Está naciendo Ciudad Caribia. Autor: Juana Carrasco Martín Publicado: 21/09/2017 | 05:05 pm
CIUDAD CARIBIA, estado Vargas.— Otro sueño acaba de nacer en Venezuela. Treinta Vencedores, como se les llama a los hombres y mujeres que estudian y culminan la enseñanza del bachillerato en la Misión Ribas, juraron el lunes, en la cima de la montaña en el Camino de los Indios y bajo la intensa luminosidad del mediodía, estar dispuestos a tomar cualquier tarea, en cualquier lugar y espacio, que contribuya a la construcción de su país.
Significativa la acción de quienes se dieron el nombre de Brigada Gual y España —por los dos patriotas varguenses que en 1797 iniciaron una conspiración en La Guaira y Caracas precursora del levantamiento por la independencia de 1810—, y que con ese mismo deseo, pasión y ahínco emprenden el Curso de Operarios de la Construcción en el aula-taller en que se ha transformado Ciudad Caribia, obra fundamental de la empresa mixta constructora del Alba Bolivariana.
El proyecto une el trabajo y la asesoría de dos misiones cubanas en Venezuela, la Habitat y la Educativa, con la Fundación Ribas, dedicada esta a saldar una deuda de justicia social, la enseñanza y preparación para todos los venezolanos en el nivel medio y técnico.
El brigadista Reinaldo Iriarte habló a nombre de estos hombres fornidos y de trabajo, que en un curso de aproximadamente tres meses se especializarán 12 de ellos como albañiles, siete en plomería, seis en carpintería y cinco como cabilleros.
Provienen de las aulas de la Misión Ribas en diferentes poblados del estado Vargas, y no pocos son damnificados de las recientes lluvias, como Francisco Colón, refugiado con su familia en el Círculo Militar de Mamo, luego de perder su vivienda en los deslaves y derrumbes de noviembre-diciembre pasados.
La determinación de seguir estudios y fabricar las viviendas que necesitan los más humildes es ratificada en una de las aulas de la moderna edificación de la escuela básica de este primer sector de Ciudad Caribia, un proyecto urbanístico de 20 000 viviendas donde ya casi se concluyen 1 200 apartamentos, hogares dignos para el pueblo, y en el que puede visitarse también el espacioso Simoncito para los más pequeñines, incluso desde lactantes, o verse a distancia en el lomerío el enorme tanque de agua potable o el terraceo para los organopónicos.
Lo reafirman con sencillas palabras Alexis Mendoza y Pablo Renott, ambos damnificados de Macuto al pie de la cordillera de la Costa, y Marvin Escalona, de la parroquia Soublette en Catia la Mar, para quienes el polvoriento y empinado terraplén del Camino de los Indios por donde transitan ahora, pronto se convertirá en la nueva carretera que ya las maquinarias pesadas y el esfuerzo de constructores cubanos y venezolanos labran en la montaña.
Como les dijera el ingeniero Orlando Ortegano, presidente de la Fundación Ribas, a los hombres de overol y cascos rojos en este sencillo acto que está haciendo historia: más allá de la construcción de viviendas, de ser instrumentos para ayudar a resolver el problema de la vivienda, ustedes están formando parte de la dignificación de nuestros hombres y mujeres. El estudio y el trabajo es la única manera de lograr la felicidad de nuestro pueblo, y en cualquier lugar donde sea necesario construir, en Venezuela o en el mundo, deben estar ustedes.
Una afirmación que se vio ratificada con miradas firmes y el puño en alto por los 30 fundadores de la Brigada Gual y España, cuya juramentación estuvo apadrinada también por los asesores cubanos de la Misión Educativa, que encabeza la profesora Gladys Vázquez, y los ingenieros, proyectistas y trabajadores de la Constructora del ALBA, que preside el ingeniero Mario Pérez Rodríguez.