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Código Fuente-El Podcast: Especial Xbox y sus 20 años de vida

Hace dos décadas, la publicidad de la Playstation 2, acaso sin quererlo, hizo que un hombre como Bill Gates se interesase en el mercado de los videojuegos, porque si los japoneses pretendían estar en cada sala del mundo, Microsoft también debía hacerlo

Autor:

Yurisander Guevara

Acá la transcripción del podcast por si no puede escucharlo, aunque lo recomiendo porque tiene música de juegos que marcaron época, ¿la reconocerá al escucharla?

También puede descargar el podcast en nuestro canal en Picta.

Transcripción del podcast:

La Playstation 2 es un ordenador. La afirmación, hecha por Sony en el año 2000 mientras se disponía a lanzar su segunda consola de videojuegos, hoy puede provocar hasta risas. Pero en ese entonces levantó cejas y encendió las alarmas en Redmond, estado de Washington, Estados Unidos.

En Microsoft, el gran emporio dominante del mundo del PC, no podían permitirse que un competidor como Sony ganase terreno. A fin de cuentas, por aquellos tiempos las consolas no eran ni de cerca tan poderosas como un ordenador, pero el músculo que prometía Sony no era poco.

La publicidad de la Playstation 2, acaso sin quererlo, hizo que un hombre como Bill Gates se interesase en el mercado de los videojuegos, porque si los japoneses pretendían estar en cada sala del mundo, Microsoft también debía hacerlo. Unos meses más tarde nació una de las consolas más queridas por el público occidental, que en noviembre de este 2021 cumple 20 años de estrenada: la Xbox.

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Los videojuegos no eran un componente natural de Microsoft. Durante años, la empresa había crecido a base de la venta de su software estrella: Windows y Office.

En 1998, Microsoft apenas se recuperaba de una batalla legal en la que se le acusó de prácticas monopólicas por su fuerte dominio del mercado de ordenadores. Sin saber bien qué hacer a continuación, en la compañía existía cierto grado de interés, o paranoia, según se mire, por el empuje que había logrado Sony con su Playstation.

Algunos empleados en Microsoft tenían ideas de construir una consola propia, empeño al que no se había sumado ninguna compañía en Estados Unidos durante los últimos 20 años. El naufragio de Atari todavía resonaba en la industria tecnológica, y en materia de videojuegos, los japoneses eran insuperables con Sega, Nintendo y Sony.

El proyecto tuvo su chispa, como sucede a menudo dentro de las grandes empresas, en un retiro de ejecutivos. Los siguientes dos años fueron de visiones competitivas, luchas internas, numerosos grupos de trabajo y una casi cancelación del producto, hasta que Bill Gates tuvo algo que podía revelar a la audiencia.

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La idea de crear una consola no pertenece a una sola persona en Microsoft. Varios de sus empleados acariciaron este concepto a raíz de la agresiva campaña publicitaria de la Playstation 2.

Y es que cuando Sony decidió lanzar la segunda versión de su consola, la publicitó como una nueva especie de ordenador, que incorporaría Linux y dejaría correr programas, además de juegos.

No era este un pensamiento extraño a la industria de los videojuegos. Pero tampoco es que hubiera tenido éxito. Me explico. Empresas como Sega, Atari y Commodore, lanzaron versiones de consolas cuya arquitectura respondía a la de ordenadores. Ninguna tuvo éxito. Solo la Amiga CD32 tuvo un éxito relativo. Para colmo, en 1997 había sido descontinuada la Apple Pippin, un intento de consola que solo vendió unos pocos cientos de unidades, a pesar de que la filosofía base era muy similar a la que empleó luego Microsoft para desarrollar su Xbox.

Aquí quiero ser muy claro: Microsoft no tomó idea alguna de Apple para su consola, sino que lo concretado por los creadores de Windows fue el curso natural que se esperaba de las consolas en algún momento. Para eso tenemos que recordar el entorno tecnológico de entonces.

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A finales del pasado siglo Sony se hizo con el control del mercado de los videojuegos. El éxito que suponía la Playstation original era abrumador. Aunque en teoría la Nintendo 64 era la consola más potente, la Play 1 logró más porque se decantó por el uso del CD.

En ese entorno Sega luchaba con su Saturn, y luego sorprendería con su Dreamcast el 27 de noviembre de 1998. Dreamcast fue un amplio salto de calidad en cuanto a gráficos, y en esos tiempos era ese aspecto el que más interesaba.

Se sabía que Sony trabajaba en su Playstation 2, la cual tendría el mismo poder de la Dreamcast, y Nintendo también hacía lo suyo con una nueva consola, que finalmente fue la Game Cube.

