Maylan Álvarez (Unión de Reyes, Matanzas, 1978). Editora y periodista de Ediciones Matanzas. Labora en las revistas Mar desnudo (digital) y Matanzas. Obtuvo, entre otros, la Beca de Creación Aldabón 2009 y el Premio Calendario 2011 con el libro Naufragios del San Andrés, al cual pertenecen los poemas que presentamos hoy al lector.
Mi casa está en la calle Final, pero el cartero
suele confundirse y añadir —por prudencia—
que vivo al lado del cementerio, muy cerca del río
San Andrés.
Los muertos de este pueblo hablan. Y mi cama se
orienta hacia el Norte, allí donde asechan, ajenos
a todo, excepto al escándalo que les precede.
Tenía seis años
cuando le faltó el aire
en medio del San Andrés,
a dos kilómetros apenas
del sitio donde su padre dijo
ya es un hombre
y dio la espalda.
Nadie advirtió
la tristeza
en sus ojos.
Nadie sabe.
Mientras corta la soga hiriendo el cuello
la hija susurra:
no la perdono, ni siquiera pensó en mi soledad.
Nadie imagina cuánto pesa en la viga,
quizás por los dulces que comió
en la noche de San Lázaro.
Abandonó a la esposa
(un matrimonio sin hijos).
Cerró las puertas del compromiso ante Dios:
vendió la casa al comerciante
y jugó a los millonarios
la semana en que el cáncer de colon
retrocedió
para tomar fuerza.
Regaló las langostas
(quince dólares según el cambio actual).
Se descomponían, explicó,
mientras los vecinos
silenciosos,
esparcen los restos
en el pueblo
para evitar el olor,
el comentario...
Pero no elogies mi sacrificio
Ni censures su desprecio
Edgar Lee Masters
Alimentó doce bocas,
limpió veinticuatro zapatos,
cortó ciento veinte uñas
antes de morir
sobre un colchón
en el piso,
sola,
cebando a las hormigas
con las cuencas de sus ojos.