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Chávez en sus 70: defendiendo el modelo (+Fotos)

Chávez impulsó una etapa en la región que tuvo sus mejores exponentes en los proyectos de integración desarrollados bajo su influjo y el de su amigo y predecesor, Fidel Castro Ruz.

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Sobrevolando su Venezuela con más ímpetu que siempre debe estar Hugo Chávez a estas horas. Su cumpleaños 70 llega en un momento trascendental, aunque no es distinto al de otras jornadas definitorias para el proceso que él gestó siguiendo el ideario del Libertador, y que por eso bautizó como bolivariano.

Claro que la confrontación con las urnas fue fijada este domingo pensando en homenajearlo pero, también, contando con la fuerza moral de su figura...

Las elecciones presidenciales de hoy van coronadas por ese acicate que su gesta significa para los que llaman chavistas —y ellos dirán «a mucha honra»—, como ocurrió durante aquella votación difícil para la Asamblea Nacional Constituyente de julio de 2017, todavía con las calles calientes por las guarimbas, cuando los sectores violentos impedían en lugares apartados el acceso a las mesas de votación, y muchachas cuyo paso fue hecho circular mediante videos en las redes sociales se afanaban, ora por encima de pantanos, ora entre marabuzales en tránsito azaroso hasta su centro de votación, mientras dejaban en el camino trozos de sandalias y ruedos de vestidos, y clamaban: «¡Esto va por ti, Chávez!».

Tampoco pudiera decirse que las tensiones de la lid electoral de este día sean diferentes a las veinte y tantas precedentes que ha librado exitosamente la Revolución desde que Chávez la inauguró, con derrota en una sola. Ni siquiera puede pensarse que el resto del tiempo en que Venezuela no ha estado frente a las urnas, los días transcurrieran libres de retos.

Si difícil fue echar a andar los cambios con su líder en vida, más duro ha sido mantener el proceso y avanzar por su misma senda, en ausencia. El modelo instaurado por Chávez no quedó escrito, y ha sido preciso continuarlo siguiendo sus huellas.

Tampoco estaba en blanco y negro cuando él inició su materialización. Desde sus tiempos de joven oficial devoto de las ideas de Bolívar, él lo había ido moldeando con las enseñanzas del Libertador, que conducían ahora la experiencia impregnada en el alma y la carne del niño pobre que Huguito fue en la llanera Barinas. Eso sí, sin olvidar jamás las lecciones de humanidad y decencia de su abuela Rosa Inés.

Miembro de una oficialidad joven y patriota que repudiaba el destrozo del país por los corruptos y falsos políticos, el teniente coronel Chávez intentó proteger al pueblo desde el poder, con el alzamiento de febrero de 1992.

Y el «por ahora» con que anunció el fin de aquella acción militar resultó el anuncio de su regreso, cárcel de por medio, constatado dos años después como líder del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. Desde entonces se fue perfilando como un político de nuevo tipo capaz de llegar a la presidencia, mientras ganaba la admiración de un pueblo que, ante el desmadre de la política tradicional, vio la salida a sus penurias en él, un «soldado angustiado por la tragedia» nacional y de Latinoamérica, como confesó a esta periodista en diciembre de 1994, durante su primera vez en Cuba.

Ya electo y en el Gobierno desde febrero de 1999, Chávez diseñó y dio forma casi sobre la marcha al modelo de cambios de acuerdo con las circunstancias nacionales; como ocurre con las revoluciones desde que lo que se conoce como «la caída del Muro de Berlín», puso en cuestionamiento el ABC estampado hasta entonces en los manuales.   

Aunque teóricamente no se ha desarrollado quizá lo suficiente, lo que él denominó Socialismo del Siglo XXI sembró su impronta, y su desarrollo en Venezuela demostró la posibilidad y la factibilidad de hacerlo por la vía de las urnas, materialización que con Venezuela se daba por primera vez en Latinoamérica después de la asonada contra Salvador Allende por el fascista Pinochet y las malas artes de Kissinger 20 años antes, lo que decapitó y ahogó en sangre el proceso instaurado por el Gobierno de la Unidad Popular en Chile.

Nueva Constitución para dar sustento legal al proyecto, recuperación de los recursos naturales y justicia social que daría los primeros pasos con lo arrancado a la rapacidad de las transnacionales y las oligarquías locales, fueron los tres pasos básicos dados por Venezuela y  seguidos por Bolivia y Ecuador, una vez que otros líderes de izquierda llegaron al Gobierno en esos países, al influjo de su ejemplo.

Participación popular para dar fuerza al movimiento, hacer gestores a todos y que el ejecutivo no quedara solo como le ocurrió a Allende, completarían los primeros pasos y fueron la simiente para que esas bases, junto con unas fuerzas armadas leales, salvaran a Chávez y a la Revolución durante el golpe fallido de abril de 2002.

Chávez jalonó una etapa en la región que ha tenido sus mejores exponentes en los proyectos de integración desarrollados bajo su influjo y el de su amigo y predecesor, Fidel Castro Ruz.

Se fueron ideando aquellas iniciativas a toda prisa con entusiasmo, la certeza de que era el momento y, tal vez, la percepción premonitoria de que el tiempo con que contaban era escaso para ambos.

Mantener y desarrollar el proceso bolivariano e integracionista, tanto a nivel de país como de región, ha resultado lo más difícil ante un enemigo poderoso que usa la fuerza y una política basada en sus tramposas argucias.

Eso es parte de lo que se dirime hoy en Venezuela. Y como ha sido siempre desde hace un tiempo, lo que allí ocurra tendrá su reflejo en el acontecer en toda Latinoamérica.

Chávez, por supuesto, lo sabe, y anda allá por los cerros y los llanos; como siempre, animando y exhortando, dejando ver que no debe confiarse en las promesas vacías de un supuesto cambio por el cambio que no ofrece nada, solo una vuelta atrás, un salto al vacío.

Y para que lo escuchen bien quienes no tienen la facultad de oírlo, a esta hora las bases toman las calles y van a las urnas con el tradicional color rojo como emblema, dando cuenta de su mantenida apuesta por el modelo chavista: ese que ha cambiado la historia del país y de Latinoamérica.

¡Felices 70, Chávez!

Foto: Ministerio del Poder Popular para la Información y la Comunicación.

Fidel dijo que me intuyó, que sabía que iba a nacer Foto: AFP.

No es lo mismo  hablar de revolución democrática que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno conservador; el segundo es liberador Foto: Cubadebate.

 Foto: TeleSUR

Al imperio no hay que subestimarlo, pero tampoco hay que temerle. Quien pretenda llevar adelante un proyecto de transformación, inevitablemente chocará con el imperio norteamericano Foto: @nicobonda X.

Foto: El Correo del Orinoco.

 Foto: Ministerio del Poder Popular para la Información y la Comunicación.

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