Es común que niñas y niños en edad escolar sientan curiosidad por lo que sus cuerpos tienen de igual o diferente
Es común que niñas y niños en edad escolar, e incluso antes, sientan curiosidad por lo que sus cuerpos tienen de igual o diferente, sobre todo en aquellas zonas que la cultura manda a cubrir con la ropa. Si se dan estos episodios en presencia de adultos, o si cuentan que algo así ocurrió en algún momento, es importante actuar con naturalidad y aprovechar la ocasión para aclarar sus dudas con palabras sencillas, sin connotaciones maliciosas, alarmas, burlas o amenazas de castigo.
Esa es una oportunidad propicia para insistir en el cuidado de sus genitales, como evitar golpes durante el juego y posibles infecciones por tocarse con las manos sucias o por sentarse sin ropa interior en superficies inadecuadas (playa, piso, tierra, bancos, baños públicos, vehículos…).
También pueden aprovechar su interés para hacerles saber que niños, niñas y adolescentes el tienen el derecho a conocer sobre sexo y reproducción lo que esté a su alcance entender, y que no tienen la obligación de complacer a nadie que les pida mostrar cualquier parte del cuerpo, ni dejarse tocar o tocar a otros, sin importar la edad o el grado de familiaridad de quien lo proponga; incluso para una exploración médica es necesario explicarles lo que va a ocurrir y contar con el consentimiento y la presencia materna.