De todas, la que más expectativas levantaba era la Playstation 2. En este período histórico, los ordenadores no tenían un mercado de juegos tan amplio, y la mayoría de los títulos de éxito en la industria pertenecían a las consolas. Sin embargo, todos tenían la idea de hacer a las consolas tan potentes o mejores que un ordenador.  

La guinda del pastel fue la movida de Sony de publicitar la Play 2 como un ordenador.

Fue así como varios ejecutivos de Microsoft comenzaron a intercambiar ideas para crear la consola definitiva.

En un retiro ejecutivo de Microsoft a finales de 1999, una especie de vacaciones de trabajo que realiza la compañía para hacer sesiones de intercambio de ideas, Rick Thompson, uno de los primeros directivos de Xbox, hizo una pregunta: ¿Qué pasaría si se juntaran a la misma vez la mayor compañía de cable, proveedor de internet y consola de videojuegos?

La respuesta a esta interrogante sería la esencia de la futura Xbox. Motivados por la amenaza que significaba Sony, en Microsoft se crearon dos equipos que presentaron sus ideas acerca de cómo debía ser su consola. Uno de ellos estaba conformado por personal de DirectX, el entorno de colección de API desarrolladas para facilitar las complejas tareas relacionadas con multimedia, especialmente programación de juegos y vídeo, en la plataforma Microsoft Windows. Su propuesta era crear una consola llamada DirectX Box, o, más simple: Xbox.

El otro equipo estaba formado por exempleados de la fallida consola 3DO, de Panasonic. Ambos trabajaron para crear un sistema de entretenimiento nunca antes visto.

Sin embargo, Bill Gates, fundador y por ese entonces todavía presidente ejecutivo de la compañía, creía que trabajarían en una consola basada en Windows.

La reunión de presentación que tuvieron un tiempo después no fue como querían. Un reportaje de Bloomberg define el momento como La masacre del Día de San Valentín. Ese 14 de febrero, Bill Gates les dijo a las decenas de ejecutivos que presentaron sus ideas sobre la consola de Microsoft, que eran unos incompetentes, y que estaban destruyendo a Windows.

El reportaje de Bloomberg cuenta que la discusión se demoró varias horas, hasta que se consideró la idea de detener el proyecto. Entonces, alguien preguntó: ¿Y qué hacemos con Sony? Fue este el momento definitorio para que, luego de otra de discusión acerca de las desventajas de no entrar en el mercado de los videojuegos, se tomara la decisión de apoyar el esfuerzo y crear la primera consola de Microsoft.

Un mes después, Bill Gates presentó la idea en la Conferencia de Desarrolladores de Videojuegos. Se trataba de una caja plateada con forma de X, modelo que nunca llegó a producirse.

Foto: AFP/Getty Images

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En los siguientes meses Microsoft tenía dos importantes tareas por delante: asegurarse de tener una consola funcional, y atraer a desarrolladores de videojuegos. La suerte jugó un papel importante, pues la Sega Dreamcast comenzó a caer en declive y su cierre era inminente.

El mayor objetivo de Microsoft era Electronic Arts. Lograr sumar a EA a su catálogo era crítico, pues las franquicias de juegos deportivos y otros títulos asegurarían un público importante. Luego de varias reuniones con autoridades de EA, la respuesta era la misma, una y otra vez: no nos interesa su nueva consola.

Microsoft, por entonces, tenía la mala fama de salirse de proyectos una vez que estos comenzaban a flaquear. Sin embargo, perseveraron, y sostuvieron conversaciones con más desarrolladores.

Todd Howard, director, productor y diseñador de videojuegos de Bethesda Game Studios, recuerda que cuando conoció las especificaciones técnicas de la Xbox, decidieron aliarse para desarrollar títulos en la nueva consola. Y es que Microsoft introdujo una arquitectura de desarrollo tan similar a la del PC, que no solo facilitaba la creación de juegos, sino que cambió a la industria para siempre.

En el tiempo desarrollo de la consola, sumaron también a desarrolladores como Tecmo, e intentaron comprar a otros sin éxito. Uno de ellos fue Nintendo. Desde Microsoft afirman que les dijeron a los de la gran N, básicamente: ustedes tienen el conocimiento para hacer juegos divertidos, nosotros tenemos el hardware y el software. Podrían unirse a nosotros y creamos algo en conjunto. En Nintendo casi se mueren de risa.

Algo similar hizo Squaresoft, hoy Square-Enix. Los creadores de la franquicia de Final Fantasy estuvieron en serias conversaciones para ser adquiridos por Microsoft, pero el trato final nunca llegó a concretarse.

