ESTRASBURGO, Francia, marzo 25.— El saliente gobierno checo intentó el miércoles garantizar que su caída «no tendrá impacto en la presidencia» semestral de la Unión Europea (UE), que Praga ejerce hasta junio, aunque admitió que la situación «complica» el futuro del Tratado de Reforma de ese bloque comunitario (Tratado de Lisboa), que el país centroeuropeo aún no ha ratificado.
«No se preocupen; esta situación no tendrá impacto en la presidencia» de la UE, declaró el primer ministro checo, Mirek Topolanek, ante el plenario del Parlamento Europeo, un día después de que su gobierno cayera por una moción de censura lanzada por la oposición de izquierda.
El jefe del gobierno de centroderecha deberá dimitir, pero podrá permanecer en funciones para ocuparse de los asuntos corrientes hasta el final de la presidencia semestral de la UE. A pesar de los intentos por calmar los ánimos, lo cierto es que la crisis checa complica la cuestión de la ratificación del Tratado de Lisboa por parte de Praga, como admitió el viceprimer ministro de Asuntos Europeos, Alexandr Vondra.
«Esperamos el voto del Senado, no va a ser fácil», agregó. La República Checa aún no completó su proceso de ratificación parlamentaria del Tratado, y es el único país en esa situación, junto con Irlanda, que lo rechazó en referendo. Para entrar en vigencia, debe ser ratificado por los 27 países de la UE.
El checo ha sido el tercer gobierno de Europa del Este que cae en el presente año, después de que los líderes de Letonia y Hungría renunciaran cuando sus economías se vieron afectadas por la crisis financiera mundial.