El libro de Eva Golinger y Jean-Guy Allard desmonta las agresiones silenciosas de Estados Unidos contra Nuestra América Autor: Yander Zamora Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
Caracas.- A la venezolana, pétalos de «rosas rojitas» fueron lanzados al aire como bautizo de un libro imprescindible: USAID, NED y CIA. La agresión permanente, una prolija obra de los investigadores Eva Golinger y Jean-Guy Allard, puesta a disposición de lectores ávidos por el Ministerio para la Comunicación y la Información del Gobierno Bolivariano.
No importaron la hora ni la espera para quienes se agolparon alrededor de la carpa blanca, el espacio del MINCI dentro del recinto boscoso del Parque Luis Mariano Rivera-Los Caobos, en que se desarrolla la V Feria Internacional del Libro FILVEN 2009.
Se está ante una artillería pesada para ser utilizada en la batalla de ideas, y todo el mundo quiere tener un arma de ese calibre a su lado, para desmontar, como lo hacen el periodista canadiense residente en Cuba y la abogada estadounidense-venezolana, las agresiones silenciosas del imperio contra Nuestra América.
En este caso, los cinco capítulos de La agresión permanente desnudan la estrategia, los medios utilizados y las tácticas empleadas contra Bolivia, Cuba, Honduras y Venezuela en el actual contexto continental donde EE.UU. no acepta perder su dominio.
El acto de presentación fue no solo la explicación del porqué es tan necesaria esta investigación de la injerencia, sus procesos, metodologías y funcionamiento situacionales de la guerra irregular del imperialismo estadounidense en la región, sino que devino en tribuna de denuncia de lo que ahora mismo se desarrolla en Venezuela, una invasión silenciosa a través de sus agencias que financian a más de 500 de las llamadas organizaciones no gubernamentales y partidos políticos de la oposición, que acompañan la expansión militar en Colombia, agresión grande, severa y peligrosa.
Así está concebido el libro, como una denuncia, como la necesidad de alertar con datos, cifras y evidencias ante la urgencia extrema que impone defender las revoluciones de este continente ante una agresión intensificada para aplastar lo que Noam Chomsky llama «la amenaza del ejemplo».
Golinger y Allard compartieron la advertencia de que la actual administración de EE.UU., la de Barack Obama, ha aumentado los presupuestos de defensa y de los servicios de inteligencia con propósitos aviesos para Latinoamérica y el Caribe. Con solo el 25 por ciento de los 872 000 millones de dólares dispuestos este año para la parafernalia de guerra se pueden alimentar, dar educación y vivienda a todos los niños del mundo.
Sin embargo, como bien se dice en La agresión permanente, la ofensiva imperial en América Latina se evidencia en dólares «para promover la democracia», privatizar la guerra en Colombia, usar nuevas tecnologías para cambiar regímenes, captar agentes, promover operaciones psicológicas y de propaganda, desinformar, comprar conciencias, crear «liderazgos» en la sociedad civil, movimientos estudiantiles, gremiales, religiosos y hasta indigenistas, fomentar el separatismo, y financiar a paramilitares… En pocas palabras promover la desestabilización regional.
En todo el continente hay una urgencia ante las confesas intenciones de la Casa Blanca de Obama de «recuperar el liderazgo y la influencia de Estados Unidos en América Latina», y este libro de Golinger y Allard nos abren bien los ojos para comprender que contra la guerra de Washington hay que tomar acciones concretas desde los pueblos martianos-bolivarianos.