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América Latina y el Caribe no van a condenarse a la soledad

La IX Cumbre de la Celac reafirmó su llamado a la unidad regional, condenó los bloqueos y las sanciones unilaterales, y abogó por mayor integración comercial. Colombia asumió la presidencia pro témpore en una cita que también denunció la criminalización de migrantes

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Juventud Rebelde

TEGUCIGALPA, abril 9.— La  9na. Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) reivindicó sus principios fundacionales de unidad e integración, y puso la presidencia pro tempore en manos de Colombia luego de intervenciones en el plenario que fustigaron la criminalización de los migrantes, y se pronunciaron reiteradamente contra los bloqueos, las medidas punitivas unilaterales y por un mayor intercambio del comercio intrarregional, entre otras posturas.

En un contexto de condiciones tan tensas como las que vive el mundo luego de la vuelta a la presidencia estadounidense de Donald Trump con sus políticas prepotentes, los discursos de los 11 mandatarios participantes y de la anfitriona, Xiomara Castro, no podían evadir el análisis de esa coyuntura, ante la cual se pronunciaron por el multilateralismo y no por «la soledad» de los Cien años... que da título a la grandiosa obra de Gabriel García Márquez, y que el presidente de su país, Gustavo Petro, utilizó como imagen para ilustrar las dos alternativas que se abren ante los países del orbe hoy. O multilateralidad, dijo, o la soledad: una especie de neoliberalismo pero extralimitado hacia el conjunto de la humanidad, equivalente a decir «defiéndanse como puedan», graficó.

Hay una agenda para la soledad y otra para la ayuda común; depende qué escogemos, dijo Petro. La primera se llama migración y bloqueo, señaló en alusión a dos de los temas que emergen de la política de Trump hacia la región. La otra es más compleja, afirmó; más difícil, pero mucho más interesante para todos.

Usando metáforas y sin mencionar directamente a Estados Unidos, el Presidente colombiano fustigó la forma brutal en que cientos de indocumentados latinoamericanos comenzaron a ser deportados desde el Norte. Si aceptamos un solo
migrante encadenado, retrocedemos a la época en que llegaron los primeros barcos desde África con negros encadenados.

Creo que debemos ayudarnos; mi propuesta es que profundicemos la ayuda y la colaboración mutua en América Latina y el Caribe y no caigamos en la trampa de resolver los problemas solos, o nos vamos a autodestruir, advirtió Petro.

Esperada e interesante fue también la intervención de la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, quien en su primera participación en una cita regional explicó la esencia humanista de la 4ta. Transformación en su país, y propuso la que llamó una Cumbre por el bienestar económico de la región sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestra soberanía.

Claudia arrancó aplausos cuando expresó que, para los mexicanos, los migrantes son héroes y heroínas que cuidan de su familia en el país y sostienen una parte de la economía de los EE.UU. La mandataria rechazó las sanciones y bloqueos comerciales que solo dañan la
vida de los pueblos, y volvió a expresar el NO de su país al bloqueo a Cuba y a Venezuela.

El Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al intervenir en la cumbre de Tegucigalpa destacó la importancia del fortalecimiento de la Celac como comunidad regional, en medio del contexto actual, marcado por las intenciones del imperialismo de recolonizar y atentar contra la integridad territorial de las naciones a escala global.

LA INTEGRACIÓN ES TAREA INAPLAZABLE

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, puso énfasis en la necesidad de combatir el cambio climático y en la integración en los ámbitos económico y comercial. Cuanto más fuertes sean nuestras economías, más protegidos estaremos contra las acciones unilaterales, afirmó.

Lula da Silva ejemplificó las limitaciones de la región en esa esfera, con cifras. 

Durante el año 2023, dijo, solo el 14 por ciento de las exportaciones de América Latina se dedicó al intercambio intrarregional. 

Llamó a promover el intercambio regional de bienes y servicios, y anunció la disposición de su Gobierno a impulsar los acuerdos adoptados en el marco de la Aladi y los pagos en monedas locales.

Nuestra integración es una tarea inaplazable, aseveró el jefe de Estado de Brasil, quien estimó que es necesario analizar la regla del consenso en los debates de la Celac, porque ello, consideró, hoy genera más parálisis que unidad y se convierte en un derecho al veto. 

Como otros presidentes y primeros ministros de la región, Lula reivindicó a América Latina y el Caribe como Zona de Paz. 

El presidente boliviano, Luis Arce, también ratificó el compromiso con la integración basada en la complementariedad y atendiendo a las asimetrías, y coincidió en que es un imperativo avanzar en el uso de las monedas locales, profundizar el comercio intrarregional y crear un fondo para los momentos de crisis de los países de la región. La estabilidad política no puede desvincularse de la estabilidad económica, consideró.

Arce también afirmó que es momento de consolidar las cadenas regionales de valor que prioricen la industrialización de recursos estratégicos, fortalecer la cooperación ante los desastres naturales y exigir ante la COP justicia climática y cumplimiento de los compromisos.

Manifestó el desacuerdo con que una superpotencia pretenda desarrollar la industrialización de su país —justificación dada por Trump a sus aranceles— mediante medidas proteccionistas que afectan a otros países. Esas medidas van contra los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, abren el riesgo de guerra comercial y no resolverán los efectos de la crisis del capitalismo; la agravarán, advirtió.

También estuvo en su primera cita regional el presidente de Uruguay y representante del Frente Amplio, Yamandú Orsi, quien se manifestó convencido de que la Celac es un espacio absolutamente necesario y que es momento para reivindicar sus principios fundacionales.

Igualmente, de estreno en el contexto de la Celac, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, calificó a esa instancia como espacio clave para el diálogo, la construcción de consensos, la cooperación e integración regional.

Desde su fundación, la Celac apuntó a constituir un mecanismo de real integración, unidad y solidaridad, afirmó el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, quien defendió el principio de trabajar en unión e impedir que fuerzas externas «nos humillen, nos dividan y nos intimiden».

También usó de la palabra el presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Leslie Voltaire.

Al abrir la Cumbre, la mandataria anfitriona, Xiomara Castro, había recordado que su país entregaba la presidencia
pro tempore de la Celac no como un acto ceremonial, sino político, porque mantener este espacio, en medio del asedio, ha sido difícil, dijo.

En este año hemos fortalecido la Celac (...) La Celac no es una organización perfecta, pero es nuestra. El sueño de la patria grande es hoy más urgente que nunca, cuando las grandes potencias como Estados Unidos redibujan el mapa económico, afirmó.

UN DESPERTAR COLECTIVO

En alocución desde Caracas por videoconferencia, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reflexionó que la ofensiva hoy contra el mundo y nuestra región para tratar de imponer una época de dominación imperial «nos obliga a plantearnos un despertar colectivo de la conciencia de los pueblos y los gobiernos que amamos nuestra soberanía y autodeterminación».

La unión de nuestros pueblos es una obligación y debe ser construida «en base al patrimonio que hemos logrado aportar y acumular de propuestas», afirmó.

Entre las iniciativas, Maduro aportó el criterio de que la Celac tiene que retomar con fuerza la realización de los Consejos de Ministros, como lo hizo Honduras con su presidencia pro tempore y, en tal sentido, consideró oportuno retomar los Consejos de Ministros conjuntos en la economía, la salud, la educación, la ciencia, la tecnología.

Los jefes de Estado y de Gobierno suscribieron la Declaración de Tegucigalpa, que se pronunció por la paz regional, la protección y promoción de todos los derechos humanos, el respeto a la autodeterminación, la no injerencia en los asuntos internos, la soberanía y la integridad territorial, entre otros postulados.

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