G.G.: Se me han quitado los deseos sexuales hacia el hombre con quien estoy hace un año y cuatro meses. Cada vez le doy una excusa distinta. Me gusta y lo adoro, y él siempre está dispuesto, pero yo no lo hago más hasta que me vuelvo a acordar. Su familia no me acepta y a medida que nuestra relación se fortalece, se agudizan las contradicciones familiares. Me preocupo mucho por él y pienso que esos problemas afectan mi sexualidad porque al principio yo no era así. Tengo 24 años.
Te exhorto a analizar qué relación puede haber entre el rechazo de su familia hacia ti y el que solapadamente, casi sin querer, ejerces contra él. Refieres que los problemas familiares se agudizan con la consolidación del vínculo y en consecuencia acudes menos al llamado erótico. Creo vital ese análisis porque en la base de tu pérdida de deseo puede estar lo que sientes por tu pareja a partir de su postura en medio de la rivalidad entre su familia y tú.
El otro punto que se debe cuestionar es la razón por la cual no enfrentas los conflictos de otra manera. El miedo a perder muchas veces nos impide reconocer y enfrentar abiertamente los problemas. Pero un modo indirecto de encararlos se presenta como ahora tu falta de deseo. Por eso te sugiero analizar lo que te molesta hasta el punto de arremeter contra él a través de excusas. Además, te sugiero observar qué sucede cuando te acuerdas de abrir las compuertas del deseo para disfrutar de su persistente disposición a amarte.
Seguro no se trata solo del comportamiento suyo, sino de aquello significativo para ti por el vínculo que tiene con tu historia personal. Esta no ha de ser la primera vez que buscas un mecanismo indirecto para defenderte. El problema es que amas a este hombre y vale intentar enfrentar de otra forma lo que no está marchando bien.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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