Especialistas aseguran que existen nuevas zonas capaces de provocar inmediatamente el éxtasis femenino Pregunte sin pena
Nuevas zonas vaginales se develan como provocadoras inmediatas del orgasmo femenino, con prolongadas lubricaciones y una mayor excitación. En 1996 se nombró el sector A, ubicado en la misma pared vaginal, a medio camino entre el punto G y el cuello de la vagina.
Luego en 1998 fue descubierto, por la psicóloga americana Bárbara Keesling, el punto K, llamado también «el pasaje misterioso», pues
había permanecido durante mucho tiempo desconocido. Según la especialista, se ubicaba en la zona final de la vagina, llegando al cuello del útero.
Aunque las investigaciones señalan que el mismo queda oculto por la presión del útero sobre él, y en la mayoría de los casos es inaccesible, durante las relaciones sexuales con una penetración profunda del pene su estimulación puede ocasionar orgasmos altamente intensos que recorren la vagina desde la parte interna a la más externa.
Quienes escucharon hablar por vez primera de estas localidades de la geografía sexual femenina mucho se han cuestionado sobre su veracidad. Si en algunos casos la literatura señala que son localizaciones «secretas», para otros podrían tornarse especuladoras.
Así, en medio de este contexto apareció otro nuevo «detonante» llamado punto U o Uretral, que como su nombre lo indica está situado en una zona muy cercana a la uretra, y debajo del clítoris, y es fácilmente estimulable de forma manual, a partir de movimientos circulares o verticales, o al aplicar la técnica oral con la pareja, para lo que es recomendable separar los labios menores.
Gracias a la autosatisfacción hay mujeres que podrían estar ya familiarizadas con esta área, señalan los especialistas. Pero el punto U es bastante particular, pues al corresponder a una pequeña zona necesita ser estimulada con una firme presión que puede variar en cada fémina.
Entre dudas y certezasNumerosos sexólogos han declarado no estar de acuerdo con la teoría de la existencia del punto G, o del resto de las llamadas «zonas de éxtasis», y cuestionan con firmeza la presencia de estos «disparadores» exclusivos de la libido.
Durante el juego previo y el acto sexual, toda la zona genital femenina es una fuente potencial de excitación y placer, donde existen muchas terminaciones nerviosas y un sistema de irrigación sanguínea muy complejo. De ahí que no debería sorprender que se evidencien sectores de mayor apetito.
Pero ello no implica, advierten los especialistas, que cada supuesto punto de liberación plena del orgasmo sea por sí solo un detonante, sino que forma parte de una concatenación de sensaciones y deseos desplegados por el organismo durante el coito.
Al igual que ello, resulta polémica la distinción de los diferentes tipos de orgasmos, tema que ha dividido a los estudiosos de la sexualidad, desde el padre del psicoanális Sigmound Freud, quien consideraba que la vagina era el centro de la respuesta sexual de la mujer madura, hasta Masters y Johnson, pioneros en el estudio científico de la naturaleza sexual humana, quienes señalan los orgasmos esencialmente clitoridianos.
Incluso se refiere que puede ser una combinación de ambos tipos, y que la sensación de experimentar uno de los dos, no significa que un orgasmo sea mejor que otro, como tampoco tienen por qué ser algo primordial en la satisfacción sexual de una mujer.
Aunque a la mayoría les satisfacen los orgasmos clitoridianos, hay pacientes que acuden a las terapias preocupadas porque solo alcanzan el «éxtasis» —desde su percepción— mediante la estimulación del clítoris.
Por otra parte las mujeres pueden ser multiorgásmicas, o sea, que pueden tener uno o más orgasmos poco después del primero, a diferencia de los hombres, que pasan por lo que se denomina un período refractario inmediatamente después del clímax, y se necesita más estimulación para recuperar la erección y alcanzar otro.
Por supuesto, el hecho de que una mujer tenga orgasmos múltiples también depende de la estimulación sexual continuada. A veces ella al tener uno vaginal durante el coito, puede hacer que su pareja la estimule para que tenga uno o más orgasmos clitoridianos a continuación.
Antes, durante o justo después de este momento cumbre en el deseo sexual, algunas mujeres experimentan un fenómeno llamado eyaculación femenina, totalmente normal. Aunque hay especialistas que afirman que las mujeres pueden aprender a eyacular, ello no resulta necesario para que alcance la satisfacción plena.