En medio de toda esa búsqueda de títulos para su catálogo, casi por casualidad, Microsoft se topó con unos devs que habían fundado una compañía llamada Bungie y estaban haciendo un título de disparos en primera persona para Apple llamado Halo. Este encuentro cambió también para siempre a la industria.

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Bungie se encontraba en problemas financieros. Su título en desarrollo, Halo, había captado el interés de Apple, y Steve Jobs lo dejó entrever durante la MacWorld de 1999.

Sin embargo, Microsoft fue más agresivo y compró a Bungie, pero les permitió tener una independencia total para el desarrollo de su juego. Confiaron en el potencial de Halo, a pesar de que la presentación inicial tuvo problemas de rendimiento.

En Microsoft, a lo interno, la idea no fue bien recibida, y desde Microsoft Japón incluso llegaron a decir que no ordenarían copias de Halo porque todo el mundo sabía que los juegos de disparos en primera persona no corrían bien en consolas.

En efecto, hasta ese entonces, con honrosas excepciones como Doom y Duke Nuken, lo de los juegos en primera persona no era el fuerte de las consolas.

Pero en Bungie supieron crear un título que impactó desde su primerísima escena hasta los créditos. El juego no solo aprovechó las capacidades técnicas de la Xbox para hacerlo uno de los más potentes de la época en cuanto a gráficos, también redefinió, en buena medida, la forma en que hoy se distribuyen los controles en los juegos de disparos en primera persona.

Y mientras Microsoft buscaba sumar títulos para su consola en gestación, también avanzaban los esfuerzos por tener una consola funcional con características nunca antes vistas.

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Si hoy das por sentado que un juego tenga multijugador online, o sencillamente sea totalmente online, hace 20 años ese concepto ni siquiera se manejaba. Por ese entonces, jugar con otro significaba que en un lugar físico se unían varios amigos para intercambiar.

Microsoft hizo que eso cambiara para siempre. Cuando todavía no existía MySpace, mucho menos Facebook, en Redmond idearon un sistema para que los juegos fueran más sociales, y los jugadores alrededor del mundo pudieran conversar mientras jugaban. Nació así Xbox Live, y por eso la Xbox original llegó con un cable ethernet al mercado.

Cuenta la historia, además, que para la realización final de la consola, en Microsoft diseccionaron a algunas de sus competidores, pues necesitaban aprender cómo era la distribución interna, y así conformaron la suya. Sin embargo, lo que no imaginó la competencia fue que, además de un lector de DVD y conectividad, la Xbox sería la primera consola en contener un disco duro, pues ofrecía la posibilidad de guardar contenidos multimedia.

Así, el 6 de enero de 2001, Bill Gates, acompañado de Dwayne La Roca Jhonson, reveló la Xbox tal y como la conocimos, en un evento dentro de la Feria de Electrónica de Consumo de ese año en Las Vegas. La consola comenzó a venderse finalmente en noviembre de ese año en Estados Unidos. Y varios de sus títulos se hicieron tan memorables que hoy se consideran clásicos.

Foto: AFP/Getty Images

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Hasta la Xbox, los jugadores de consolas no pudieron disfrutar un título como The Elder Scrolls III Morrowind.

Con una trama épica, Morrowind consiguió llegar al corazón de los amantes del rol. Un mundo enorme y muy detallado por descubrir, las posibilidades de edición el personaje y la aparición de la perspectiva en tercera persona hicieron de este juego una obra maestra.

Existen distintas líneas argumentales aparte de la principal. El jugador se podía unir a cualquiera de los gremios, servir a la guardia imperial e incluso hacerse mercader para acumular la mayor fortuna posible.

Es la Xbox también la que nos trajo títulos como Tom Clancys Splinter Cell, Star Wars y los caballeros de la vieja república, Fable, entre otros. Y dio nacimiento a franquicias muy queridas.

El citado Halo no quedó en un solo título. Hasta hoy suma 15 juegos con más de 65 millones de copias vendidas, cuyos fans esperan impacientes su siguiente entrega, Halo Infinite. Esto, a pesar de que ya no sea Bungie quien desarrolle los juegos.

Con una nueva consola recién estrenada, la cuarta en cuanto a generaciones se refiere, si todavía se recuerda con cariño a la primera Xbox es porque fue un producto honesto, pensado en cada detalle, que fue fiel a su propósito: ser parte de la industria de los videojuegos y mantenerse en ella. Microsoft tuvo pérdidas con la primera Xbox, a pesar de haber vendido 24 millones de unidades. Sin embargo, en estas dos décadas ha sabido posicionarse en las preferencias de los jugadores. Y todo esto motivado en parte, quién lo diría, por una campaña publicitaria de Sony.

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