A.S.: Tengo un problema. Parece fuera de mi alcance jurídico y económico. En el pasado me las di de Don Juan, sin los resultados deseados. Finalmente hallé mi otra mitad, me casé y dejé atrás mis amoríos. De un tiempo a esta parte, las dos mujeres que más deseé y nunca imaginé a mi alcance, me cortejaron descaradamente. Creo que estoy enamorado de las tres y no concibo la idea de renunciar a ninguna. Las dos últimas saben que soy casado y una de ellas incluso sabe de mi tercera relación. No tengo economía, ni tiempo para tamaña locura. ¿Qué hago?
Elija, jerarquice, organice. Esa «tamaña locura» le hace sentir por primera vez como un Don Juan realizado. Tal vez, no se trata tanto de asumir una u otra para usted, sino de sostener esta imagen de Don Juan con las chicas de sus sueños o aceptar el hombre que es.
Debe haber experimentado los límites de su energía, tiempo y dinero. No puede dar a todas el mismo estatus. Tendrá que definir lo que prefiere y a quién podría renunciar, a quién dedicar más recursos según los criterios que para usted sean más significativos para organizar su vida. Una vez que usted defina aquello que es más significativo para su vida, podrá ir distinguiendo una de otras.
Por otra parte, luego de los primeros instantes de enamoramiento, cada cual va mostrando sus potencialidades y estableciendo sus condiciones para mantenerse a su lado. Debe advertir que la situación puede cambiar de un momento a otro. Así como han sido ellas quienes lo eligieron a usted, podrán decidir terminar el vínculo si no encuentran aquello que esperan. Mantenerse en su «locura» implica quedarse con la que se mantenga a su lado. Solo que así, podría perder la que prefiere. Siempre decidimos, aunque no nos demos cuenta.