El anuncio de que el mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, emitió una directiva presidencial de política favorable a la mejoría de la normalización de relaciones bilaterales entre Cuba y el país norteño, no llegó solo. Este vino acompañado de nuevas modificaciones por parte de los Departamentos del Tesoro y Comercio sobre algunas regulaciones del bloqueo.
Estas modificaciones constituyen tenues migajas ante el sinnúmero de opciones que posee Obama para dejar el genocida bloqueo como un cascarón de huevo vacío. Son estas acciones bastante limitadas y en su gran mayoría continuidad de paquetes adoptados en ocasiones anteriores.
En el nuevo «paquete de medidas» no aparece ninguna que elimine las restricciones para las importaciones cubanas en el país norteño, sobre todo aquellas dirigidas al sector estatal, con la excepción de los productos farmacéuticos.
En la esfera financiera se mantiene viva la prohibición de abrir cuentas corresponsales cubanas en bancos estadounidenses.
Todas estas medidas benefician más a Estados Unidos y no precisamente al pueblo cubano, como ha expresado el propio Presidente de ese país; en fin, el alcance y aplicación práctica, que tienen luz verde desde el lunes 17 de octubre, se condicionan a diversos intereses de la Casa Blanca, claro está, con ellas va consolidando su cambio de táctica y estrategia.
El Sr. presidente Obama se ha tomado bastante tiempo para aparecerse con estas tenues acciones, ¿que son buenas?, es cierto que lo son, ¿que son suficientes? no lo son, máxime si el Presidente tiene prerrogativas que puede aplicar, pero que al parecer, dentro de unos días, cuando le diga adiós a la Casa Blanca, se las llevará en un bolsillo, porque ya no tendrá tiempo para refrendarlas, mientras el bloqueo sigue palpitando.
Obama, que dice olvidar la historia, ya tiene la suya desde Washington con respecto a la mayor de Las Antillas: Rompió el hielo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, y esa es buena, sin embargo no ha hecho, y creo que ya no hará todo lo que puede, por acabar con el genocida bloqueo, en fin, sus intenciones son meritorias, pero se ha quedado muy corto.
En ese raquítico «paquete» por parte de su Gobierno, podrán llegar «las mejores intenciones», pero no las suficientes, porque las veo muy apropiadas para dar un golpe de efecto ante la opinión pública mundial, cuando el venidero 26 de octubre Cuba vuelva a presentar en la ONU la Resolución Necesidad de poner fin al bloqueo, económico, comercial y financiero contra Cuba, la cual, una vez más, recibirá un contundente respaldo como en múltiples ocasiones anteriores.
Ante esta nueva maniobra del imperio, no puedo echar ojos a la espalda y como toda fidelista y guevariana reafirmar una y mil veces que: «En el imperialismo no se puede confiar, ni tantico así (), nada».
Las medidas de los Departamentos del Tesoro y Comercio de los Estados Unidos, que es lo mismo decir del Gobierno, son otro paquetazo de sus bien meditadas intenciones hacia Cuba, y ante los ojos del mundo de cara a las próximas sesiones de la Asamblea General de la ONU. (Tomado del blog Guajirita Soy)