21
Podrían ser muchos más los arrastrados hacia el mar. El número de víctimas fatales en Texas se mantiene en 17
GALVESTON, Texas.— Desde la costa texana del Golfo hasta Michigan, al paso del huracán Ike por 11 estados norteamericanos, se le culpa de más de 50 muertes, pero oficialmente el número de víctimas fatales en Texas se mantiene en 17, aunque miles se quedaron en sus casas que fueron arrasadas hilera a hilera, por lo que las autoridades sospechan que más víctimas se encuentran entre los destrozos o fueron tragadas por el mar.
Solo en Galveston, por donde entró el furioso meteoro, unas 15 000 personas no respondieron a las órdenes de evacuación y semejante situación ocurrió en Península Bolívar. Según AP, los equipos de búsqueda y salvamento y la Cruz Roja, luego del paso del Ike por ambos lugares, rescataron unas 3 500 personas, así que fluctúa el número de las reportadas como desaparecidas.
Se siguen buscando sobrevivientes, no cuerpos, decía un médico en el condado Galveston, aunque los reporteros de AP afirmaban este miércoles que nadie estaba sugiriendo que hubiera miles de muertos, y las autoridades admiten que algunos pudieran haber sido arrastrados por las aguas del Golfo.
Se describe que los cadáveres de animales se descomponen y contaminan la que una vez fue la pintoresca comunidad de Cristal Beach donde permanecieron dos docenas de personas y un sobreviviente afirma que vio allí a un amigo ser tragado por el mar. En los lugares apartados de la costa, donde fueron evacuados decenas de miles, crecen las preguntas, la ansiedad, la frustración y la desesperación por los seres queridos o los conocidos que dejaron atrás. Doce líneas telefónicas reciben constantemente llamadas de personas que tratan de encontrar a sus familiares.
Entretanto, las autoridades de otras regiones del Medio Oeste, que también fueron afectadas por el paso del Ike, piden paciencia a quienes esperan que sea restablecida la energía eléctrica. Ohio reporta casi 900 000 casas y negocios a oscuras, y otros 300 000 en iguales condiciones en Kentucky, Indiana y Pennsylvania, de un total de 2,6 millones de personas que entraron en apagón inmediatamente después del evento meteorológico.
Podría ocurrir, dice AP, que el próximo fin de semana todavía haya miles sin luz eléctrica, aunque se solicitaron a otros estados la ayuda en equipos de trabajo para restaurar el primordial servicio.
Las advertencias de inundaciones permanecen a todo lo largo y ancho de la región afectada, y no son pocas las comunidades en el Missouri, el Mississippi y otros ríos donde ocurrieron crecidas que todavía amenazan, y sobre todo se teme la posibilidad del surgimiento de enfermedades.
Cinco días después del paso del Ike, afirmaba DPA, en varias localidades de Texas se formaron largas filas en los lugares en que se distribuye agua, hielo y alimentos, y algunas personas tuvieron que esperar horas antes de ser atendidas, pues las provisiones se acabaron rápidamente el martes.
El secretario de Seguridad Interior Michael Chertoff —cuyo actuar en el desastre del huracán Katrina hace tres años fue catastrófico— viajó nuevamente a la zona golpeada por el siniestro Ike para informarse acerca de las acciones de ayuda, y afirmó que no iba a dejar de «patear el trasero» de las personas si no funciona bien el abastecimiento.
