«La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será». Así nos dice Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de América Latina, ese mismo que una vez el Comandante Hugo Chávez regalara a Obama, como recordándole que todos esos años de una historia llena de injusticias, explotación, colonización, engaño, discriminación a que fueron sometidos nuestros pueblos, nos habían hecho más fuertes y nos habían enseñado a luchar por hacer realidad los sueños de Bolívar, Martí, San Martín y otros tantos que entregaron sus vidas por hacer de este continente un lugar más libre.
Mas, parece que a los intereses imperialistas no les agrada mucho la idea, pues entre las vías que manejan para destruir todo lo logrado por nuestro país se encuentra el desmantelamiento de la historia. Esto nos pone alertas y, sin dudas, llama a hacernos una revisión con respecto a los retos que tenemos en la enseñanza y divulgación de la Historia de Cuba.
Podríamos tomar como ejemplo que algunos jóvenes se cuestionan la necesidad de recibir la asignatura de Historia durante casi todos los años de su vida escolar, y es hasta cierto punto comprensible si analizamos que la manera de enseñar esta asignatura se remonta a los métodos más tradicionalistas, y en ocasiones los contenidos parecen repetitivos y poco motivadores. Quizá una buena propuesta sería utilizar otras metodologías, de manera que la Historia sea más verdaderamente sentida que recitada de memoria, a través de las visitas a los museos, intercambio con protagonistas de ella, e incluso con el empleo de multimedias, juegos y otros programas digitales que motiven a los estudiantes.
Los Diálogos de generaciones son también una buena oportunidad para aprender y aprehender de quienes han acumulado un poquito más de experiencias y han sido partícipes de diversas gestas a lo largo de la historia. Es un espacio para el debate abierto, donde va a existir siempre una retroalimentación de saberes y sentires entre quienes participen de estos encuentros.
Otros espacios que debemos aprovechar son el cine, la televisión, las plataformas digitales. En los primeros casos, se deben utilizar los atractivos de ambos, así como los códigos que en ese sentido operan actualmente y mezclarlos con un contenido educativo y propio. Pienso que un ejemplo de ello, pudiera ser (y creo que estarán de acuerdo conmigo): José Martí, el ojo del canario, de Fernando Pérez. En el último de los casos, estimo que debemos poner a su disposición (en la medida de lo posible), todos aquellos contenidos que tributen a nuestra cultura y a elementos identitarios de nuestro país y nuestra región.
Hay que estar claros de que desde dentro y fuera de Cuba hay muchas personas que pretenden tergiversar nuestra historia, cambiando la realidad de algunos hechos y satanizando a muchas de nuestras principales figuras. Por tales razones, no podemos dejar vacíos en los estudios de esta, las investigaciones y libros publicados deben intentar abarcar todos los momentos por los que ha atravesado Cuba, siempre comprometidos con la verdad. Mientras ellos endiosan a la figura de Batista y los años 50’ del siglo pasado, nosotros demostramos con datos reales cuál era la situación por la que atravesaban la mayoría de los cubanos en esa época, donde el hambre y la miseria imperaban en la mayoría de la población. Las grandes mentiras se combaten con magnas verdades.
Sin dudas, nos queda muchísimo por hacer. Martí nos decía: «El caudal de un pueblo son sus héroes», y es que resulta casi imposible sentirse identificados con algo si no conocemos su historia; así sucede con la familia, el barrio, la ciudad, o el país en que vivimos. Para poder decirnos cubanos, habaneros, santiagueros, pinareños…, debe existir primero un encuentro con nuestras raíces, nuestra cultura, entender de dónde venimos para luego saber hacia dónde vamos. Sentir el dolor y el placer de quienes dieron todo por nuestro país, nos hace sentirnos hacedores de nuestra historia, y por tal razón defensores de ella.
*Presidenta de la Cátedra de Pensamiento del Movimiento Juvenil Martiano