Siempre que hago la guardia de los CDR enciendo la luz del balcón de la casa, para poder ver mejor en la oscuridad de la noche por estos días sin mucha luna, sin embargo, en esta última ocasión no la necesité.
Un grupo numeroso de viviendas del edificio donde vivo y otros alrededor, mantenían al menos una luz encendida a esa hora sin necesidad, mientras los moradores dormían felices.
Aunque durante la madrugada no se realizan actividades productivas, con excepción de panaderías, vaquerías y riego, es completamente irracional mantener encendido un bombillo, por muy ahorrador que este sea, cuando el país nos llama a todos a combatir el despilfarro y a minimizar los consumos de energía.
Tal vez fue un descuido de la abuelita o de mamá, siempre se acuestan después que todos están acomodados en sus camas, o consecuencia del miedo al «coco» que algunos padres usan como pretexto para que los más pequeños se coman la comida, duerman temprano o se porten bien.
Lo cierto es que, a conciencia o no, esas luces encendidas innecesariamente toda la noche-madrugada consumen energía. ¿Se imaginan si solo la mitad de las casas en el país encienden una luz para dormir?
En la Isla de la Juventud existen más de 25 000 viviendas conectadas a la red. Un bombillo de 15 Watt encendido desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana consume un total de 120 W.
Si solo la mitad (12 500 casas) dejara para dormir una luz encendida, en un día gastaría 1 500 000 W. Visto así no representa casi nada, pero si sumamos los 30 días del mes, el consumo ascendería a unos 45 millones de W, que convertidos serían 45 Megawatt, el 13 por ciento de lo asignado a este territorio para el mes de julio.
Ese total es lo que consumen durante un día de trabajo y bajo las condiciones actuales de medidas extremas los 30 centros altos consumidores identificados en el territorio, según se conoció en el departamento de Uso Racional de Energía aquí.
De esa manera, en mi modesta opinión, no se ahorra con eficiencia. Cuba gasta hoy grandes sumas en combustible para la generación. El país está llamado a observar, y de hecho lo hace, las medidas necesarias para usar racionalmente la energía, debido a los altos precios del petróleo en el mercado mundial.
Al parecer no son suficientes las llamadas de atención por los medios de comunicación, en el centro de trabajo o en la comunidad.
Es verdad que el calor sofocante de estos meses de verano estimula a quienes poseen aire acondicionado a mantenerlo encendido todo el día, o en su defecto sentarse horas y horas frente al ventilador. A eso se agrega el refrigerador con la puerta abierta a cada instante para calmar la sed a los muchachos tras el lógico retozo mientras disfrutan de las vacaciones y, si prefieren ver la televisión, está encendida hasta altas horas de la noche. Son Watt que se suman poco a poco al consumo.
Si necesitas luz, enciéndela, si no, apágala. No tenga miedo, que el coco es pura invención para ganar la obediencia de los niños.