Sentir el cuerpoPara muchas parejas, la intimidad, exploración, sensualidad y compenetración que ofrece el sexo pueden perderse si está orientado a un objetivo, o si se centra en el orgasmo como experiencia suprema.
Sin embargo, en las sociedades actuales, donde persiste el carácter patriarcal, viejos prejuicios imponen a la mujer un papel sexual pasivo. Incluso hay féminas que piensan que deben esperar por la iniciativa del varón en el acto sexual y asumir en la relación una actitud de complacencia solo para con el compañero.
Por eso es imprescindible romper con actitudes sumisas y aprender a sentir el placer hasta el punto que se desee. El tocarse, acariciarse, sentirse son actos gratificantes y sensuales que no pueden depender de otra persona hasta que no seamos capaces de conocernos a nosotras mismas.
A diferencia del hombre, toda la piel de la mujer es una zona erógena que responde a roces, caricias y besos. En nuestro cuerpo existen áreas donde la estimulación causa una excitación más intensa, y que la pareja debe descubrir, más allá de un abecedario técnico, pues todos somos y sentimos diferente.
La sexualidad femenina no se puede restringir solo a los puntos que se encuentran en la zona genital. El rostro de una mujer, por ejemplo, tiene diversas zonas eróticas que pueden ser estimuladas con rapidez con las yemas de los dedos y los propios besos.
Los lóbulos de las orejas, el cuello —en particular la parte posterior—, los pechos, los brazos, las axilas, las manos, la espalda, las caderas y el bajo abdomen pueden ser estimulados eróticamente por un amante atento.
Incluso se ha descubierto que es muy sensible el área alrededor del ombligo. La mayoría de las mujeres saborean las caricias realizadas con las yemas de los dedos, labios a lo largo de las piernas y en particular, en el interior de los muslos.
Aunque el clítoris puede ser la parte sexual más sensible de la mujer y la más fácil de estimular, siempre que el hombre aprenda a hacerlo con suavidad y destreza, no se puede circunscribir el deseo a esta región, pues en la mente se entretejen sensaciones que sobrepasan el contacto físico.
En ese momento pleno, en que se mezclan sexo, erotismo y placer cuando hacemos el amor, si bien podemos beneficiarnos con el conocimiento de las llamadas zonas de excitación, no podemos limitarnos a la interrogante «geográfica» de un punto G, K, o U.
Pregunte sin pena
L.M.: Soy un joven de 23 años y tengo problemas de eyaculación precoz. Estoy casado hace tres años y no he podido disfrutar plenamente del sexo con mi esposa. No soporto más esta situación, creo que voy a explotar, no sé qué hacer. Apenas puedo penetrar y en ocasiones, ni siquiera eso. Evito rozar los genitales femeninos pero de nada me sirve. Aunque lo repita en una misma noche, el final es igualmente anticipado. Me he documentado en Internet sobre el tema, pero las páginas que he visto siempre son extranjeras y dan publicidad a varias técnicas que según ellos son capaces de eliminar la eyaculación precoz en poco tiempo. Eso me dio más esperanzas. Me dediqué a buscar páginas cubanas para el acceso al médico. Ahora les escribo a ustedes esperando orientación.
No hace falta un recorrido tan largo para ser atendido. Tu médico de familia puede remitirte a los especialistas indicados. Además, en municipios y provincias del país funcionan consultas de terapia sexual.
Es bueno que te informes pero es preciso un diagnóstico especializado para discernir la causa de tu problema. En función de que esta sea orgánica, psicológica o ambas serás atendido por el profesional pertinente.
Existen múltiples técnicas y tratamientos posibles, pero no es recomendable aplicarlos sin diagnóstico y orientación especializada. No todo funciona igual con todos. Por esto tampoco te pueden tratar por correo.La eyaculación precoz, es decir, la sensación de que el orgasmo se precipita sin que el hombre pueda controlarlo es la disfunción más común entre los varones. Generalmente, como las otras disfunciones sexuales, es condicionada psicológicamente en tanto el sujeto, sin quererlo y sin saberlo bien, favorece a su condición. Por ahora, disfruten tu esposa y tú, de sus momentos eróticos tanto como puedan sin repeticiones forzadas, ni límites de proximidad. Ya habrá tiempo de emprender cambios.Mariela Rodríguez Méndez, Máster en Psicología Clínica y Consejera en ITS y VIH/sida