Un claro rechazo a la ley Helms-Burton, y la disposición de enfrentar los principales problemas que afectan hoy a la humanidad: la exclusión social y el deterioro del medio ambiente, están contemplados en el borrador de la Declaración de Lima, que los mandatarios latinoamericanos, caribeños y europeos someterán a consideración durante la V Cumbre América Latina y el Caribe-Unión Europea, que tendrá lugar el 16 de mayo en la capital peruana.
En conferencia de prensa en La Habana, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Abelardo Moreno, informó sobre varios de los contenidos expuestos en el proyecto de documento final de la Cumbre, titulado: «Respondiendo juntos a las necesidades de nuestros pueblos».
En tal sentido, subrayó la inclusión de un párrafo en el que las partes repudian las medidas coercitivas y de carácter unilateral, contrarias al Derecho Internacional, y reafirman su rechazo a las disposiciones extraterritoriales de la ley Helm-Burton, un párrafo que ya fue aprobada en la IV Cumbre, en Viena, en 2006.
Quienes guardaban reticencias a hacer expresa nuevamente esa postura repudio a esa ley, no pudieron impedirlo, explicó el vicecanciller, pues las hostilidad del bloqueo se ha recrudecido desde 2006, por lo que esa alusión directa posee más sentido que entonces.
En cuanto a los grandes temas de la cita de Lima, Moreno señaló uno dedicado a la erradicación de la pobreza y la exclusión social, y otro enfocado en el medio ambiente, el cambio climático, la energía y el desarrollo sostenible.
Respecto al primero, el texto destaca que la lucha contra la pobreza ha de ser prioridad, y la califica de «imperativo moral, político y económico». La erradicación del analfabetismo y el hambre, la universalización de la educación preescolar y la garantía del acceso al agua potable, solo son posibles mediante el refuerzo de la solidaridad, aspecto reconocido en el documento y que para Cuba ha sido primordial en las relaciones internacionales.
En tal sentido, el vicecanciller cubano apuntó que el proyecto insta a ampliar el crecimiento y la participación social, un punto de gran importancia, toda vez que a pesar del crecimiento del Producto Interno Bruto en varios países latinoamericanos, la brecha social se ha hecho mayor en la distribución de esa riqueza.
Por otra parte, en cuanto al cambio climático y la energía se reafirmó el principio de «responsabilidad común, pero diferenciada», a partir de que el nivel de responsabilidad no es el mismo para los países altamente desarrollados de Europa y para los del Sur en vías de desarrollo. Los grandes problemas ambientales no tienen su origen en América Latina, afirmó.
Por ello, el proyecto de declaración recoge un compromiso para «impulsar patrones de producción y consumo sostenibles», además de facilitar la transferencia de tecnologías y «despertar conciencias» sobre el impacto del cambio climático.