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Cleopatra y los nuevos personajes de Egipto

La nación africana anuncia simultáneamente hallazgos promisorios y amenazas a su patrimonio arqueológico

 

Autor:

Iris Oropesa Mecías

HACE casi exactamente un año proponíamos en esta sección una verdad que hoy parece renovarse: Egipto es ese país mágico donde el hallazgo de un pozo de petróleo puede generar mucho menos entusiasmo que el descubrimiento de tumbas históricas. El lugar donde la muerte parece dar a luz vida. Por aquel entonces, se trataba del hallazgo de 30 sarcófagos llenos de secretos, historia y mucho potencial de estudio, y ahora, son 27 los ataúdes coloridamente ornamentados y promisores de develar grandes misterios que son desenterrados de Saqqara, un sitio que ostenta el título de ser patrimonio de la humanidad, en Menphis.

Pero también hay otras coincidencias de nuestra última referencia a Egipto. Como entonces, ahora la nación africana lucha fervientemente por reposicionar su turismo histórico como un renglón económico de fuerza, lo que implica la constante tensión entre el manejo arqueológico cultural responsable, y la sed de ganancias que podría opacar el trabajo científico en el país, que no se excluye de los impactos devastadores de la COVID-19 a una economía ya antes dañada.

¿Qué trae de revelador y desafiante este nuevo hallazgo, y qué novedades de la egiptología se empeñan en asombrarnos durante este año? Esa es la pregunta por responder.

Sarcófagos Intactos

Un grupo de arqueólogos ha descubierto 27 féretros de madera en la antigua necrópolis de Saqqara, donde también se encuentra una de las pirámides más antiguas del mundo, según informó el Ministerio de Turismo y Antigüedades del país, que prometía también que este era solo «el principio» del descubrimiento.

Los sarcófagos de madera, datados preliminarmente en al menos 2 500 años de antigüedad, ornamentados y cubiertos de jeroglíficos, fueron encontrados apilados en dos pozos funerarios, dijo el Ministerio en un comunicado, y aún no han sido abiertos. Se cree que han permanecido así desde el enterramiento inicial, pues se hallan visiblemente intactos y presentan coloridos diseños muy bien conservados que habrá que comenzar a estudiar poco a poco.

El hallazgo se une a la inauguración, en marzo, en la propia región de Saqqara, de la pirámide escalonada de Djoser, la primera construida, tras una restauración de 14 años que costó casi 6,6 millones de dólares e hizo noticia en los titulares de todo el mundo.

Además, en el mes de julio Egipto retomaba los vuelos internacionales y reabría las principales atracciones turísticas, incluida la Gran Pirámide de Giza, después de meses de cierre debido a la pandemia de coronavirus y retomando el esfuerzo que desde hace varios años intenta reubicar al turismo histórico como una fortaleza económica de la nación.

En ese mismo esfuerzo, precisamente, el Gran Museo Egipcio, en El Cairo, monumental obra que pretende mostrar reunidos en un solo sitio los mayores tesoros históricos de la antigüedad del país, sigue sus obras de construcción, y se prevé que para el año venidero pueda abrir finalmente sus puertas a un público ansioso, tras años de promoción. Se ha anunciado recientemente que las reliquias que se exhibirán alcanzan al menos las 54 000.

En busca de Cleopatra VII

Estas no son las únicas noticias que llegan de la vida arqueológica y cultural del Egipto antiguo, pues en este mismo mes se anuncia que al menos una expedición intentará nuevamente ir tras el rastro de la legendaria reina Cleopatra VII, cuya tumba es una de las obsesiones de los egiptólogos hasta el día de hoy.

La arqueóloga y diplomática dominicana Kathleen Martínez prepara las condiciones para liderar el equipo para reanudar sus búsquedas en Taposiris Magna el venidero 1ro. de octubre, y la idea es motivada por hallazgos de sucesivas temporadas, según explicó a PL.

«Las placas fundacionales del templo dedicado a Osiris, Isis y al hijo de ambos (Horus), sus cimientos, unas 800 monedas, algunas con el rostro de la faraona, vetustas inscripciones, cámaras subterráneas, un complejo de túneles, catacumbas, abundantes restos humanos, máscaras funerarias y momias, sobresalen entre los tesoros descubiertos por la también abogada», describió la agencia noticiosa recientemente.

Tras el paradero de la faraona y su esposo romano Marco Antonio, el equipo explorará por completo la zona que rodea al antiguo santuario de Taposiris Magna, a unos 45 kilómetros de la ciudad de Alejandría, fundada el año 331 a.n.e.

Todas las evidencias pertenecen a la época ptolemaica, que comenzó con la llegada de Alejandro Magno y terminó con el reinado de Cleopatra VII, y particularmente al siglo I a.n.e, en el que gobernó la célebre monarca. Eso nos anima a proseguir removiendo las arenas, comentó la arqueóloga latinoamericana, quien en la temporada anterior lideró el hallazgo de una tumba intacta, con los cuerpos de un hombre y una mujer recubiertos de oro, pertenecientes a las clases nobles del antiguo Egipto ptolemaico.

Presionados al límite

Detrás de este renacer de hallazgos que prometen amplios estudios y posteriores revelaciones, la egiptología libra hoy una batalla contrarreloj no solo debido a las presiones económicas que comentábamos en esta sección tiempo atrás, sino por el avanzado deterioro que el cambio climático impone desde hace unos años al tesoro histórico no desenterrado y a templos y monumentos.

La desaparición de jeroglíficos, de superficies decoradas, inscripciones en muros aún por estudiar, están siendo azotados debido a la humedad que desde la última década ha borrado superficies enteras de los muros o deteriorado objetos sagrados.

«Los cambios son evidentes en el daño y las grietas de las fachadas de muchas tumbas, así como en el cambio del color de las piedras arqueológicas, como resultado de la alta temperatura y humedad», dijo Elbadry a la Fundación Thomson Reuters.

Según expertos en Conservación, el cambio climático está dificultando aún más los esfuerzos para proteger los frágiles sitios arqueológicos de Egipto, que ya eran amenazados por el tiempo y por la afluencia de personas antes de la pandemia.

Desde las pirámides y la Esfinge hasta la Ciudadela de Qaitbay los sitios históricos del país enfrentan un clima más violento, que incluso ha puesto en jaque el corazón de la vida del país: el Nilo.

Zahi Hawass, exministro de Estado de Asuntos de Antigüedades del país y acaso la cara más conocida de la egiptología, ha resumido esta batalla al decir que prácticamente todos los sitios arqueológicos al aire libre en Egipto «están en peligro por vientos y humedad más fuertes, temperaturas más altas e inundaciones más grandes».

Es de esperar que las actuales complicaciones no avancen a un paso más rápido que el de los ávidos aventureros científicos y sus brochas para desenterrar maravillas.

Un primer grupo de 13 ataúdes se halló en septiembre, y luego se unieron otros 14, con igual belleza y conservación. Foto: EPA

                      

 

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