Ayer, 17 de septiembre, tuvo lugar la ceremonia fúnebre en honor del pastor bautista Lucius Walker en la sede del Convent Avennue Baptist, en Manhattan, Nueva York, organizada por sus familiares y en la cual participaron importantes líderes religiosos y médicos estadounidenses graduados en la Escuela Latinoamericana de Medicina.
El pueblo de Cuba, que tanto lo admiró y respetó, estuvo representado en sus honras fúnebres por la Reverenda Miriam Ofelia Ortega Suárez, pastora presbiteriana, presidenta del Consejo Mundial de Iglesias para América Latina y el Caribe, y diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
No pudieron asistir a la ceremonia otros líderes religiosos cubanos, que tuvieron una estrecha relación de trabajo y amistad con el Reverendo Walker y las caravanas, como Raúl Suárez Ramos, pastor bautista y director del Centro Memorial Martin Luther King Jr; Pablo Odén Marichal Rodríguez, pastor episcopal, secretario ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba, ambos miembros del parlamento cubano, y la reverenda Estela Hernández Márquez, pastora bautista, directora de la Comisión de Distribución de la Caravana Pastores por la Paz.
Lo impidió el dilatado proceso de aprobación y otorgamiento de las visas de carácter humanitario que solicitaron al gobierno de los Estados Unidos. Dos fueron otorgadas tardíamente y otra no fue concedida.
Los compañeros Fidel Castro Ruz y Raúl Castro Ruz, dedicaron ofrendas florales al valeroso y fiel amigo de los cubanos.
Lucius, quien falleciera el pasado 7 de septiembre, fue director ejecutivo de la Fundación Interconfesional para la Organización de la Comunidad, Pastores por la Paz, organización que dirigió desde su constitución en 1967.
También fundó y desarrolló las Caravanas de Amistad Cuba-EE.UU., conocidas por nuestro pueblo como las Caravanas de los Pastores por la Paz, que cargadas de solidaridad y compromiso de lucha por la justicia, desafiaron desde 1992 las leyes de su gobierno que les impiden visitar nuestro país, enfrentándose así al injusto bloqueo impuesto a nuestro pueblo. «En nuestra opinión el bloqueo es totalmente contrario a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras (…) Nos atrevemos a sugerir que lo que más necesita Cuba es la acción solidaria y profética para terminar el bloqueo», expresó Lucius.