A tres años de fundado el Parque Científico Tecnológico de La Habana, Juventud Rebelde conversa con su Presidente sobre los derroteros a seguir por un centro vital para la transformación digital de la sociedad
Tres años acaba de cumplir el Parque Científico Tecnológico de La Habana (PCTH), sociedad mercantil ubicada en el campus de la Universidad de las Ciencias Informáticas que trabaja para convertirse en un referente nacional e internacional.
«Lo que queremos es ser útiles a nuestra sociedad, impulsar más la idea que nuestro Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha liderado en los últimos años: que la ciencia, la tecnología y la innovación se conviertan en motores impulsores del desarrollo económico y social del país». Así lo afirma Rafael Torralbas Ezpeleta, presidente del Parque, con quien conversó Juventud Rebelde.
Rafael Torralbas (izquierda), presidente del PCTH, junto a Héctor Rodríguez Figueredo, vicepresidente. Foto: Cortesía de la fuente.
—¿En qué estado llega el Parque Científico Tecnológico de La Habana (3CE, así son las siglas que lo definen) a su tercer aniversario?
—El Parque nació oficialmente el 4 de febrero de 2020. Ese primer año fue de un impacto significativo por la pandemia de la COVID-19, en el cual modelamos cómo queríamos trabajar.
«En primer lugar, se concibe como un ecosistema de innovación en el cual confluyen actores tanto del sector del conocimiento como del productivo y de servicios, con la idea de que conecten entre sí las soluciones innovadoras que se puedan estar gestando para impactar en el desarrollo económico y social con los resultados que en el sector del conocimiento se generan, y ayudar a desarrollar estas soluciones innovadoras.
«Tiene un equipo gestor de todo este ecosistema de 34 trabajadores. Lo principal no es el pequeño colectivo que compone la sociedad mercantil gestora, sino los proyectos que incubamos y los clientes que confluyen. Actualmente tenemos 43 proyectos en incubación del sector del conocimiento. Hay 22 proyectos de la Universidad de las Ciencias Informáticas, además del sector empresarial estatal y del sector privado, y 16 pequeñas empresas.
«Nuestra cartera de clientes ya pasa de 150, de ellos hay ocho extranjeros. En su tercer aniversario el Parque empieza a consolidar ese ecosistema de innovación».
—¿Cómo puede un profesional cubano, una mipyme o una empresa colaborar o ser parte del Parque?
—Un primer acercamiento al ecosistema puede ser para incubar un proyecto… El modelo del Parque, que es totalmente inclusivo, permite que ese proyecto lo presente una empresa estatal o privada, una persona natural, o sea, cualquier profesional, una institución del conocimiento, etcétera.
«Ese acercamiento se produce de la manera más sencilla y dinámica posible. Alguien nos contacta porque tiene una idea innovadora que cree que puede ser incubada. Realizamos un primer acercamiento, y a partir de ahí trabajamos de conjunto. Cuando tenemos el proyecto lo sometemos al criterio de nuestro consejo técnico asesor. Y una vez aprobado el proyecto comienza la etapa de incubación.
«Aparte de eso, una empresa estatal o privada también puede colaborar con el Parque de otras maneras: si una pequeña empresa se decide igual lleva un proceso de acercamiento, y si logramos identificar que reúne los requisitos para este proceso lo revisamos con Economía y Planificación y la domiciliamos.
«Cualquier entidad puede convertirse en cliente de los servicios del Parque. Esto es una parte importante de la forma en que vemos el acercamiento de los actores de la economía. ¿Por qué? Porque ya se generan soluciones innovadoras. Y la tarea es encontrarle una cartera de clientes. Por eso hablaba de que tenemos más de 150 clientes y a la mayoría ya hemos dirigido soluciones o servicios generados aquí.
«Las vías para contactarnos están totalmente abiertas. Nuestro sitio web (www.3ce.cu, recientemente lanzado) y redes sociales sirven para ello».
—¿Cómo han aprovechado ser autorizados para realizar actividades de exportación de servicios profesionales? ¿Existen resultados al respecto?
