Bush no lo piensa dos veces para sacarle las castañas del fuego a tramposos como Cheney. Foto: AP. WASHINGTON, junio 28.— El gobierno del presidente estadounidense, George W. Bush, se negó a obedecer las citaciones enviadas por el Comité Judicial del Senado a funcionarios gubernamentales, asociados al controversial programa de escuchas telefónicas.
El Comité Judicial del Senado envió ayer varias citaciones judiciales al vicepresidente de EE.UU., Dick Cheney, a la Casa Blanca, al Consejo de Seguridad Nacional y al Departamento de Justicia, en relación con el programa de escuchas instaurado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, dice EFE.
En una nota firmada por el consejero legal de Bush, Fred Fielding, y enviada al presidente del citado Comité senatorial, Patrick Leahy, se asegura que con «el debido respeto, lamentamos rechazar este camino desafortunado que hemos intentado evitar buscando un consenso».
«Esperábamos que este asunto terminara con su Comité recibiendo información, en vez de tener que invocar nuestro poder ejecutivo», explica Fielding.
Por otro lado, Fielding indica que el presidente George W. Bush había intentado «cooperar» con el envío de más de 8 500 documentos en relación con el polémico asunto, y además enviar al secretario de Justicia, Alberto Gonzales, y otros altos funcionarios a testificar al Congreso.
El Comité Judicial del Senado pretende esclarecer las diferencias surgidas a lo interno de la administración Bush sobre el programa de espionaje doméstico, puesto en práctica por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) sin orden judicial alguna.
Según recuerda PL, el escándalo de las escuchas lo desató el pasado año el diario The New York Times, al revelar que la NSA supervisó llamadas telefónicas y correos electrónicos de miles de personas en Estados Unidos.
Para ello la agencia solo contó con el respaldo de una directiva emitida por Bush en 2002.
Una ley nacional de vigilancia de 1978 establece que los servicios de inteligencia deben solicitar permiso a una corte antes de monitorear comunicaciones de civiles estadounidenses en territorio norteamericano.