Julio nunca imaginó que una tarde, en la sala de su casa, podía sentarse un oficial de Atención a menores para hacerle saber que, de manera constante, supervisaban su conducta con relación a su hijo, quien se ausentaba de clases muchas veces «porque me quedé ayudando a mi papá en la carpintería».
Prometió Julio que su hijo no faltaría más a la escuela y que él asistiría a las reuniones de padres a las que le convocaban. Su actitud con respecto a la operación a la que someterían al niño para colocarle un implante coclear también debería cambiar, le sugirieron. Por suerte entonces Xiomara, su esposa, se sintió protegida.
Fue la telenovela Tú, actual propuesta de Cubavisión, la que mostró ese rol esencial de estos profesionales del Ministerio del Interior (Minint) en la misión de prevenir cualquier maltrato, desatención o conducta inadecuada con respecto a los menores en las familias, la comunidad o en cualquier otro entorno.
Se visibilizó, entonces, esa arista del trabajo de quienes deciden afiliarse a la Dirección de menores, pues en ocasiones solo se piensa en su atención personalizada a aquellos que han cometido algún delito o mantienen conductas de impacto social negativo en su hogar o en el barrio. Esa tarea es clave, claro está, pero velar por la integridad del menor y el respeto a sus derechos es parte fundamental de su labor diaria.
El sistema de atención a menores forma parte de las políticas estatales de atención y protección integral a la infancia, la adolescencia y la juventud. Por ello —y recuerdo con agrado las vivencias que tuve en mis visitas a determinados centros de atención del país—, también son estos oficiales del Minint los que siguen de cerca y acompañan a los menores en los casos en los que son víctimas de abusos sexuales o de otra índole.
Si usted quiere denunciar algún hecho que pone en riesgo la vida o el bienestar físico y emocional de un menor, son estas personas las capacitadas para recibirle y actuar en cada caso. Son los profesionales a quienes debemos dirigirnos si, reitero, la situación de un menor así lo amerita.
¿Cómo deben ser, entonces, estas personas? Disciplinados, rigurosos, asertivos, con profundo sentido del deber y con la empatía necesaria para percatarse de cada detalle en cada situación específica y actuar en coherencia con ello. Son oficiales que, además de cumplir con su perfil desde el punto de vista militar, poseen una entereza y una preparación sicológica tales que les permiten ejercer su rol siempre velando por los intereses del menor y sus beneficios. Son 60 años los que celebra esta especialidad perteneciente al Minint. Serán muchos los que está por cumplir, porque son los niños y niñas lo más importante que tiene nuestro país.