Un pájaro atrapado en el petróleo de las playas de Luisiana. A pesar del embudo que ya recoge el crudo, los daños a la ecología podrían ser irreparables. Autor: AP Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
El dispositivo de tapón embudo instalado por los ingenieros de la British Petroleum (BP) sobre el pozo desbocado en el fondo del Golfo de México recogía este lunes más crudo, pero puede ser demasiado tarde ya que el derrame se convirtió en una colección incontrolable de «cientos de miles de parches de petróleo», de acuerdo con una declaración del militar a cargo de la respuesta federal estadounidense al desastre.
El almirante Thad Allen, de la Guardia Costera y encargado por Obama de coordinar las tareas de control del desastre, dijo este lunes que el sistema instalado por la BP está bombeando ahora hacia la superficie unos 460.000 galones de petróleo diarios.
De todas maneras, tanto Allen como Obama advirtieron que la pérdida no será controlada del todo hasta que se instalen los pozos de alivio, que deben frenar el flujo de crudo que aún manda desde el suelo marino, a un ritmo de alrededor de 20.000 barriles cada día.
Los pozos de alivio quizá estén listo para el próximo mes de agosto, dijo Allen durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. El militar indicó que hay dos pozos en perforación en estos momentos.
Durante unas breves declaraciones a la prensa antes de una reunión de gabinete, Obama reconoció que «está claro que el impacto económico de este desastre será sustancial y sostenido», y luego volvió a apuntar duro contra BP.
«No quiero ver a la BP arreglar con moneditas a los negocios que atraviesan un momento muy duro a causa del derrame», dijo Obama en referencia a las expectativas sobre los pagos que la petrolera deberá hacer a los damnificados.
Obama buscó tranquilizar a sus compatriotas y les prometió que «esto será contenido», aunque «tomará algún tiempo y mucho esfuerzo».
Las perspectivas para el gobierno en este frente no son buenas, si se tienen en cuenta las declaraciones de Allen. El almirante explicó que los equipos de rescate «ya no están lidiando con un derrame grande y monolítico».
«Estamos lidiando con un conjunto de cientos de miles de parches de petróleo que van en diferentes direcciones -explicó-, y tenemos que adaptarnos si queremos estar a la altura de esta amenaza», completó.
Además del medio ambiente y las economías de las zonas costeras de los cuatro estados sobre el Golfo de México (Louisiana, Misisipi, Alabama y Florida), el derrame golpea duramente también al gobierno del presidente, Barack Obama.
Peor que ante el huracán Katrina
Una encuesta señaló este lunes que los estadounidenses consideran la respuesta del gobierno del presidente Barack Obama frente al derrame de crudo en el Golfo de México, peor que la recordada lenta reacción de su predecesor, George W. Bush, ante al huracán Katrina en el año 2005.
Un mes y medio después de la explosión de la plataforma submarina controlada por la empresa petrolera británica British Petroleum, la encuesta -encargada por el Washington Post y la cadena ABC- indicó que 69% de los norteamericanos califica de manera negativa la reacción del gobierno de Obama.
El índice está por debajo del 62% negativo que recibió la respuesta del gobierno de Bush en 2005, cuando Katrina arrasó Nueva Orleans, dejando a su paso más de 1.800 muertos y un duro golpe a la ya alicaída popularidad del presidente.
La encuesta, destacó la ABC, fue llevada a cabo entre el jueves y el domingo últimos. «A pesar de ello, BP enfrenta un profundo daño a su imagen pública», señaló la televisora, cuya pesquisa mostró que el 73% de los encuestados acusaron a la petrolera de perforar en el suelo marino tomando «riesgos innecesarios».