Las transnacionales han convertido la soltería en un producto más, en un mundo abocado al consumismo, que vende emociones y promueve oportunidades
Antes de dar el corazón se debe conocer de qué está hecho.
Anónimo
Vender emociones y promover oportunidades para satisfacerlas es uno de los negocios más lucrativos de la sociedad moderna, sobre todo en aquellas circunstancias que exacerban el vínculo de pareja como medida del éxito social, o viceversa, sin importar cuán bien o mal les va a las personas ni por qué motivos su estatus sentimental se prolonga.
Al decir del Doctor en Ciencias Carlos Delgado, profesor de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana, si algo nos identifica como nativos de esta etapa histórica es la necesidad de consumir cada vez más objetos, servicios, ideas… Muchas industrias dicen invertir y dilapidar recursos para satisfacer esa urgencia, pero en verdad son ellas las que generan más demanda en aras de su propio beneficio, cueste lo que cueste a la gente y al planeta.
Así lo demuestra la superabundancia de ofertas destinadas a alimentar obsesiones superfluas alrededor del 14 de febrero, fecha designada para «probar» cuánto amamos, y de paso hacer sentir más miserable a quien no recibe o da nada ese día, no tanto por la falta de amor sino por la exclusión del placer consumista que identifica al clan global de estos tiempos.
Y aunque ya hay otras fechas bien arraigadas para gastar dinero compulsivamente (en la madre, el padre, la familia…), algunas compañías vieron la conveniencia de estimular el Día de la Soltería, otra jornada para dar loas a la soltería y lograr que más personas se regalen cosas a sí mismas o a sus amistades.
Aprovechando esa filosofía, en 2009 se le «ocurrió» a una compañía china promover ofertas atractivas mediante internet a propósito de la fecha, y tuvo tal aceptación que el pasado 2016 la facturación llegó a 17 800 millones de dólares en un día, solo para Alibabá, el gigante del comercio electrónico.
Otros países, sobre todo asiáticos, se han sumado a la idea con avidez: el mercado de la soltería tiene hoy perspectivas interesantes, a juzgar por la tendencia creciente de algunas variables sociodemográficas, como la alta tasa de divorcios y las brechas entre edad de inicio de las relaciones sexuales, edad del primer matrimonio (oficial o consensuado) y fin de la vida sexual activa.
También influyen rupturas culturales muy fuertes propiciadas por la globalización de los hábitos consumistas occidentales, como el entusiasmo por dejar el hogar materno para irse a vivir en comunas juveniles o de la tercera edad, donde es fácil tener sexo, pero no son bien vistos los compromisos formales.
Hoy se estima que la población adulta soltera supera a la población casada en el mundo, y como hay tantas variantes socialmente aceptadas de disfrutar el erotismo, el sexo dejó de ser motivo esencial para unirse a otra persona de por vida.
Aun así, el hábito de celebrar el amor es tan poderoso, que mucha gente se deprime alrededor de la fecha tradicional para ensalzarlo, malestar que aprovechan quienes buscan nuevos nichos de mercado para posicionar productos que banalicen el asunto, como singlesatlas.com, mapa que usa los datos de la United Nations Population Division para filtrar información y encontrar en qué países hay más gente soltera de tu edad con la que puedas contactar en las redes digitales.
En cuanto a fechas, las fuentes en internet no se ponen muy de acuerdo: algunos sitios digitales apuntan al 13 de febrero, víspera de San Valentín, como momento ideal para comprar chucherías y enfrentarse a la susodicha jornada con la autoestima alta.
Otros afirman que el mejor día para esta festividad comercial es el 11 de noviembre, porque numéricamente es la fecha con mayor cantidad de unos, según el grupo de estudiantes universitarios de la ciudad de Nanjing que iniciaron la campaña basada en el orgullo de elegir no casarse bajo presión familiar porque les importaban más sus elecciones de vida que las costumbres de sus ancestros.
Alibabá y sus portales TaoBao y Tmalhizo han mantenido el liderazgo, y en 2014 facturaron los primeros mil euros en regalos encargados en apenas 17 minutos.
Como el asunto es captar clientes y sacar provecho a sus emociones, otras compañías como GearBest idearon un sistema de cupones previos a la fecha y extendieron sus ventas hasta por una semana, lo cual demuestra que no importa tanto celebrar un estatus o resaltar un día, sino tener más ganancias a partir de los hábitos y emociones, así como generar nuevas necesidades de consumo y mantener cautivo a ese público que se enorgullece de su aparente libertad.