—El Parque Científico nació con capacidad de exportar e importar. Eso conllevó un esfuerzo muy grande. En el primer año (2020) tuvimos que construir un modelo de negocios que resultara atractivo a potenciales clientes extranjeros. Eso derivó en nuestro primer cliente de exportación, la compañía alemana Smabit, desde el primer año de operación. Para nosotros fue muy importante no solo por la generación de ingresos: permitió abrirnos al mercado internacional.
«Cerramos 2021 con unos ingresos modestos en exportaciones (unos 70 000 dólares), pero al concluir 2022 ya se multiplicaron (casi 450 000 dólares). Las exportaciones, más que de la sociedad mercantil, son del ecosistema. Hay ingresos que se obtienen a partir de un servicio brindado por la sociedad mercantil y gestora, pero hay otros que son a partir de la actividad de representación comercial que hace el Parque de emprendimientos y entidades que incuban sus proyectos aquí. Los resultados más importantes de ingresos por exportaciones el año pasado son de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI). Aquí se evidencia que la importancia del Parque, más que la generación de ingresos per se, es la conexión de estos actores con clientes extranjeros de una manera efectiva.
«El año pasado también recibimos la autorización para exportar a formas de gestión no estatal, lo cual evidentemente fue un paso de avance que permite apoyar de una manera más efectiva esos emprendimientos».
—Ahora que se maneja el concepto de transformación digital como el siguiente paso en la informatización de la sociedad cubana, ¿qué papel juegan los parques científicos tecnológicos en este empeño?
—Nuestro Parque y el otro que existe en la Universidad de Matanzas juegan un papel esencial en el proceso de transformación digital.
«La transformación digital, como concepto amplio y superior a la informatización de la sociedad, lleva soluciones innovadoras en el sector de las TIC, y los parques científicos son una herramienta importante para llevar adelante este empeño».
Ejemplificó Torralbas Ezpeleta que cuentan con «un proyecto que nació de una iniciativa privada a finales de 2020 como una solución de comercio electrónico. Un cliente tan importante como el grupo empresarial Cubasol confió en nosotros y en este emprendimiento para asumir esa solución de comercio electrónico y sustituir una foránea que utilizaban. Comenzamos a «evolucionar» esa solución en función de las necesidades del cliente, y hoy a ese proyecto le llamamos transformación digital de la empresa porque hemos logrado que una solución de comercio electrónico se convierta en una plataforma tecnológica que contribuye a múltiples necesidades.
Sobre lo que ofrece la cartera de oportunidades del Parque, su Presidente explicó que cuenta con servicios básicos, tecnológicos y de valor añadido, orientados a cómo un proyecto o una nueva empresa se incuban en el ecosistema del Parque. Asimismo, seis proyectos están incluidos en la cartera de oportunidades de inversión extranjera del país.
«En materia de oportunidades lo primero sería incubar proyectos que impacten en la cadena de valor de una empresa y generen nuevos productos. Segundo, proporcionar asesoría especializada y espacios físicos para la incubación de nuevas empresas de base tecnológica; tercero, y muy importante, es el acceso al talento humano altamente especializado de la UCI y otras universidades y centros de investigación; cuarto, la posibilidad de insertarse en redes colaborativas internacionales.
«El parque ha hecho un esfuerzo importante por acceder a membresías de organizaciones como la Cámara de Comercio de la República de Cuba y la Asociación Internacional de Parques Científicos Tecnológicos y Áreas de Innovación. Además, somos miembros de una red iberoamericana de parques científicos tecnológicos. En este sentido insertarnos en esas redes permite también trasladarles esa oportunidad a los clientes; y finalmente el acceso a mercados de exportación para productos y servicios es una de nuestras grandes tareas», sentenció.
Con un futuro muy prometedor, el PCTH gestiona 43 proyectos de I+D+i, cuenta con 600 profesionales involucrados en los proyectos, 15 mipymes privadas usan sus instalaciones y está abierto igual número de líneas de investigación.