Cuando en la década de los 80 el grupo de rock chileno Nadie presentó la canción La moda mata, quizá no pocas personas la tildaron de excéntrica, exagerada, absurda… No obstante, el paso del tiempo les confirmó a esos músicos que no estaban totalmente equivocados y que algunos cánones de belleza y gustos han ocasionado a lo largo de los años que varias generaciones «lentamente van cayendo/ a formar parte de nada».
Existen múltiples ejemplos de cómo disímiles tendencias han puesto a caminar por la cuerda floja a quienes apuestan por cumplir con lo que un estrato de la sociedad impone como norma para ser, precisamente, una persona de éxito. Bulimia, anorexia, injertos de sustancias para aumentar la masa de los bíceps e incluso otros más contemporáneos como el A4Challenge, consistente en que la cintura sea del mismo tamaño de una hoja A4, o el Iphone6Challenge, que radica en que al pegar las rodillas, se tenga entre las dos una distancia de 13,5 centímetros, similar al tamaño de ese tipo de teléfono.
Hablo de algunas prácticas peligrosas que más allá de lograr una buena imagen, laceran considerablemente la salud.
Y como si fuera pequeña la lista de esas nocivas tendencias, en los últimos meses se ha vuelto viral en la Red de redes el «Ab crack», que incita a reducir el índice de masa corporal entre el 14 y el 20 por ciento, para marcar una hendidura vertical profunda en el abdomen.
Muchísimas son las modelos de reconocida carrera internacional que ya exhiben orgullosísimas sus nuevas imágenes. Lamentablemente, otras tantas mujeres buscan con desesperación la «fórmula secreta» para acercarse a ese canon de belleza.
Resulta que detrás de esa persecución, no visualizan ni comprenden el peligro que corren. Adelgazar al extremo para obtener la sugerente línea abdominal, requiere eliminar por completo los carbohidratos y realizar una durísima rutina de entrenamiento.
No obstante, en esa práctica casi de muerte no está el quid del proceso, pues especialistas ya han explicado que se ha de tener una predisposición genética. Por ello, si no se nació con determinadas características físicas, aunque se tenga un cuerpo más delgado que un asta y tonificado como la mejor de las atletas, jamás podrá mostrar la tan anhelada división abdominal.
El mismo término Ab crack, que significa rotura abdominal, delata el peligro que corren quienes apuestan por ello. Se precisa hacer una lesión interna, desde el esternón al pubis. De alcanzarse y superar los tres centímetros, puede aflorar una hernia. Su único tratamiento es una intervención quirúrgica.
Quizá esta nueva moda pudiera parecer que nada tiene que ver con Cuba. En ocasiones creemos que la condición de isla nos deja al margen de la mayoría de las tendencias internacionales. Sin embargo, los cubanos cada día están más cerca de lo que sucede en el orbe, gracias al acceso a internet y otras vías. Por ello resulta común encontrarse en plena calle con otros trending topic de la moda como las pestañas postizas, las uñas de acrílico y los labios aumentados de tamaño con silicona.
Esas imposiciones se han aplatanado en varias generaciones de nuestra sociedad, mediante evocadoras imágenes de tantos «cuerpos perfectos» y «buenas vibras» que circulan gracias a los distintos medios globalizados.
La clave del éxito ante tanta información y tendencias de cuestionada calidad será la suspicacia que tengamos para detectar que todo eso es reflejo de un modelo de vida que se debate entre lo real y lo ficticio, y para decir no a esa y otras tantas modas peligrosas.