Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Abrazados por la justicia social

Autor:

Nelson Rodríguez Roque

La palabra triunfo se empleaba bastante entre la población, asqueada de tanta pillería y desigualdad, de tantos crímenes y atropellos, del 20 de mayo y el 10 de marzo. Cuba no quería victoria a medias, maltrato de derechos patrios o un embajador estadounidense con ínfulas de Capitán general.     

¿Sería ese mes el último de la tiranía? El centro de la Isla ardía, con el Che, Camilo y sus fuerzas invasoras embistiendo batistianos. Bares y cabarets cerraban sus puertas, y la mafia se inquietaba, apilando billetes en maletas y reuniéndose secretamente.

Radio Rebelde se sintonizaba mejor, las ciudades, una tras otra, recibían a los barbudos, y el desespero abrumaba a quienes habían hecho mucho mal.

Al usurpador le quedaban reductos en oriente, negados a rendirse, quizá por orgullo, quizá por mandato de Fulgencio. El norte de aquella provincia, en su porción este, todavía tenía guarniciones en pie de guerra. Fidel y Raúl, conocedores de esa región cercana a Birán, decidieron asestarle al enemigo otro golpe de fin de año.

Fue así que combatientes rebeldes de las columnas 19 José Tey y 17 Abel Santamaría, ambas pertenecientes al II Frente Oriental Frank País y lideradas por los comandantes Belarmino Castilla y Enrique Lussón, respectivamente, desarrollaron la Operación Sagua-Cayo Mambí.

El Día D resultó el 16 de diciembre, cuando la defensa del territorio cayomambisero se resquebrajó ante el empuje combatiente, y al filo de las 11:00 de la noche los tiros empezaron a escucharse en la localidad sagüera.

Durante ocho jornadas, el Ejército Rebelde peleó palmo a palmo en cada sitio de Sagua de Tánamo e impidió la llegada de refuerzos desde el Cayo, geográficamente próximo. Si España tuvo su Guernica en la Guerra Civil, nuestra nación puede decir que la cabecera del municipio más montañoso del Holguín actual fue su ciudad mártir.

La aviación enemiga se ensañó bombardeándola. Cualquier lector que consulte publicaciones de aquella etapa, podrá constatar los destrozos ocasionados por ametrallamientos y proyectiles lanzados desde el aire, convirtiendo en ruinas los inmuebles.

La Fuerza Aérea del II Frente Oriental, a pesar de su poca disponibilidad de aeronaves y escasa experiencia combativa, hizo algunas incursiones sobre el cielo de las posiciones lacayas.

Ya para la Noche Buena de 1958, la Revolución triunfó en esas zonas y se abrió camino hacia otras. La inventiva del Caballo de Troya, blindado empleado por los guerrilleros, quedó como testigo de aquella ofensiva.

Nunca serán suficientes cuartillas para reseñar esos pasajes, donde el pueblo fue aliado incalculable y los mártires superaron la veintena. Hoy, Frank País y Sagua no son ni la sombra de hace 65 años.

La vida allí revolucionó. Cayomambiseros y sagüeros son otros. Recogen café en el lomerío, ganan en lides multideportivas o reciben títulos de ingenieros o maestros… Fueron abrazados por la justicia social.        

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