La antología homoerótica femenina Nosotras dos es una invitación a la reflexión y a la tolerancia
Un mensaje que aboga por el amor sin distinción de credos, sexos o razas; una invitación a la reflexión y la tolerancia de los cubanos y más allá de sus límites, y un diálogo abierto donde prima el respeto… Así pudiéramos definir la antología homoerótica femenina Nosotras dos, compilada y prologada por la escritora Dulce María Sotolongo Carrington*.
La obra, con un sello especial, viene a llenar el vacío provocado por la escasa presencia del afecto entre mujeres como tema en este tipo de selecciones, que por lo general han privilegiado el punto de vista masculino con variedad de enfoques y publicaciones para enriquecer la sexualidad y el erotismo.
«Quería hacer un libro para luchar contra todo tipo de discriminación, donde estuvieran personas negras y blancas, ingenieras, talleristas y consagradas, porque esa es una manera de mostrar la diversidad. Eso me parecía importante y encontré a numerosos creadores que piensan como yo.
«Actualmente la homosexualidad masculina es un hecho que se admite con más o menos libertad en los espacios públicos, contrario a lo que ocurre con el amor lésbico. Por ello el texto abunda en casi todos los cuentos escritos en Cuba y otros países sobre tan controvertido tema».
En el mundo editorial cubano de hoy, esta es la primera selección que reproduce relatos homoeróticos femeninos. La entrevistada comenta los inicios y avatares de esta antología, hecha desde el 2000, que logró salir en 2011 gracias a Ediciones Unión.
«Es un gran proyecto sobre un tema muy polémico. Su acercamiento desde diversas miradas y perspectivas ayuda en la lucha contra la homofobia y demuestra una vez más cómo, para el infatigable escritor, ningún tema humano resulta ajeno, y que la literatura no tiene edad, como los sueños.
«En Nosotras dos esto se confirma con medio centenar de cuentos de igual número de narradores residentes en Cuba y en el extranjero; textos que presentan la manera en que creadores de diferentes estilos, generaciones y tendencias han trabajado el homoerotismo femenino».
El libro está dedicado a la memoria de la recientemente fallecida escritora y periodista Mercedes Santos Moray, y no es casual que se escogiera un fragmento de su novela Monte de Venus como nota de contracubierta.
Abre la antología el relato Mi prima Amanda, de Miguel Mejides, publicado en la revista Bohemia, en 1984. Para cerrar el volumen se eligió el relato Mi prima Amanda contada otra vez, versión del texto original que en 1992 rubricó Francisco López Sacha.
«Hay textos realizados especialmente para esta colección. Invité a escritores que jamás habían trabajado este tema en sus obras con el fin de lograr mayor amplitud de miras. Hay cuentos de muchos años y otros muy frescos, salidos de autores en su mayoría jóvenes».
Adentrarse en Nosotras dos, obra que al decir de su autora «pretende unir, no desunir, en temas relacionados con la sexualidad», significa un paso de avance en la escalada hacia una mayor consideración de tales asuntos en la cultura y en la vida de los cubanos.
Cada página habla del modo en que ha evolucionado el amor lésbico dentro y fuera de los espacios cubanos, progreso que refleja los cambios que han sufrido en nuestra sociedad las cuestiones de la libertad sexual y el derecho a la diversidad.
«Hay que llevar esta realidad a los jóvenes, para que no crezcan con las diferencias, pero debemos saber cómo lo hacemos. No es imponerlo, sino saber cómo tratarlo y que cada cual asuma y tome de él lo que desea. La forma en que se aborde influye mucho».
Como dijera en el prólogo: «Nosotras dos está escrito por hombres y mujeres cuya militancia sexual no debe ser motivo de pesquisa para el que se adentre en estas páginas. Es una antología donde, por primera vez en Cuba, se reúnen en un volumen cuentos de mujeres que se aman, o que tienen algún tipo de relación íntima más allá del sexo».
Disfrutemos estos cuentos con mucho respeto, sin olvidar que el homoerotismo continuará siendo motivo de inspiración, y nuevas páginas propiciarán un diálogo abierto y sincero. Nosotras dos podrá ser, como algunos creen, un texto atrevido, pero es, ante todo, un libro humano.
*Graduada de Filología en la Universidad de La Habana, Dulce María Sotolongo Carrington ha publicado también la antología: Té con limón (Editorial Oriente, 2001), en coautoría con Amir Valle, y los libros de testimonio: Agustín Marquetti No. 40 (Editorial Extramuros, 2008) y En el balcón aquel (Editorial Unicornio, 2009).