En este caso, usted siente que no quiere arriesgar la buena conexión con su pareja estando con otro
P.L.: Tengo una relación extramatrimonial hace muchos años, con quien he mantenido la complicidad y el deseo. Hace poco me confiesa que su mayor fantasía es estar con dos hombres y me pidió que busque un amigo confiable para eso. Yo le dije que sí, pero me siento temeroso. ¿Y si la pierdo? ¿Y si algo de nuestra complicidad se pierde?
Ante esas dudas es mejor esperar a sentirte dispuesto, o detener la decisión. Este tipo de práctica no tiene garantías del resultado, como tampoco lo tiene ninguna relación.
En este caso, usted siente que no quiere arriesgar la buena conexión con su pareja estando con otro. Tal vez es deseo solo de ella, no suyo. Quizá usted quisiera algo diferente. O simplemente no es eso lo mejor para sí mismo.
Si las reticencias son mayores que el entusiasmo, quizá no deba lanzarse a esa aventura. Sería mejor tratar de comprender qué le está sucediendo, cuál es su deseo, su fantasía y su posición al respecto.
La experiencia sexual compromete al cuerpo hablante, se expone a ser conmovido de uno u otro modo. Por eso, es importante que desee, fantasee, participe y no consienta solo por complacer a su pareja.
Debes pensar además que se proponen un intercambio de tres cuerpos. Necesariamente debe haber intercambio de roces, miradas, prácticas, goce, y ambos hombres tendrán que tratarse con confianza y complicidad para que sea una vivencia segura y placentera para ella, no decepcionante o agotadora.
Quizá tengan otros modos de disfrutar esa y otras fantasías, sin necesitar pasar al plano real. Por ejemplo, conversarlo entre ustedes, contemplar videos excitantes, dialogar con otras parejas o amigos sobre esa posibilidad, y explorar cómo se sienten al acercarse a esa idea.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica