Rafael Mariano Grossi, quien dirige la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), confirmó que «las instalaciones nucleares de Irán no han sido afectadas» Autor: Captura de pantalla Publicado: 28/10/2024 | 08:48 pm
Salta a la vista. El gobierno de Benjamin Netanyahu lo pensó más de dos veces antes de lanzar su anunciado ataque a Irán. El guerrerista ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien se llenó la boca para amenazar con una operación electrizante, jamás vista, debió contentarse con un aparatoso «paripé».
Un alarde de masiva operación aérea –con inmunidad garantizada por el Pentágono- de escasa efectividad y mucho ruido. Un verdadero show de fuegos artificiales. Casi un mes tardó el aparato militar israelí en escoger la modalidad más conveniente. Una operación de amagar y no dar, lo menos conflictiva posible, pero que salvara la cara.
Es más, la Casa Blanca se ocupó de marcar límites a su sabueso, no fuera a ser que saliera magullado. Nada de atacar el más mínimo sitio que oliera a energía nuclear o petróleo. El presidente Joseph (Joe) Biden se ocupó de decirlo a Netanyahu al oído, en una extensa llamada telefónica, pero en voz alta, para que todo el mundo lo escuchara, y los periódicos lo publicaran. Y hasta una sospechosa filtración en una agencia de seguridad del Pentágono puso en aprietos los planes de ataque del belicoso Netanyahu en Tel Aviv.
Rafael Mariano Grossi, quien dirige la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), confirmó que «las instalaciones nucleares de Irán no han sido afectadas».
«Los inspectores están a salvo y continúan con su trabajo vital», añadió. «Pido prudencia y moderación ante acciones que puedan poner en peligro la seguridad de los materiales nucleares y otros materiales radiactivos».
En cualquier caso, la espectacular operación aérea mató a cuatro soldados y dañó los sistemas de radar, según confirmó Irán.
Los funcionarios del Pentágono dijeron a NBC News que no hubo una participación directa de Estados Unidos en los ataques, pero que Estados Unidos apoyó el ataque desplegando un sistema de defensa aérea THAAD en Israel. Washington prometió defender a Israel de cualquier represalia y continuar con el suministro de ayuda militar.
A fin de cuentas, ¿qué pasó en la madrugada del viernes 25 para sábado 26 de octubre?
El ejército iraní dijo que el ataque aéreo israelí alcanzó bases en tres provincias iraníes: Ilam, Khuzestan y Teherán.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dijo que Estados Unidos era responsable del ataque, ya que proporcionó a Israel un «corredor aéreo» para que sus aviones lanzaran los ataques aéreos, que mataron al menos a cuatro soldados iraníes.
«Los estadounidenses dieron a la fuerza aérea sionista un corredor aéreo, y las instalaciones de defensa que les enviaron antes pueden considerarse una colaboración con la reciente operación. Consideramos que la colaboración de Estados Unidos con la entidad sionista para crear tensión en la región es algo muy claro», dijo Araghchi.
Los funcionarios iraníes dijeron que los aviones israelíes lanzaron los ataques desde el espacio aéreo iraquí controlado por Estados Unidos.
«Esta operación ni siquiera tuvo un impacto mínimo en el poder militar de Irán», declaró el lunes Ali Akbar Ahmadian, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, a los periodistas durante una visita a la oficina del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (Hamás) en Teherán.
Según un comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, aunque el sistema integrado de Defensa Aérea de Irán logró interceptar y contrarrestar exitosamente la ofensiva, se registraron daños limitados en algunas áreas, incluidos varios sistemas de radares, y cuatro militares iraníes perdieron la vida.
El corresponsal de Al-Jazeera en Teherán confirmó la actividad normal en las ciudades afectadas, señalando que las operaciones comerciales y el tráfico vial continuaron sin interrupciones. Los aeropuertos de Mehrabad e Imam Khomeini no se vieron afectados, y los vuelos se reanudaron a las 9:00 a.m. hora local.
Muchos países, entre ellos Arabia Saudí, Catar, Egipto, Siria, Suiza, y Emiratos Árabes Unidos calificaron la operación israelí como una violación flagrante de la soberanía del país y advirtieron las graves secuelas de tales ofensivas provocativas.
Pakistán también condenó el ataque, calificándolo de «escalada peligrosa en una región ya volátil», mientras que Malasia dijo que era una «clara violación», del derecho internacional.
Los gobiernos regionales y mundiales denunciaron el ataque de Israel contra Irán el sábado, calificándolo de asalto a la soberanía e instando a la moderación entre los dos enemigos regionales, destacó en su sitio web el diario árabe Middle Eeast Eye.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia llamó a Israel a detener las provocaciones hacia Irán y pidió evitar una escalada incontrolada de tensiones.
«Es necesario que se ponga fin a las provocaciones contra Irán para evitar represalias y salir de la espiral de escalada incontrolada», declaró María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa.
El canciller iraní, Abbas Araghchi, envió este lunes una carta al Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en la que demandó una reunión urgente del Consejo de Seguridad, que se pronuncie sobre el israelí. Al propio tiempo afirmó el derecho de Irán a tomar represalias.
El Ministro destacó que la República Islámica se reserva el «derecho de responder debidamente a esta agresión, que no puede separarse del genocidio de Israel en Gaza y el derramamiento de sangre en el Líbano. El mundo debe unirse contra esta amenaza común a la paz y la seguridad internacionales».
La Casa Blanca dejó ver su ansiedad por el cese de la espiral de ataques y contrataques que –bien lo sabe- tuvo su mayor y más provocador episodio cuando Israel atacó en abril el Consulado de Irán en Damasco, ubicado dentro de la Embajada de Irán en Siria. Nueve funcionarios del gobierno persa fallecieron, incluidos dos oficiales de alto rango, además de varios ciudadanos sirios.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, dijo el domingo a una audiencia que el ataque israelí «no debe ser exagerado ni minimizado».