en el centro, la multitud coreaba diversas consignas de condena a la violencia terrorista y de determinación de aplastar la conspiración.
Los féretros estaban envueltos en la bandera siria, y el pueblo sacó algunos para llevarlos en hombros hacia el interior de la mezquita en medio de exclamaciones patrióticas de la enardecida multitud que aún está consternada por los criminales actos, los cuales, según el gobierno, tienen las huellas de mercenarios de Al-Qaeda, sin precedente en los anales de esta milenaria ciudad, reseñó PL.
En sendos atentados, a todas luces minuciosamente planificados, coordinados y ejecutados por expertos en terrorismo, dos suicidas detonaron dos coches bomba, el primero contra una dependencia regional de la seguridad estatal y al minuto, el segundo contra la Dirección General de Inteligencia, no distante de la primera.
Dentro de la milenaria mezquita, el ministro de Donaciones y Seguro Social Abdul-Satar al-Sayyed leyó una declaración conjunta de clérigos y personalidades eclesiásticas islámicas y cristianas en la que condenan los asesinatos, los atentados dinamiteros, la destrucción y los sabotajes.
«Tales actos no son otra cosa que un reflejo real de la peligrosa conspiración que hoy afronta Siria», subrayan los líderes religiosos en su comunicado, e instan al pueblo a estar plenamente consciente de lo que está sucediendo en el país, para poder derrocar esa hostilidad.
El ministro al-Sayyed afirmó: «estamos determinados a cerrar filas ante la conspiración que agrede nuestra seguridad, la patria y nuestros valores».
En tanto, prosiguen las expresiones de repulsa. La Red Siria de Derechos Humanos condenó los hechos, que son la reacción —consideró— de los terroristas a la firma por el Gobierno sirio del protocolo de observación con la Liga Árabe.
La coincidencia entre la llegada de los observadores árabes el jueves y los ataques terroristas el viernes muestra el temor de los conspiradores de que salgan a la luz pública sus mentiras y falsedades sobre Siria, y queden desenmascarados.
Esa organización no gubernamental se pregunta por qué el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra no ha condenado los ataques. Y por qué la ONU los ha ignorado.
Por su parte, imanes y predicadores islámicos emitieron una enérgica condena contra los atentados. Los líderes musulmanes ratificaron que el Islam no tiene nada que ver con el terrorismo, y mucho menos en las agresiones contra la unidad nacional y la estabilidad del país.
La dirección central del Frente Progresista Nacional, alianza gobernante que reúne a siete partidos, denunció como acto criminal y cobarde la masacre del viernes.
Este atroz crimen constituye una seria escalada, que debe ser controlada con todos los medios, e indica el estado de desesperanza al que ha llegado la conspiración contra Siria, recalca el FPN en un comunicado divulgado este sábado.