Ya sea en verano o en invierno, el cuidado de los equipos móviles es tan importante como el que brindamos a los ordenadores de sobremesa. JR brinda algunos consejos prácticos para ello
Si bien las computadoras, en su formato de escritorio o portátiles, son ampliamente usadas, hay otros equipos tecnológicos que actualmente se roban el show y están por doquier: los teléfonos celulares. Y aunque en menor medida, también es amplio el número de tabletas existentes en el mercado.
En la anterior entrega de esta sección presentamos consejos para cuidar los ordenadores en medio del sofocante calor del verano y hasta en cualquier época del año. Esta vez nos acercamos a los móviles y las tabletas, para que alargues su vida útil.
Uno de los componentes fundamentales de cualquier dispositivo móvil es la batería, cuya capacidad es vital para alimentar el equipo.
Actualmente los terminales, en su mayoría, cuentan con baterías de iones de litio, por lo que, según medios especializados en tecnología, es importante no sobrecargarlas.
Existe una costumbre extendida entre los usuarios de dejar cargando el celular toda la noche para que rinda más durante la jornada, hábito incorporado desde la era en que las baterías tenían «memoria».
Este es un efecto presente en las pilas de plomo o níquel cadmio, donde internamente se crean unos cristales por una reacción química al calentarse la batería por uso o malas cargas. Como resultado del proceso, las baterías pierden potencia.
En cambio, las baterías de iones de litio no necesitan recargarse al ciento por ciento, pues se desempeñan con bajos voltajes. De hecho, lo ideal es que ronden entre el 40 y el 50 por ciento, valores de serie que, generalmente, tienen los terminales cuando los encendemos por vez primera. Tampoco es bueno que se descarguen por completo.
La publicación española Hipertextual afirma que no es necesario dar cargas iniciales de ocho horas. «En muchas tiendas de telefonía siguen recomendando que la primera carga del terminal sea de unas ocho horas o más. Eso era cierto con las baterías antiguas. Con las baterías de litio, eso es completamente innecesario. La primera vez que carguemos el dispositivo (y las sucesivas), basta con desconectarle el cargador cuando haya alcanzado el ciento por ciento, tanto si lo ha hecho en 30 minutos como en seis horas», explica esta web.
Así, las cargas parciales serán la mejor opción. Es decir, es más aconsejable cargar el teléfono varias veces al día, por períodos cortos, que una sola vez.
Un truco muy útil para alargar la vida de la batería es desactivar todo lo que no se use, como conexiones Bluetooth, wifi, o plan de datos.
Asimismo, recomienda la web de Xataka, algo que consume mucha batería es la memoria o el procesador del teléfono. Ello significa que cuando este está «pensando» (procesando aplicaciones), consume más energía.
En ese sentido, se recomienda cerrar todas las aplicaciones que no se utilicen. Caso contrario, la multitarea ejecuta procesos en segundo plano y consume más energía de la batería.
Otro aspecto importante son los cargadores. Los fabricantes indican que no se usen cargadores piratas, o no oficiales. Entre otras cosas, este tipo de conectores de energía están hechos con materiales baratos, y ya sabemos que lo barato sale caro.
A ello se une que, si el cargador oficial del terminal es de cinco volts y dos amperios, por ejemplo, y usamos uno con valores diferentes, la batería se cargará de forma inadecuada. A la larga, esta práctica acorta su ciclo de vida.
La empresa Nokia se hizo famosa por fabricar celulares irrompibles. Durante su época de gloria, en la década pasada, los dueños de estos terminales se ufanaban de que si el móvil caía al piso, se separaba en pedazos, pero sobrevivía.
Con la llegada de la era smartphone todo ello cambió. Actualmente que un celular inteligente caiga al piso es una «desgracia», especialmente si se trata de los terminales de Apple, hechos de vidrio y aluminio.
Acaso ya sabrá el lector cuál es el próximo consejo: usar una carcasa. Quizá pueda argumentarse que con estos cobertores no se puede disfrutar del diseño del terminal, pero no deberíamos entonces deprimirnos cuando este se haga añicos en el suelo.
Usar una carcasa va más allá de una cuestión estética. Ello garantiza que el celular sufra menos daño interno por caídas u otras cuestiones, como salpicaduras de agua (o zambullidas en el inodoro, algo frecuente), raspaduras y abolladuras.
Y si vamos a ser meticulosos, una mica es también recomendable, pues añade una armadura adicional a la frágil pantalla.
Ante una subida de la temperatura la batería del teléfono puede perder capacidad, a veces hasta un 80 por ciento, de acuerdo con Xataka. Algo parecido sucede en temperaturas muy bajas, las cuales en Cuba no padecemos.
En todo caso, tanto en clima caliente como frío, el celular o la tableta no debe quedar mucho tiempo a la intemperie. Si se posee un vehículo, trate de no olvidarlo dentro a pleno día, pues el «sauna» que se genera al estar cerrado es mortal para su teléfono a largo plazo.
Además de dañar la batería, las altas temperaturas pueden provocar afectaciones en otros componentes internos y en la pantalla táctil.
1-El celular no necesita ser apagado. Cerrar las aplicaciones no usadas es más que suficiente. En el caso de Android, un reinicio semanal está bien para que refresque el sistema operativo.
2-Limpia el celular para retirar gérmenes y bacterias, pero no uses agua o líquido alguno directamente sobre este. Usa un trozo de tela de microfibra, como la empleada para higienizar espejuelos, y humedécelo con unas gotas de agua mezclada con vinagre o alcohol.
3-Evita exponerlo por períodos prolongados al sol. Especialmente no juegues, pues la temperatura aumentará de forma drástica en el terminal y ello puede reducir el desempeño de la batería.