Ahora cambiaron la versión y se las dan de víctimas. Foto: AP LONDRES.— Los soldados de la Marina británica que permanecieron casi dos semanas como prisioneros en Irán, se retractaron el viernes, tras su regreso al Reino Unido, de las declaraciones hechas en Teherán y aseguraron que de ninguna manera ingresaron en aguas territoriales iraníes.
Así lo afirmaron en una rueda de prensa celebrada en la base de la Marina en Chivenor . Según DPA, un oficial destacó en nombre del resto de los militares que cuando fueron detenidos el 23 de marzo por Guardianes de la Revolución iraníes, estaban en aguas iraquíes.
El soldado añadió que controlaban su posición constantemente a través del sistema satelital GPS, y subrayaron que mantuvieron una actitud reservada para evitar un incidente de consecuencias internacionales imprevisibles.
La opción de defenderse simplemente no existía, señalaron, y añadieron que algunos de los militares iraníes se comportaron de forma «muy agresiva».
En la rueda de prensa se presentaron seis de los 15 británicos liberados por Irán. Contradiciendo las imágenes de su presentación ante las cámaras de TV iraníes, en las que se mostraban calmados, conversando entre sí, sonrientes, comiendo, e incluso jugando ajedrez, ahora los marinos relataron que fueron maniatados y colocados con los ojos cubiertos contra una pared, mientras oían cómo se quitaban los seguros a armas de fuego. Temieron «lo peor», aseguraron.
Los militares británicos añadieron que las autoridades iraníes les dijeron que si se negaban a admitir que estuvieron en aguas del país persa cuando fueron detenidos, podrían enfrentar siete años en prisión.
«Éramos interrogados la mayoría de las noches y se nos presentaban dos opciones. Si admitíamos que nos habíamos desviado, estaríamos pronto en un avión de vuelta a Gran Bretaña. Si no, enfrentábamos hasta siete años en prisión», indicó el teniente Félix Carman, a cargo de la tripulación.
Por su parte, el jefe de la Marina británica, almirante Jonathan Band, defendió a los soldados ante las críticas por su comportamiento. El alto oficial aseguró que la unidad «reaccionó extraordinariamente bien en circunstancias muy difíciles» y que mostró «una dignidad notable y mucha valentía».
Asimismo, rechazó una información difundida el jueves por la cadena Sky News según la cual los soldados tenían además una misión de espionaje. En una entrevista, el capitán Chris Air había dicho que recopilaban datos sobre «actividades iraníes», pero el viernes explicó que su declaración había sido sacada de contexto.
Por su parte, el primer ministro Blair volvió a su tono agresivo más habitual, instantes antes de que el avión que llevaba de vuelta a los militares británicos tocara tierra el jueves.
En una nueva declaración a las puertas del 10 de Downing Street, insistió en que la liberación se produjo «sin ninguna moneda de cambio, sin ninguna negociación, sin ningún acuerdo colateral de ningún tipo», informó el diario español El País.
Blair subrayó que «el regocijo» por la liberación de los marinos había quedado «ensombrecido» por la muerte, la noche anterior, de cuatro soldados británicos y su intérprete en Basora, en el sur de Iraq. Y aunque admitió que no tenía ninguna prueba de que el gobierno de Irán estuviera detrás de ese incidente concreto, «el cuadro general es que hay elementos en el régimen iraní que están financiando, armando y apoyando el terrorismo en Iraq».